Diario Literario

Diario literario 2023, octubre (parte IV): Bachmann & Grünbein, “Hegel en Venezuela”, Bachmann & Schubert, El Greco en Milano

21/10/2023

Izq. Ingeborg Bachmann. Der. Durs Grünbein

Milán, sábado 14 de octubre de 2023

Bachmann & Grünbein

Revisando periódicos y revistas en los Servicios de la Biblioteca de Milán, me encuentro con dos estimulantes noticias. Me refiero a la inminente aparición en italiano de sendos libros de autores que he leído y traducido de manera reiterada: Ingeborg Bachmann y Durs Grünbein. De la primera, para conmemorar los cincuenta años de su trágica desaparición, Adelphi anuncia una nueva edición de Invocación de la Osa mayor. Una versión anterior había sido publicada por la editorial ES hace unas tres décadas. No es la primera vez que la formidable poeta austríaca (1920- 1973) aparece en el catálogo de la prestigiosa casa editorial milanesa, y no podía ser de otra manera pues Roberto Calasso, su director, fue gran amigo de la autora. Del alemán Grünbein, del cual di a conocer algunas de mis traducciones al castellano de su poesía, Crocetti acaba de dar a conocer Le parole non dormono una antología de su dilatada. Sobre su vida y formación en la Alemania del Este, Grünbein dio unas declaraciones para La Lettura, el papel literario de Il corriere della sera:

Nací en 1962, apenas diecisiete años después del final de la Segunda Guerra Mundial, cuyas huellas de destrucción era particularmente notables en Dresde. Crecí en Hellerau, barrio, mejor dicho, ciudad jardín, en las afueras de Dresde. Muy cerca se encontraba un de los numerosos cuarteles ocupados por el ejército soviético. Esta contundente presencia de la guerra siempre la tuve clara y lo sigue estando. Una imagen de mi condición de partida es la del náufrago. Esta condición implicaba una gran presión y ansias de libertad. Entendida sobre todo como liberación de las campañas de la propaganda oficial. Era fundamental para un poeta la búsqueda de formas de decir cosas que no se habían dicho antes… La huida o deserción de la ideología impuesta comenzó para mí en la escuela, porque se trataba de un adoctrinamiento precoz y la doctrina oficial era el comunismo. Había de mi parte una búsqueda de principios como la fraternidad, la justicia, la igualdad que se oponían a la declinación concreta del socialismo real. Para mí estaba clara la naturaleza imperialista del estado soviético… Mi idea de una posible salida era la de un corredor humanitario de naturaleza humanística…La tradición en la cual me inscribo es la del racionalismo que tiene en Occidente una historia de cuatro siglos… Para mí la poesía, en momentos de crisis, ha sido una fuente de salvación, en el sentido de recuperación y orientación. Pero, en términos generales, diría que la poesía para mí es el fundamento del sentido de la existencia. Aunque es necesario señalar cuán pocas son las personas que participan de esta riqueza.

Grünbein es uno de esos talentos alemanes signados por el desbordamiento y la fecundidad. Recuerdo que uno solo de sus libros, De la nieve. Descartes en Alemania) se prolonga por más de doscientas páginas de largos versos. Los alemanes no adquieren bibliotecas, las escriben. Las obras completas de Heidegger se dilatan por más de cien gruesos volúmenes. No sé cuántos llevará Grünbein hasta ahora, pero no deben ser pocos. Este es uno de los poemas incluidos en la edición italiana de Las palabras no duermen:

 

POMPEYA ESTÁ VIVA

De la ciudad vesubiana llega
la noticia de un nuevo descubrimiento:
la morada de una pequeña familia.
Esclavos, a juzgar por la precariedad
de los muebles encontrados:
catres rudimentarios, un baúl,
una vasija, un urinario.
Un volante, colgado de una las camas,
habla del oficio del que llevaba
la comida a casa: conductor (chofer).
Los vivos se apoderan
de la vida cotidiana de los muertos.
En un lugar de Pompeya
se podría decir que están
desenterrado el futuro.
Mientras excavan, están vivos.
Mientras duren las excavaciones,
vivimos con la ciudad sepultada.

 

Milán, domingo 15 de octubre de 2023. Sta. Teresa de Ávila 

La publicación de Ingeborg Bachmann es una nueva versión al italiano de su Invocación a la Osa Mayor (versión castellana en Hiperión). En una acertada reseña, su autor, Marino Freschi, rescató una vieja entrevista con la autora donde confiesa los estragos que produjo en su psique la llegada de las tropas nazi a su pequeña ciudad de Klagenfurt en 1938 (Uwe Johnson lo refiere en su Viaje a Klagenfurt):

Hubo un momento muy preciso que destruyó mi infancia: el ingreso de las tropas de Hitler a Klagenfurt. Fue algo tan horrible que mis recuerdos comienzan ese día: con un dolor demasiado precoz y con una intensidad que tal vez nunca más he experimentado. Es verdad que no entendí el acontecimiento como lo ha podido entender un adulto. No obstante, esa imagen de brutalidad que advertí, aquellos gritos, cantos y marchas fueron primera angustia por la muerte. Un ejercito entero llegó de esta manera a nuestra tranquila, pacífica Carintia.

Sería en Roma, en la segunda post-guerra, donde Bachmann encontraría una nueva ciudad. Allí vivió durante años, y allí murió una muerte prefigurada en su novela Malina. Hace ya más de veinte años traduje, y publiqué, uno de sus poemas dedicados a la Ciudad Eterna. Y otro, que es una suerte de autobiografía, escurridizo, brillante y oscuro, donde alude al necesario intercambio de ciudades a la que se vio obligada. Esta es mi versión:

 

IMAGEN NOCTURNA DE ROMA

Cuando el columpio secuestra las siete colinas,
también hacia arriba se desliza,
abrazada y cargando con nosotros
el agua sombría,

sumergida en el lodo del río
hasta que los peces
se reúnen en nuestro regazo.
Entonces, cuando nos toca,
también nos alejamos.

Las colinas se hunden y compartimos
con los peces la noche.

Nadie salta
Es así, sólo nos eleva
el amor del otro.

Retyrato de Hegel. Grabado de Lazarus Sichling basado en una litografía de Julius L. Sebbers. 1828

Milán, lunes 16 de octubre de 2023

Otoño

Con tres semanas de demora ha llegado el otoño a la ciudad. Su clima, de acuerdo con Hipócrates, debe ser lluvioso y frío. Aunque recuerdo el otoño de Nueva York con sus altos cielos azules y su sedosa luminosidad. O los de Nueva Inglaterra con su lluvia de ocres. Sobre eso habla y canta Donald Hall en uno de los poemas más permanentes de su tiempo, “Pateando las hojas”, que traduje y comenté para Voces ajenas, mi libro de traducciones que nunca fue publicado. Hoy no es un día como esos, pero suficiente para mí si mantiene a raya cualquier reincidencia estival.

DE FLOTA EL TIEMPO

HEGEL EN VENEZUELA

 

En su Fenomenología, el joven Hegel
expuso su intuición de que el estado
era una de las grandes creaciones del espíritu,
el desarrollo natural del genio humano
en su búsqueda de la libertad individual.
No imaginó que de esta manera se iban a legitimar,
en el futuro, todos los proyectos totalitarios.
Venezuela es el país que hemos perdido
más de diez millones de venezolanos;
dispersos por todas partes, sin cielo ni camino
de regreso, confundidos y anonadados.
Cada país es un bajel, y el nuestro ha naufragado,
las gaviotas graznan por el cielo nublado,
mientras el velamen se cubre de negros erizos,
La nuestra era una democracia herida, que nadie quiso
curar, y se abrió la puerta a los vándalos,
que se apoderaron de todo lo que guardábamos,
para destruirlo en nombre del estado hegeliano.

Lacoonte. 1614. El Greco

Milán, martes 17 de octubre de 2023

Bachmann & Schubert

Desde muy temprano (6.30am), y no por casualidad, los Lieder de Schubert en una radio italiana de música clásica, hoy que se cumplen cincuenta años de la muerte de Ingeborg Bachmann en Roma. Nada como estas canciones de Schubert para recordarla en su último viaje.

El Greco en Milán

Notable muestra de El Greco en Palazzo Reale, con un montaje ejemplar, que se inicia con algunos íconos bizantinos y termina con el imponente Laoconte. Los organizadores destacan una circunstancia a menudo soslayada. El Greco nació, como se sabe, en Creta, pero hay que agregar que esta Creta era una colonia del imperio veneciano, lo que hacía lógico el desplazamiento del artista a esa ciudad en busca de un centro donde ampliar sus estudios. Su residencia de tres años en la Serenissima se tradujo en el abandono de la forma “greca” de su estilo, una iconografía que había sido dominante en la pintura de la Alta Edad Media y cuya vigencia se mantenía en Creta en tiempos del Greco. Venecia, en pleno siglo de oro de su pintura, propició su incorporación a la dominante escritura “latina”  de los grandes maestros del Renacimiento, entre los cuales Tiziano y Tintoretto, las influencias dominantes en su pintura. El Greco ha sido un artista ajeno a la unanimidad. Son tantos los que lo admiran como los que lo rechazan. Me he sentido entre los segundos desde mis primeros años de bachillerato. Con la experiencia de la exposición en el Palazzo Reale, me temo que comienzo a sentirme entre los primeros, especialmente cuando se trata del trabajo realizado hacia finales del XVI y comienzos del XVII. Ahora tengo su estremecedor Laoconte como una de las glorias de pintura europea de esos años.

Milán, miércoles 18 de octubre de 2023

Tres años

Uno de esos días grises, por dentro y por fuera, que conocen bien los que no saben cuándo van a regresar a su paria tierra, si es que un día lo hacen. Cuando salí de Venezuela, hace justo tres años, no imaginé lo que me reservaba el fato. Robert Lowell escribió que el poeta termina siendo el profeta de sus propias calamidades. Cuando, en 2019, leí en la casa de Diana y Jacobo Borges, en una ocasión inolvidable, los poemas de mi libro Exilios, no pensaba que un día terminaría siendo el protagonista de la historia que contaba y cantaba en esos textos. Los escribí como breves monólogos interiores de venezolanos que habían sido obligados al destierro. Entre los cuales no me contaba, resignado como estaba a vivir en medio de la indigencia del país natal. En octubre, me vine a Italia con un querido amigo venezolano en el mismo vuelo humanitario y, en Roma, cuando nos despedimos, él vía Londres, yo vía Milán, estuvimos de acuerdo en regresar a Venezuela juntos al cabo de tres meses. Él está allá desde / hace más de un año, / yo estoy en Milano, / con mi hija y mi nieto, / con nostalgia por el país lejano.

Retrato de un anciano (presunto autoretrato de El Greco). 1600. El Greco

Milán, jueves 19 de octubre de 2023

Gongora y El Greco

Se sabe que Velázquez poseía dos pinturas de El Greco que se guardan en El Prado. Y se dice que Góngora era propietario de una de ellas que nadie sabe dónde está. La admiración del poeta por el maestro cretense de retorcidas figuras, la expresó en este igualmente retorcido soneto, un monumento al hermetismo en poesía:

 

INSCRIPCION AL SEPULCRO DE DOMENICO GRECO (1614)

Esta en forma elegante, ¡Oh peregrino!,
de pórfido lucente dura llave,
el pincel niega al mundo más suave
que dio espíritu a leño, vida a lino.

Su nombre aun de mayor aliento digno
que en los clarines de la Fama cabe,
el campo ilustra de este mármol grave,
venéralo y prosigue tu camino.

Yace el griego, heredó Naturaleza
arte y el Arte estudio, Iris colores,
Febo luces, si no sombras Morfeo.

Tenía urna, a pesar de su dureza,
lágrimas beba, y cuantos suda olores
corteza funeral de árbol sabeo.

 

Este es el comentario del editor del poema referido a lo que considera, con razón, la mejor sección del poema, el primer terceto:

Yace el Greco, y sus cuadros eran tan naturales que pueden considerarse de hecho una parte de la Naturaleza, por lo que sólo la Naturaleza es digna heredera de su arte, ya que está heredando lo que de hecho es suyo. El Arte hereda estudio, pues todos los pintores venideros tendrán que estudiar el trabajo del Greco. En sus cuadros aparecen tonalidades nunca vistas hasta entonces, tonalidades desconocidas incluso para la misma Iris, y que constituyen también una herencia para ella, al igual que Febo, el dios del Sol, e incluso Morfeo, el dios del sueño, heredan las luces y sombras que el Greco creó en sus cuadros. El árbol sabeo (de Saba) es el incienso. El último terceto pide que las lágrimas y el incienso atraviesen la lápida para que el Greco conozca cuánto se ha lamentado su muerte.

Milán, viernes 20 de octubre de 2023

Así se nos está yendo el año, “tan callando”. Sueño o pesadilla; la vida es así, de paso y lo que queda, que es el olvido, o lo que otros llaman memoria, es un conjunto de imágenes cada vez más desteñidas y fragmentarias

Hoy un día ideal para salir a caminar. La temperatura alrededor de 15 ºC, un dejo de niebla y una ligera llovizna. Además, vientos frescos que no son frecuentes en esta planicie protegida por los Alpes. Regreso al apto para escuchar  RAI3 Classica el Quinteto para cuerdas de Schubert basado en el Lied “La trucha”, un poema típico del romanticismo alemán escrito por un olvidado Christian Schubart. Y recuerdo haber visto en Nueva York, hace muchos años, un video en el cual los solistas eran la romántica Jacquline Du Pre; su esposo, Daniel Barenboin; Pinchas Zuckerman, Izaak Perlman y Zubin Metha, en el contrabajo. El único no hebreo de aquella “mafia” luminosa de los ochenta que apoyó con todo entusiasmo la empresa de Isaac Stern, otro notable virtuoso. Se trataba  salvar  Carnegie Hall, a punto de ser derribado para saciar la insaciable vocación de tumbar-y-construir de los neoyorkinos. Lo que estaba en juego, aparte de la nobleza del edificio, era una de las acústicas más perfectas de la ingeniería moderna. Durante muchos años, Wladimit Horowitz se negó a presentarse en otro escenario que no fuera el venerable teatro de la calle cincuenta y siete.

Balzac & Curtius

Depués de releer algunos capítulos de la convencional biografía de Henri Troyat dedicada a Balzac, comienzo la postergada lectura del clásico estudio de Ernst Robert Curtius sobre el novelista francés. Nunca lo vi en castellano en mis años balzacianos y sólo ahora lo encuentro en una cuidada edición italiana gracias a los eficientes servicios de la Biblioteca de Milán. Su primera edición en alemán es de 1951, pero no estoy lejos de creer que es lo mejor y más actual que he leído acerca del autor de re Goriot. Lo de Curtius no se trata de un análisis de la vida del francés ni de una cronología comentada del enorme opus. Prefiere una disposición temática de su largo ensayo. Estos son algunos de los temas: Misterio, Magia, Energía, Pasión, Amor, Poder, Conocimiento, Sociedad (insoslayable), para terminar con Personalidad e Influencia. Sobre Balzac todos los lectores estamos de acuerdo: es uno de los mejores novelistas de todos los tiempos, aunque su estilo, su escritura no son precisamente ejemplar. Su prosa carece de la orfebre elegancia de Stendhal, de la precisión poética de Flaubert, de la consistencia de Dickens, de la belleza de Tolstoy y así. No obstante, Balzac es inevitable. Y es verdaderamente grande cuando deja el realismo de folletón y se pone “serio”, como en “La obra maestra desconocida”. A este Balzac se refiere Curtius al terminar su libro: “Balzac fue verdaderamente entendido sólo por aquellos que se entregaron a su mágica fascinación. Sólo los poetas, un Browning, un Baudelaire, un Hugo, un Wilde, un Hoffmansthal pudieron percibir su íntima esencia”.

Venezuela 25 años después

“La historia no perdona”, le escuché decir a mi padre en una conversación con amigos poco antes del 23 de enero de 1958. No sabía muy bien a qué se refería, y aún no lo sé. Sin embargo, me ha tocado vivir los rigores de esa expresión. Especialmente desde 2002 cuando unos conspiradores de pacotilla fracasaron en el intento de desplazar un régimen con escasa, o ninguna, intención democrática, que es lo que se debe esperar de toda administración en manos de las instituciones castrenses. La historia no perdonó ese error y, veinte años después, las consecuencias no dejan de multiplicarse. Sigue activo el proceso de destrucción total activado por el resentido líder y sus sucesores al retomar al poder. Sólo veinticinco años después y, como buen pesimista mal enterado, creo percibir en el escenario político una puerta lateral entreabierta, por donde entra un poco de luz a las tablas. Confío en que esta vez la virtù (decisión, arrojo), que recomendaba Maquiavelo, se imponga a las indecisiones e incoherencias que marcaron las actividades del 2002. La historia no perdona.


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