Diario Literario

Diario literario 2024, enero (parte IV): grandeza de Moroni, vigencia de Anne Seghers, Ishmael Reed, Kapono Namakura

27/01/2024

Izq: Paul Celan. 1938. Fotógrafo desconocido. Der: Nicolas de Staël. Fotografía de MAP | Rèunion des Musèes Nationaux

Milán, sábado 20 de enero de 2024

De Staël-Celan

Desde hace días, más bien semanas con ganas de escribir algo sobre Nicolas De Staël, un artista que he admirado desde pequeño, y por el cual siento mucha simpatía, así fuera porque era uno de los pintores preferidos del querido Hugo Baptista. A finales del año pasado tuve la alegría de visitar la magnífica retrospectiva que le dedicó el Museo de Arte Moderno de París, y desde entonces he querido dedicarle unas notas. Lo que quisiera destacar son las muchas afinidades electivas que encuentro entre él y Paul Celan. La más dramática de todas es que ambos se quitaron la vida tempranamente. De Staël a los cuarenta y uno, en 1955, y Celan a los cincuenta, en 1970. Ambos, y es una coincidencia más feliz, estuvieron asociados a las actividades de la Galería Maeght.

«El sastre». 1570. Giovanni Battista Moroni

Grandeza de Moroni

La Galleria d’Italia, entre la Scala de Milán y el magnífico Palazzo Marino, fue, durante muchas décadas, la sede de Intesa San Paolo, uno de los bancos más importantes de Lombardía, que es como decir de Italia y Europa. Sus estupendos, y verdaderamente palaciegos espacios, en los cuales se trataba el destino de cientos de miles de clientes, han sido adaptados para cumplir un objetivo más filantrópico. Es una galería de arte, más bien sala de exhibiciones dedicadas al arte italiano de cualquier época, desde Boccioni a Kunellis o Schifano. En este momento, nos ha sorprendido a todos con una imponente muestra de Giambattista Moroni, uno de los genios del retrato durante el Renacimiento. Muchas veces comparable a Lotto, y no pocas veces al mismo Tiziano. Es una espléndida muestra, enriquecida con una serie de telas de contemporáneos de Moroni: Moretto, Tiziano, Veronese, Palma Vecchio, Tintoretto y Veronese. Estuvo antes, aunque menos amplia, en la Frick Collection de Nueva York. Se trata de una experiencia reveladora. Y lo que se me reveló fue la grandeza de Moroni como retratista; en sus mejores momentos, a nivel del mismo Tiziano. No fue pintor de ninguna corte, pero sí preferido por la clase privilegiada lombarda y, durante su estancia en Trento, por los poderosos del mundo, reunidos en la ciudad italiana para las sesiones del Concilio de Trento. En Bérgamo, no lejos de su pueblo natal, frecuentó las animadas reuniones de cultos entusiastas y poetas que se comunicaban en diversos idiomas, incluyendo el castellano. Fue el caso de la activa Isota Brembati, petrarquista insigne en una época donde el petrarquismo era la moda a seguir e inmortalizada, si no por su poesía, sí por Moroni en dos formidables retratos. Sin el genio de los petrarquistas españoles (Boscán, Garcilaso), dejó muestras de su talento:

Sabio Ruscel, que a tan alta Diosa
has un tan rico templo dirigido,
y a los misterios dél has escogido
de cada parte gente tan famosa,

requiéresme a tan divinal cosa;
y aunque indino si no fuera ofrecido
a oro ídolo tal como me he perdido
yo me esforçara a obra tan gloriosa,

no porque sea bastante a tal oficio
que yo víctima soy más que ministro
con que haze Amor cruel su sacrificio.

Pero ni me cuente a devaneo
si en esta religión no me registro,
mas reçibe por obra a mi deseo.

De la bella Isota no había leído nada hasta ahora, tal es mi ignorancia. Y del gran Moroni recordaba una sola tela, el conocido “Sastre” de la National Gallery, y acaso por la crítica de Aretino, quien no le perdonaba al artista que tomara como modelo a un simple sastre. Precisamente uno de los rasgos de la actualidad del maestro bergamasco.

Anna Seghers. 1966. Fotografía de Christa Hochneder | German Federal Archives

Milán, lunes 22 de enero de 2024 

Vigencia de Anne Seghers

Anne Seghers (un seudónimo), una de las dos novelistas más importantes del siglo XX, publicó Tránsito en 1944 y, en parte, cuenta sus experiencias, y las de su familia, como refugiados tratando de abandonar Francia vía Marsella ante la inminencia de la avanzada alemana. Seghers era doblemente codiciada por la Gestapo, por comunista y por hebrea. De las peripecias reales del grupo familiar habla con detalles Christa Woolf, otra de las grandes del siglo pasado, en su introducción a la novela. La salida de los refugiados por el legendario puerto era, como se puede imaginar, la más complicada. Los excesos de la burocracia convierten en cuento de hadas las alegorías kafkianas. En el caso del protagonista de Tránsito, casi en todo la misma Seghers, consistían en un certificado de que la persona no era  un reo; el permiso para permanecer durante un tiempo limitado en Marsella; el pasaje comprado en uno de los pocos barcos disponibles; la visa para el país de destino (en este caso México); el permiso de “tránsito” por los Estados Unidos, donde el vapor por fuerza hacía una parada, así como un certificado de buena conducta firmado por dos ciudadanos norteamericanos, y la dirección a la cual iba a llegar en el país escogido. A los españoles les esperaba una dificultad adicional. En virtud de un acuerdo con Franco, las alcahuetas autoridades francesas de Vichy, todos los hombres de origen hispano y en edad apta para las armas, debían ser deportados a Madrid como sospechoso de haber participado en la guerra del lado republicano. Tampoco ayudaba presentarse al consulado norteamericano con antecedentes de actividades izquierdistas, como la misma Seghers y su esposo. Al final, después de embarcar, eran muy reales las posibilidades de ser hundidos por un submarino alemán. De esto, y de cien cosas más referidas a las miserias y dones de la condición humana, trata la novela que deberíamos entender como una conmovedora metáfora de la condición humana, y una gran historia de amor: “Dos hombres luchan por el amor de una mujer, pero en realidad ella ama a un tercero que está muerto”. Como en todas las grandes obras de la literatura, la autora, cuando habla de sus personajes, parece que estuviera hablando de nosotros, sus lectores:

En aquella época todos tenían un único deseo: embarcarse. Y un solo temor: el de tener que quedarse. Irse, irse de este país en ruinas, de esta vida destruida, de este planeta! La gente escucha con avidez cuando se habla de embarques, de naves capturadas que no llegarán nunca, de visas compradas o falsificadas, de nuevos países de tránsito. Todos estos rumores sirven para aliviar la espera, porque la gente parece consumida de tanto esperar. Y lo que todos prefieren escuchar son las historias de naves que zarparon sin ellos pero que, por alguna razón, no llegaron a su destino.

Aunque seguramente atea, los dioses tuvieron piedad con Seghers, quien, en marzo de 1941, desde Marsella, pudo embarcar, con su esposo y dos hijos, en el Capitaine Paul-le-Merle, y llegar a salvo a México D.F., vía Martinica, Nueva York y Veracruz.

K.421

Escuchando la K.421 (Cuarteto de cuerdas #15) de Mozart en la versión del Quarteto italiano, pienso en lo que algún sensible critico dijo sobre Haydn, que escuchándolo pensaba en un mundo que una vez fue mejor que este. Es lo que pienso en medio de los exilios, guerras, mal disimulado genocidio, desigualdades inverosímiles y refugios y refugiados. El consuelo, consuelo de tontos, es que, si una vez fue posible, tan vez sea factible repetirlo. Pero la condición humana, después de Mozart y Haydn, parece signada por la expresión francesa Au rebours (hacia atrás, al revés). Sin embargo, sin ir muy lejos, en 1979, cuando compré esta versión del K.421 y vivía en Nueva York, el mundo lo recuerdo mejor que este. Tal vez no sea más que una de mis reiteradas wishful thinkings.

Ishmael Reed. 2010. Fotografía de Steve Rhodes | Flickr

Ishmael Reed

Me escribe Robert Vifian, buen coleccionista y lector de poesía, entre otras cosas, para recordarme un difundido texto de Ishmael Reed (1938), uno de los poetas afroamericanos más influyentes de su generación. A pesar de su admiración por los poetas del llamado Harlem’s Rennaissance (Lagston Hughues et al), y de novelistas como James Baldwin, la dicción de su poesía, la libertad sintáctica, el modo demótico, son de clara procedencia beatnick, algo que nunca ha dejado de reconocer. El poema, publicado en 1980, al que se refiere Robert tiene todas inflexiones de la obra de vates como Ginsberg o Ferlinghetti, en la cuales la oralidad desplaza la lectura convencional. Escuchar al poeta leyendo el texto es una experiencia en esta tradición oral desconsiderada por los mejores poetas del siglo XX con pocas excepciones. Lo que sigue es un intento de traducir unos versos compuestos para ser escuchados en inglés y no para ser leídos en castellano. Reed es un maestro de la prosodia, la cual ha enseñado en las universidades durante largos años. En el texto encontramos cantidad de versos medidos (tetrámetros, pentámetros) que alternan con amplias secciones de versos libres. De una u otra forma la insistencia en la oralidad es evidente.

 

EL PAPA RESPONDE AL AYATOLAH KHOMEINI (1)

 

Querido Khomeini:

 

He leído tu anuncio de prensa de catorce mil dólares
preguntándome porqué el Vaticano esperó
todos estos años para destacar un enviado
a quejarse de las condiciones en Irán.
Tienes razón, hemos debido destacar uno
cuando el Sha estaba en el poder, pero fíjate,
estoy completamente de acuerdo contigo
en que si Cristo hubiese vivido en Irán
bajo el Sha, hubiese organizado la más estupenda
revuelta que hayas visto alguna vez.

Créeme Khomeini, sabía de la decadencia
del Sha, su extravagancia,
sus excesos, y cómo se estiraba en el lujo
con el botín de los iraníes. Estaba
enterado del cargamento de joyas
que condujo a la captura de su padre,
pero uno tiene que comer y cuando
David Rockefeller me pidió que hiciera algo
cómo  podía rechazarlo.

¿Estás enterado del disco de rock que tuve
qué hacer? Está de #300 en todas las listas,
que es lo más bajo que se puede llegar.
E imagino que habrás leído
que tuve que llamar a todos esos cardenales
y, por primera, vez revelar el presupuesto
del Vaticano?
Tuve que adaptarme y ponerme sobre
mis manos y rodillas para que endosaran
el préstamo.
El jet del Vaticano tiene problemas mecánicos
y el Rolls Royce necesita un motor nuevo.
Hace meses que no se paga al personal
y la compañía de electricidad está
amenazando con cortarnos la luz.
Como si fuera poco, los inspectores
han precisado 30000 violaciones nuestras
al código. Te digo Khomeini, que
tanta gente está dejando la iglesia
y tengo una pesadilla en la que un día me despierto
en Los Ángeles y soy el único que queda.

Milán, martes 23 de enero de 2024

 

EL PAPA RESPONDE AL AYATOLAH KHOMEINI

Dentro de poco nos habremos convertido en uno
de esos cultos que aparecen en el San Francisco Chronicle.
Te prometo, Khomeini, que cuando salgamos
del déficit no voy a destacar ningún enviado
sino que voy a ir en persona a visitarte.
Me gustaría conversar este plan
con el  Patriarca Dimitrios
de la Iglesia Griega Ortodoxa,
esto se me acaba de ocurrir.
Tú sabes, no hemos hablado con esta gente
en los últimos 900 años, pero cuando
estás en rojo con 20 millones de dólares,
uno habla con cualquiera.

La ironía es uno de los recursos de Reed en sus poemas y novelas. Una obra literaria que refiere, como uno de sus reiterados asuntos, la denuncia de los abusos coloniales. Es una tendencia ampliamente difundida en los poetas de Estados Unidos. El poeta canta y cuenta el horror sin fin del proceso colonial. La iglesia católica, que, como todas las iglesias occidentales, bendijo todo tipo de ultrajes coloniales, no podía pasar desapercibida a la mirada de Reed. No obstante, es precisamente la ironía lo que salva el poema de lo panfletario y políticamente banal.

Charles Maurras. 1910. Fotografía de Pierre Petit | Wikimedia

Milán, miércoles 24 de enero de 2024

Más Maurras

Charles Maurras (1868-1952) fue uno de los intelectuales franceses más influyentes antes de la Segunda Guerra. Por lo menos tanto como lo sería Jean-Paul Sartre (1905-1980) después del conflicto. En su condición de director de la infame L’action française, fue encargado de difundir una ideología reaccionaria, monárquica y anti-democrática. Hasta que la historia lo condujo a preferir el totalitarismo nazi a cualquier democracia. De Gaulle lo salvó de la horca (seguramente lo leyó y admiró en su juventud) y limitó el castigo a unos años en prisión. Sartre, quien con Le temps modernes, no menos infame que la revista de Maurras (defendió, en algún momento, a Stalin, a Castro o Mao), tuvo la suerte de no asistir el triunfo del comunismo en Francia, el cual lo hubiese condenado a una suerte menos tibia que la de Maurras. Como Heidegger y tantos notables intelectuales de su tiempo (Malraux, Orwell, Heidegger, Benn), Maurras fue un tejido de contradicciones. Mucho de lo que dijo es reprobable, pero su defensa del espíritu clásico es admirable. Y algunas de sus opiniones políticas son, en estos tiempos, inquietantes, por decir lo menos. Como su opinión sobre el Estado. El mismo hombre que hizo de la democracia el objeto de su desprecio, no sentía mayor simpatía por el estado hipertrófico de las dictaduras totalitarias. En su excitante antología , Mes idées politiques, encuentro estas consideraciones originales y dignas de discusión:

Toda doctrina que presente al Estado como dispensador y distribuidor de derechos será desmantelada por la mera observación de que la sociedad, tanto espiritual como temporal es anterior lógica e históricamente al Estado. El estado y la sociedad son cosas diferentes. La sociedad comienza con la familia, que es su unidad primordial. A continuación, vienen las comunas, las asociaciones profesionales y confesionales, la variedad infinita de cuerpos, grupos, compañías y comunidades, a falta de las cuales toda forma de vida humana desaparecería. El Estado no es más que un órgano, indispensable y primordial de la sociedad. El Estado, cualquiera que sea, es un funcionario de la sociedad. El Estado, cuando está bien constituido, nada tiene que ver con los individuos… Un Estado normal deja actuar, bajo su cetro y espada, la multitud, de pequeñas organizaciones espontáneas, colectividades autónomas que existían antes que él y que tienen la posibilidad de sobrevivir y que son la verdadera sustancia inmortal de la nación.

Escritas antes de la Segunda Guerra, estas opiniones presentan a Charles Maurras como un teórico avant la lettre, de todas las formas de neo-liberalismo. O, al menos, tan contemporáneo como los primeros teóricos de la ideología nefanda.

COnversión en el camino a Damasco. 1601. Caravaggio

Milán, jueves 25 de enero de 2023

 

CAMINO DE DAMASCO

 

Pablo, si no te hubieras caído del caballo
esa tarde,
camino de Damasco,
seríamos menos infelices.
En lugar de un solo dios,
ausente y malhumorado,
serían muchos y alegres
los dioses a la mano.
No entiendo cómo tú, un centurión
del gran ejercito romano,
pudo terminar en el suelo
al escuchar una voz,
supuestamente llegada de lo alto,
que no era más que alucinación
bajo el sol ardiente del verano.
Nadie te perseguía a ti, encargado
de perseguir cristianos,
pero te sentías mejor, un profeta,
un converso recién llegado.
Y allí comenzó todo lo que nos ha pasado.
Un culto del desierto alucinado
a los bosques europeos trasplantado.
mo creer en un pobre Jesús crucificado,
huérfano de padre
y al amor de la madre limitado.
No quiero un Dios como yo,
a lo efímero, como la luz de la vela,
condenado. No quiero otra vida
en un más allá aterciopelado.
No es probable, como esta, una
vida mejor en cualquier lado,
así se viva en el exilio castigado
Si te hubieses mantenido,
como un buen centurión en tu caballo,
nos habrías enseñado
a coger la flor del día y sentir
su perfume enamorado.
No te perdono ni a ti,
ni a los ministros
que te han acompañado,
no enseñarme a vivir
con el denario que me fue otorgado.
Sólo con un día más
aquí, en esta tierra, entre los hombres,
me siento afortunado.

 

(25.I.2024. Día de la Conversión de San Pablo)

Jordan Kapono Nakamura. Fotografía de Joshua David Watson | poets.org

Milán, viernes 26 de enero de 2024

Ya son veintiséis los días de un año que ni siquiera ha comenzado. Todavía estoy en el inventario de todo lo que hice, deje de hacer o hice mal, en 2023, y, como si poco fuera, el tiempo pretende que me ocupe de otro año. “Los días se pasaron en tropel”, dice una canción navideña venezolana, lo cual es cierto, pero no justifica que sigan pasando así, sin tregua para voltear a ver lo que vivimos, si es que lo vivimos y no fue una alucinación o un sueño. La confusión a todo nivel es el resultado de esta histérica manera que tiene el tiempo de pasar. Las guerras, las pestes, la desigualdad, la precariedad de las formas de gobierno, comenzando con la democracia. Ah, de la vida, ¿nadie me responde? ¿Aquí de los antaños que he vivido?

Jordan Kapono Nakamura

Desde hace días pensando en un poema difundido por la Academy of American Poets en su proyecto “Poem-a-Day”. Su autor es un desconocido, al menos para mí, Jordan Kapono Nakamura, nacido en Japón de una vieja familia hawaiana en una fecha imprecisa (30-40 ae?). Vive en O’ahu, no muy lejos de Pearl Harbor. “Entrevista” se llama el texto escrito en versos libres en primera persona con una dicción coloquial no exenta de empatía. Algo de órfico hay en el fondo cuando el poeta dice, “Mi propósito es recordar mis vidas pasadas…” Sin embargo, las creencias en múltiples vidas están lejos de ser patrimonio del imaginario mediterráneo, y muchas y variadas las tradiciones orientales. La voluntad de diferenciarse de Occidente está claro esta poesía: “Hice un juramento en contra del calendario romano. Tal vez sea esta ambigüedad lo que me atrae de la pieza. Aunque no es todo. Algunas de sus fantásticas imágenes (“He luchado contra ángeles”) me parecen fascinantes, a mí partidario de un realismo crítico. Este es un intento de traducción:

ENTREVISTA

Quiero este trabajo porque
es algo que puedo hacer
y estoy físicamente hambriento.
Poseo una larga experiencia
estudiando lo que dice el agua
cuando se precipita.
Puedo cargar más de 16kg,
aunque esto no tiene nada que ver.
He luchado con ángeles
y las nueve existencias
de compulsión patológica.
Contra el calendario romano
y sus cambios derivados hice un juramento.
Puedo ser tan firme como un pavo frío.
Mis dos cartas de recomendación
son la f y u, que van bien con surf.
Que es un modo de pisotear
lo que quiere ahogarme. He escuchado
las bisagras de las puertas del mar
y he leído un libro bajo el árbol. Creo
que una mentira es peor que un asesinato,
pero es verdad que no he muerto. Podría
pensar en un tiempo cuando tenía que realizar
múltiples tareas bajo una inmensa presión, pero mejor no.
Mi objetivo es recordar mis pasadas vidas
y ser libre en cada una de ellas. Mi fuerza está dispersa
y enterrada al mismo tiempo. Mi debilidad entretiene
como una fiesta con todas las consecuencias.
Mi lazo es con una tierra incomparable donde nadie
atesora nada. Puedo empezar cualquier día
que estés listo para el tren. Puedo terminar
cualquier día, de verdad,
no necesito esto, la gente me atrapó, usted sabe,
y yo estoy con la gente. 


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