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No fue Montale uno de esos poetas raros que escribieron su mejor poesía en esa enrarecida región que Perse llamara “Alta edad”, para referirse a la vejez . Es más bien el primer sector de su lírica (Ossi di sepia, Le occasioni, La bufera ed altro) lo que ha otorgado al italiano un puesto en el canon de la poesía occidental. Y no debe sorprendernos. Las fechas de composición, los dilatados intervalos, tal como aparecen en la edición definitiva de Mondadori, son perfectamente respetables: Ossi di sepia, 1920-1927; Le occasioni :1928-1939;La bufera: 1940-1954. Treinta y cuatro años para doscientos setenta páginas de ajustada y ,en no pocas ocasiones, iluminada poesía. A su muerte en 1981, sin embargo, sus poesías reunidas abarcaban un dilatado volumen de casi novecientas páginas. Pero no era todo. En 1996 apareció con un insospechado título: Diario postumo, un libro integrado por sesenta y seis poemas de lo que llamó «Diario» y otros dieciocho textos «dispersos». Algo de necrófilo había en la «ocasión».
«Montale visitatore dell’ altro mondo», escribió, con ingenio periodístico, Analiza Cima, la cuestionada encargada del proyecto. A la vuelta de varios años el Diario póstumo pareciera hasta cierto punto prescindible. Lo que se admira es la indeclinable fe de Montale en las capacidades de la expresión poética y en su esencia, que es la musicalidad de su palabra. No obstante, grande poeta hasta el fin, el vate genovés nos dejo algunas poesías memorables:
Tornerá la musica che assicura
la sopravvivenza della poesia
e ne conserva la forma
propria della sua esistenza?
*
Ricordo
Lei sola percepiva i suoni dei miei silenzi. Temevo
a svolte che fuggisse il tempo ostile mentre paralavamo.
Dopodiché ho smarrito la memoria ed ora mi ritrovo a parlare
di lei con te, tra spirali di fumo che velano la nostra commozione.
Ed è questa la parte di me che ritrovo mutata: il sentimento, per sé informe, in quest´oggi che è solo di rimpianto.
Recuerdo
Era la única que advertía los sonidos de mi silencio. En ocasiones
temía que el tiempo hostil
se escapara mientras hablábamos.
Después de eso perdí la memoria
y ahora estoy hablando de ella contigo entre espirales de humo
que ocultan nuestra emoción.
Y esa es la parte que ha cambiado en mí: el sentimiento, ya informe,
en este hoy que es sólo lamento.
*
Come madre
La luce che diffonde il Monte Amiata quando il sole declina,
la folata di vento che dall´orizzonte s´avvicina: questo vorremmo possedere.
Ma ora afflitti dal ritmo quotidiano ora incupiti dal senso di colpa
viviamo come trote avviluppate nella mota.
Poi, a for d´acqua, la visione lieta
d´una scia d´opale che in pochi istanti stinge lasciando un solco per farsi ricordare.
Ed è la prova che mi consola. Un giorno anch´ui sarè alvo per chi non mi smemora.
Como una madre
Lo que quisiéramos poseer:
la luz que se difunde desde el Monte Amiata cuando se pone el sol,
la ráfaga de viento que se acerca desde el horizonte.
Pero ahora, afligidos por el ritmo cotidiano, apenados por el sentimiento de culpa,
somos como truchas que se revuelven en el fango.
Luego, a flor de agua, la visión alegre de una estela de ópalo que se destiñe
en un instante dejando un surco para el recuerdo. Esta es la prueba que me consuela.
Un día también seré un cauce para quien no me olvida.
*
Tempo di distruzione
Se fu follia a guidare la mano
degli eventi o desiderio d´autodestruzione non ho capito mai.
In questo pot-pourri l´uomo confuse i contorni delle cose. Smarrì
il fine e dubitò di tutto.
L´incertezza rimase a guidare i passi. Un giorno l´artefice del mirabile gioco dirà: basta, il viaggio è terminato.
E intanto il tempo si sgrana nella desolata realtà della vita, che è sempre stata amara.
Tiempo de destrucción
Si fue la locura lo que guió la mano de los acontecimientos o el deseo de autodestrucción, nunca lo supe.
En este “pot pourri” el hombre confunde el contorno de las cosas.
Extravió el fin y dudó de todo.
La incertidumbre continuó guiando los pasos. Un día el artífice de este juego admirable dirá: basta, el viaje ha terminado.
Mientras, el tiempo se desgrana en la desolada realidad de la vida, que siempre ha sido amarga.
*
Invidia
Deponete la vostra invidia.
Qui non c´è né un´oscura malia, né il plauso ingiusto.
Spira in lei la stessa armonia che è nei suoi versi.
Lasciate lo spirito perverso
e sentirete che è tornato il canto, la musica dimenticata
d´un balzo ha ripresso il suo sentiero.
Depongan la envidia
Depongan la envidia.
Aquí no existe el oscuro maleficio ni el aplauso injusto.
Respira en ella la misma armonía que hay en sus versos.
Abandonen el espíritu perverso
y sentirán que ha regresado el canto, la música olvidada retornó
de golpe su sendero.
Alejandro Oliveros
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