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Desde su llegada al béisbol se hizo notar. Debutó con los Orioles, aquellos Orioles que por varias temporadas fueron uno de los equipos más competitivos de la división Este de la Liga Americana; los Orioles de Earl Weaver.
Su actuación le valió el Premio al Novato del año, por encima de Mitchell Paige de los Atléticos de Oakland. Murray bateó 27 jonrones, empujó 88 carreras y dejó promedio de .283, producto de 183 hits en 611 turnos.
El primero de sus batazos de cuatro equinas se lo dio a Pat Dobson, lanzador de los Indios, en el Memorial Stadium de Baltimore, el 18 de abril de 1977, exactamente 6 años antes del nacimiento de Miguel Cabrera.
Pasaron 19 temporadas entre el primer bambinazo y el 6 de septiembre de 1996, justo un año después del día en que Cal Ripken rompió el récord de juegos consecutivos de Lou Gehrig. Eddie Murray se convirtió en el miembro número 15 del club de 500 jonrones. Consiguió dar el batazo ante su afición, en la séptima entrada ante el derecho de los Tigres de Detroit, el venezolano Felipe Lira. La pelota desapareció por el jardín derecho del Oriole Park at Camden Yards.
El duelo que se establece entre lanzador y bateador intercambia los roles de verdugo y víctima.
¿Qué siente un lanzador cuando ve aproximarse al plato a un hombre que viene buscando dar un jonrón histórico? ¿Cómo recuerda ese momento Felipe Lira?
Del jonrón 500 de Eddie Murray me acuerdo clarito como si fue ayer. Fue en Baltimore, era su tercer turno, estábamos ganando ese juego, y en el séptimo inning me dio el batazo. Yo no sabía; sí me di cuenta que durante los dos primeros turnos, cuando falló, la gente lo estaba aupando, coreando su nombre, pero en honor a la verdad, no sabía hasta ese momento que si daba jonrón, sería el 500. Yo estaba pitcheando igual, sin preocuparme, porque sin quitarle mérito a Murray, yo lo que pensaba era que si uno lanza un buen pitcheo, debe dominar al bateador, sea quien sea. Siempre pensé de esa manera. No sabía de los 500 jonrones hasta que me falló un lanzamiento que dejé súper alto y él conectó. Pararon el juego como 15 minutos, tal vez fue menos, pero lo sentí como la eternidad. Todo el mundo aplaudiéndolo y felicitándolo. Empató el juego con el HR 500, en ese momento me molesté, pero al día siguiente nos tomamos una foto con el coach de pitcheo de los Orioles, Pat Dobson, que fue el lanzador a quien Eddie Murray le dio su primer cuadrangular. Me pidieron que firmara la foto, que terminó en el Salón de la Fama de Cooperstown. Me lo preguntas hoy y yo me siento orgulloso porque fue el jonrón 500, siempre estaré en la historia, pasen los años que pasen. Yo le digo a mis amigos ¿A quién le dio los 499 jonrones anteriores? No se los dio a Felipe Lira. Hoy en día con más madurez, no es que digo “¡Gracias a Dios que me lo dio a mí!”, pero agradezco que siempre voy a estar en la historia. Eso creo, hoy en día, después de viejo, estoy muy orgulloso de que Eddie Murray me haya dado ese jonrón a mí.
Eddie Murray dejó 504 jonrones en su cuenta vitalicia. De los que dio en temporada regular, los fanáticos de los Orioles deben rememorar el del 8 de abril de 1985 y que Miguel Cabrera hizo recordar con su jonrón 488, también en Día Inaugural. El jonrón de Murray fue en el Memorial Stadium, el nudillista Charlie Hough había lanzado un juego sin hits hasta el séptimo inning, aunque por una combinación de boletos y un passed ball, permitió 2 carreras en el sexto. En el octavo capítulo salió al montículo Dave Rozema; la pizarra marcaba 2-2 cuando Eddie Murray, con Cal Ripken Jr. en la inicial, conectó el lanzamiento del relevista de Texas para enviarla a las gradas y darle a los Orioles la victoria 4-2. El recuerdo, a propósito del cuadrangular de Miguel Cabrera el primer día de la temporada 2021, es que aquella tarde en Baltimore también caía una nevada, igual que en Detroit el pasado 1ro de abril.
De todos sus cuadrangulares, incluidos los de postemporada, recuerdo en especial uno que dio en la Serie Mundial de 1979, el 11 de octubre. Fue durante el segundo juego, en la segunda entrada. Murray mandó la pelota al segundo piso de las gradas del jardín derecho del Memorial Stadium de Baltimore ante el futuro Salón de la Fama, Bert Blyleven, quien se convirtió en uno de los pitchers más castigados por él (6 HR en temporada regular). Baltimore terminó perdiendo aquel Clásico de Otoño en 7 desafíos contra los Piratas de Pittsburgh.
El 16 de octubre de 1983, en el quinto juego de la Serie Mundial en la que se enfrentaron Orioles y Phillies, Eddie Murray conectó por de vuelacercas a Charles Hudson, para conducir a Baltimore al último campeonato ganado hasta ahora, el tercero de la franquicia. El primer jonrón fue sin hombres en base en el segundo inning, el otro, de 2 carreras, lo dio en la cuarta entrada. La pelota viajó 425 pies, y golpeó la pizarra del jardín derecho en el Veterans Stadium. En ese momento, la cartelera mostraba la lista de los líderes en carreras impulsadas de la Liga Americana aquel 1983. La bola golpeó exactamente arriba de la «M» de Murray.
Baseball Almanac destaca este dato: “Eddie Murray es uno de los cinco jugadores ( Hank Aaron, Willie Mays, Rafael Palmeiro y Alex Rodriguez) en la historia de las Grandes Ligas con 500 jonrones y 3.000 hits. Bill James escribió: «Nunca ganó un Premio al Jugador Más Valioso, pero era candidato todos los años» y aquí hay un desglose de lo cerca que estuvo: 1978 (8 °, 13%), 1979 (11 °, 6%), 1980 (6 °, 27%), 1981 (5 °, 35%), 1982 (2 °, 57%), 1983 (2 °, 74%), 1984 (4 °, 50%), 1985 (5 °, 33% ), 1990 (5to, 37%). Un 9 veces «Casi JMV” que recibió 8 invitaciones al Juego de las Estrellas, ganó 3 Guantes de Oro, y 3 Bate de Plata. Terminó su carrera en el segundo lugar de los toleteros con más batazos con las bases llenas (dio 19 grand slams, detrás de Lou Gehrig, quien conectó 23), y fue elegido al Salón de la Fama de Cooperstown en su primera postulación en 2003 (85,3% de los votos).
Su compañero, el lanzador Mike Flanagan, dijo de sus cualidades: «Fue el mejor bateador decisivo que vi durante la década que jugamos juntos, no solo en nuestro equipo, sino en todo el béisbol”.
Esta cita de Cal Ripken Jr. nos da idea de su liderazgo: “Cuando llegué a las Grandes Ligas, había un hombre, Eddie Murray, que me mostró cómo jugar este juego, día tras día. Le agradezco su ejemplo.”
Melvin Mora conoció a Eddie Murray al llegar a los Orioles en el año 2000:
Me hizo un mejor bateador. Fue un mentor, un tipo divertido, a parte de ser un tremendo pelotero, fue un excelente compañero el tiempo que lo tuve como coach. Un día me dijo: “Te voy a hacer una pregunta ¿Si eres un pitcher inteligente, qué piensas que debe hacer el bateador con hombre en segunda sin out?”, le respondí que el tipo va lanzar adentro porque no quiere que yo le mueva al corredor con rolling a segunda. Me explicó: “Entonces, si él te va a tirar adentro, el juego estará 2-0, porque lo que tu tienes es que estar listo para batear ese pitcheo, para hacer el ajuste y sacarla del parque. Depende del bateador que seas. Yo eran bateador de empujar carreras, también los hay de mover corredores”. Me dijo que yo podía empujar 100 carreras en las GL con mis habilidades. Terminé segundo y tercer bate del equipo gracias a él, empecé a empujar más carreras, siguiendo lo que él me decía. También raspaba mucho el bate para ponerlo finito, y se me partían, y él me preguntó que por qué lo hacía y yo le dije que me sentía bien como “latigueando” la bola, me explicó que me estaba quitando como el 60 % de posibilidad de botar la pelota, yo dejé de raspar los bates y empecé a dar más jonrones.
Mora tiene un anecdotario del tiempo que estuvieron juntos en Camden.
Era un coach, que si tú estabas molesto porque te habías ido de 4-0, él buscaba la forma de hacerte reír. Un día me trajo una muñeca que lloraba cuando le quitabas el chupón, le pregunté por qué me daba eso, me dijo: “Bueno porque cada vez que te dan un bolazo te pones como esa muñeca”. Era divertido y generamos una confianza especial, Eddie es un tipo alegre, no hay momento en el clubhouse que yo me acuerde de que llegara molesto. Era el que buscaba la manera de hacer sentir a los nuevos que eran parte del equipo. Eso hizo cuando yo llegué.
Fuera del terreno, cuenta Melvin Mora, Eddie Murray es un hombre siempre dispuesto a participar en todas las obras de caridad, en especial las que apoyan a personas con alguna condición o discapacidad.
Era carismático, dedicaba tiempo al fanático, veías la fascinación que él causaba, y uno quería copiar eso. Incluso después de ser coach, él firmaba, unos 30 minutos, en todos los estadios que íbamos, siempre.
Cada uno de los quintillizos Mora y la hermana mayor, tienen un bate dedicado por uno de los mejores Orioles de todos los tiempos.
Reflexiona lo que significa su amistad y guía:
Para mí fue una gran satisfacción coincidir con esa gente que puso esos números tan impresionantes en las GL y que al mismo tiempo fueron tan humildes con uno, que dejaron un legado, una lección: John Olerud, Rickey Henderson, Cal Ripken Jr. “No importa cuánto dinero ganes, no importa qué tan bueno seas, siempre tienes que mantenerte en la humildad” y eso era esa gente, especialmente Eddie Murray. Tenía esta filosofía: Jugar duro y llegar a tiempo.
Eddie Murray comparte mucho con Melvin Mira en los eventos del Salón de la Fama de los Orioles.
Sus números hablan del toletero temible que fue durante sus años con los Orioles, Dodgers, Indios, Mets y Angelinos, con los Dodgers terminó su brillante travesía por las Grandes Ligas en 1997.
Su compañero y Salón de la Fama, Jim Palmer, insiste en hablar de él como jugador de Baltimore y fue la gorra de este equipo la que usó para ser exaltado a la inmortalidad:
Sé que Eddie terminó jugando con equipos distintos a los Orioles, pero aprendió el juego al estilo de los Orioles. Pensar que se le menciona con Hank Aaron y Willie Mays, indica lo completo que fue como jugador. Me alegro de que llevara puesto nuestro uniforme; podía ayudar a los Orioles a ganar de muchas maneras.
Agrega un dato precioso el artículo de Alan Cohen para la Sociedad Americana de Investigación del Béisbol (SABR):
Eddie jugó béisbol solo durante su último año en Alain Leroy Locke High School, en Los Ángeles. Fue un lanzador estrella, nombrado Jugador del Mes de abril de 1973 por Los Angeles Sentinel. El periódico también mencionó al campocorto del equipo, Osborn Smith quien bateó .304 después de ser nombrado el co-jugador del año de la Liga Marina en baloncesto. Pasados 30 años, en 2003, Eddie Murray y Osborn “Ozzie’ Smith se reunieron en el podio de Cooperstown para la inducción al Salón de la Fama de Murray (Smith había sido admitido el año anterior, 2002).
«Si puedo ayudarte, eso nos ayuda a nosotros. Se trata de ganar. Si puedes decirle algo a alguien y eso puede ayudar a ganar al equipo, eso es lo que debes hacer”. Así jugó Eddie Murray.
*
Fuentes:
https://baseballhall.org/hall-of-famers/murray-eddie
https://sabr.org/bioproj/person/eddie-murray/
https://www.baseball-reference.com/players/m/murraed02.shtml
https://www.baseball-almanac.com/quotes/eddiemurrayquotes.shtml
Mari Montes
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