Espejos: un libro necesario

El próximo sábado 16 de noviembre se presentará en Valencia, España, en la librería Ramón Llull, Espejos (Ensayos para la reflexión sobre la psique)* el libro de nuestro colaborador, el psiquiatra junguiano, Freddy Javier Guevara. A continuación publicamos el texto que a propósito del mismo escribió el poeta Carmelo Chillida.

“La individuación, esa evasiva integración del ser humano con su biología, su vida psíquica, su mundo emocional”.

Freddy Javier Guevara

Así como el espejo que Atenea le da a Perseo le permite a este contemplar la horrible imagen de Medusa de manera indirecta, sin convertirse en piedra, como le ocurriría si la mirara directamente a los ojos; así, en Espejos (Ensayos para la reflexión sobre la psique), de Freddy Javier Guevara –publicado recientemente por la editorial Kalathos en España–, nos hallamos con una mirada indirecta, que es la que permite al individuo contemplar la realidad en toda su profundidad, en conexión con las emociones, e intentar integrarla en la psique. Esa mirada indirecta se vuelve reveladora en estos ensayos, al punto que ellos mismos podrían también verse como espejos para la reflexión; o más bien reclaman, siempre con sutileza, esa reflexión.

En este libro Javier –me permito llamarlo así, pues ha sido mi amigo desde hace muchos años, y mi psicoterapeuta en varios momentos cruciales de mi vida– observa y reflexiona. Sobre los hechos, lo real, lo observable. Pero también sobre lo invisible, lo oscuro, el lado oculto de la psique. Un eje que cruza estos ensayos es la atención que presta a las emociones y los instintos. A lo arcaico, lo primordial, el cuerpo no separado del alma, el mundo y el inframundo, lo que está presente en el hombre y la mujer desde su surgimiento sobre la tierra. O dicho de otra forma, se valoran los hechos presentes sin perder nunca de vista eso que es atemporal, arquetipal.

Quizás por eso Javier se apoya, como buen junguiano, en la mitología griega, una cultura que está en la base de la cultura occidental. Igualmente la mirada y la escritura se detienen en la literatura, las artes plásticas, el cine, y se nutren de esas fuentes de imágenes sin fin, como la mitología, o los sueños de cada noche, y ponen en conexión esas imágenes con las emociones. El intento de hacer un registro emocional y psíquico de la realidad en su dimensión más amplia, y más íntima a la vez, es algo constante en estos ensayos. 

También hay una mirada a lo colectivo, y a los sucesos de la actualidad, a la política, a la pandemia, pero de nuevo sin perder nunca de vista lo individual y ese trasfondo atemporal del ser humano. Desde la imagen del tirano y el esclavo a la reflexión sobre el poder en la psique del ciudadano, del individuo. Desde la pandemia a la reflexión sobre la propiedad privada, la vida privada, la individuación, “esa evasiva integración del ser humano con su biología, su vida psíquica, su mundo emocional”. En pos de eso giran estas páginas, de esa evasiva individuación, “si es que esta sucede”, como nos recuerda siempre Javier.

Al final del libro, hay también un ensayo-biografía, un homenaje al maestro Rafael López-Pedraza, escrito por alguien que lo conoció como pocos. Entre sus líneas hay un viaje al origen del autor de este libro, pues la relación con López, desde que tenía catorce años, fue la que llevó a Javier a estudiar primero Medicina (y no Psicología, por consejo de López y su insistencia en el conocimiento del cuerpo) y luego Psiquiatría. La relación con López está, pues, en el origen del interés de Javier por la psique, y ese interés, sumado a sus largos estudios y su práctica como psicoterapeuta, atraviesa de la primera a la última línea este libro, que puede verse como el complemento de esa práctica, las reflexiones de años como psicoterapeuta y como persona llevadas a la escritura. 

Estos ensayos tienen por lo bajo un hilo conductor, una mirada y un estilo en la escritura que los convierten de manera natural en un libro. La estructura del libro es flexible, en concordancia con la flexibilidad de esa mirada y esa reflexión sobre los hechos reales y la psique.

Por último quisiera destacar el hecho de que Javier haya llegado a la medicina y a la psiquiatría como paciente en la adolescencia. Es algo muy importante (lo digo yo que he sido por tantos años su paciente) porque, creo, es el punto de partida de la flexibilidad que he mencionado. Javier nunca habla dictando sentencias, ni siendo demasiado afirmativo, sino dejando siempre el espacio abierto. Y el que habla siempre tiene en cuenta su propia vulnerabilidad.

Este es un libro que toca, y toca mucho. Es un libro necesario, que va a contravía de las corrientes de pensamiento dominantes y, por tanto, que sirve de contrapeso a la locura desatada de nuestros tiempos.

*Editorial Kalathos, 2024.