Béisbol

El béisbol de ellas

19/01/2020

Fotografía de la MLB

En medio del escándalo del robo de señas con herramientas tecnológicas, quedó en segundo plano una noticia que enriquece la historia del béisbol.

La llegada al cuerpo técnico de los Gigantes de San Francisco para trabajar con el nuevo mánager, Gabe Kapler, de la exjugadora de sóftbol de la Universidad de Sacramento State, Alyssa Nakken, una joven mujer de 29 años que se convierte en la primera en asumir una posición en el staff de coaches de un equipo de las Grandes Ligas. Debe ser una influencia en la formación de valores y liderazgo en la Bahía.

Es una noticia que refresca una semana que será recordada en el béisbol, esta es la nota positiva. Es un gran paso, sin duda una conquista para la participación de la mujer. Un logro alcanzado por estar capacitada para asumir el reto, deportiva y académicamente, pues tiene una maestría en Administración Deportiva en la Universidad de San Francisco.

La novedad de la llegada de Nakken hace recordar a otras mujeres como Pam Postema y Ría Cortesi.

En marzo de 2007, por primera vez desde 1989, una mujer fue umpire en un juego de Grandes Ligas.

Ría Cortesi, con 30 años de edad y cinco como árbitro de la categoría doble A, cantó outs y quietos con su voz gruesa en el encuentro que enfrentó a Cachorros y Cascabeles en Mesa, en un juego de exhibición primaveral.

La oportunidad fue apropiada para pulsar la opinión de jugadores como Derrek Lee, quien celebró la decisión diciendo: «Ya era hora. Las mujeres tienen tan buenos ojos como los hombres».

Cortesi fue apenas la segunda mujer que dictó sentencias en un juego de la Gran Carpa en primavera, que si bien no es igual a un juego de temporada regular, hizo recordar a Pamela Postema o «Pam Postema», quien fue la primera en hacerlo en un encuentro de pretemporada entre los Yanquis y los Bravos en 1988 y quien contó con el total respaldo del comisionado de entonces, Bart Giamatti, quien no ocultó su beneplácito por su trabajo.

Se dice que si Bart Giamatti no muere de un infarto en 1989, Postema habría podido llegar más lejos, probablemente hasta las Grandes Ligas.

Después de 13 años arbitrando en ligas menores, se le canceló su contrato en diciembre de ese año en el que vio frustradas sus aspiraciones de derrumbar la barrera machista que entonces era más dura que ahora.

Postema estuvo también en las ligas profesionales de Colombia y Puerto Rico, donde se la recuerda como una mujer que no temía enfrentarse a los managers para discutir una decisión y en expulsar a quien se saliera de las reglas.

Obviamente fue una figura controversial que incluso se atrevió a abrir un pleito en la corte de Nueva York el 19 de diciembre de 1991, por discriminación laboral en el béisbol profesional.

Desistió del juicio a pesar de su convicción de que podría estar a la altura de la Grandes Ligas y más adelante publicó un libro en el que confesó su malestar por haber tenido que ver cómo muchos de sus colegas varones, aunque con menor calidad, eran promovidos a las mayores. «Hay que tener bolas para hacerlo en esta liga» es el título que mejor sirvió como queja al machismo.

De Postema se recuerda su imponencia detrás del plato y los gritos que daba para cantar los strikes.

Al desistir del juicio por sexismo dijo:

«Pertenezco a las mayores, si no fuera por el hecho de que soy mujer estaría allí ahora».

Ahí pertenece ahora Alyssa Nakken, se lo ganó. Ya lo dijo Gabe Kapler: «Simplemente, creo que será una gran coach. El mérito y la capacidad de serlo supera a todos».


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