Diario literario

Diario Literario 2021, Mayo (parte III): Dante 700, Otro Poema De Van Toorn, “Junio 2016”, Brunetto Latini

Dante en Verona. Antonio Cotti. 1879

22/05/2021

Milán, sábado 15 de mayo de 2021

La primavera milanesa sigue con su extraviado comportamiento. Ayer en la mañana un día espléndido, con su luz azul y el más claro de los soles, un privilegio doble estar vivo en una jornada como ésa. Pero la felicidad del hombre, si existe, es la más efímera. A partir de las tres de la tarde una fría lluvia que se prolongó hasta la noche. Así es la primavera, como la adolescencia, imprevisible y accidentada, brillante y terrible. Hoy se ha prolongado el mal tiempo y la mañana la pasamos en un limbo, sin sol ni luz, ni la música de los pájaros ni los olores de las rosas que comienzan a extender sus pétalos, como es debido en un mes como éste, que los cristianos de mi país dedican a la Virgen.

Tumba de Dante Alighieri en Ravena. Fotografía de PetarM | Wikimedia

Dante 700

Toda esta Italia pandémica organizando actos para recordar los 700 años de la muerte del Sommo Poeta florentino, muerto lejos de Florencia en su exilio de Ravenna. Visité su tumba y me conmovió el recuerdo de su suerte desterrada, comiendo el pan salado del exilio (en la Toscana de su tiempo, e incluso ahora, en la producción artesanal, no le agregan sal a la preparación del pan). No imaginaba en aquel momento que la tragedia del exilio me iba a afectar de manera tan extendida. No debe haber un habitante de Venezuela que no tenga por lo menos un familiar viviendo fuera del país natal. En mi caso, todos mis hermanos y sobrinos, menos una que todavía enseña en la Universidad de Carabobo, la única de mi núcleo familiar que, en este momento, está residenciada en la tierra de origen. Nuestro destierro, sin embargo, como el de la mayoría, no está sometido a los rigores del exiliado en tiempos clásicos, o en la Florencia de Dante. Como Ovidio, el Alighieri no podía regresar a su ciudad so pena de ser condenado a muerte. No sé todavía si toda su familia, como la mía, tuvo que abandonar lo que se conoce dudosamente como el suelo patrio. Recuerdo que tuvo dos hijos, Pietro y Giacoppo, también castigados con el destierro; del resto sé que tuvo por lo menos una hermana y que su madre murió temprano; que su padre volvió a casar y que vivió, y probablemente nació, en la que hoy se conoce como Casa di Dante en pleno centro storico de la ciudad del Arno. Confío en que la reciente biografía que Alessandro Barbero ha dedicado al poeta (no recuerdo que alguna vez una biografía de Shakespeare se haya convertido en best-seller, pero el libro de Barbero lo fue durante muchos meses) venga a completar las informaciones que sólo conozco por el libro de Giovanni Boccaccio, cuya biografía de Dante sigue siendo la obra de referencia.

Otra vez Willem Van Toorn

De I giorni (Los días), la colección de poesías del holandés Willem Van Toorn traducida al italiano felizmente (no sé cuán fiel pueda ser al original, pero su italiano es muy musical) por Patricia Filia (Di Felice Edizioni), he tratado de encontrar en castellano un equivalente a este texto conmovedor:

A mi padre

 

Te he visto hoy

en el fondo del jardín

al lado de la pequeña

tumba del perro.

Con sombrero y chaqueta

como siempre

y un buen habano.

Parecías conmovido por

la serenidad del paisaje

donde ahora vive tu hijo,

 

casi tan viejo como

te lo permitieron

los dioses que de esto se ocupan.

En su reseña del libro, el profesor Roberto Galaverini, uno de los mejores críticos italianos de poesía , incluyó estos comentarios:

También desde el punto de vista formal la poesía de Van Toorn se hace querer, no se trata de una escritura muscular ni se despliega con todos los medios expresivos. Al contrario, es una poesía precisa de líneas y curvas nítidas, con una medida exacta de la realidad pero siempre respetuosa y amable. Por eso invita a una segunda y tercera lectura. Esta actitud contemplativa del poeta se revela claramente por una comprensión consciente de las cosas, por una filosofía de la vida o, mejor, por una sabiduría de vivir. El lector podrá verificarlo observando  el tratamiento que hace de la luz, de la orquestación de los tiempos narrativos y en el tratamiento de los colores. En su despliegue aparentemente tranquilo de días feriados, las jornadas de Van Toorn resultan una distinta de la otra, capaces siempre de sorprendernos con hallazgos vitales y mínimas conquistas del corazón y la mente.

Hasta ahora no conozco más de dos poemas de Van Toorn, suficientes para entender que fueron escritos por un alto poeta. Uno que ha sabido despojarse de los amaneramientos y falacias de los criterios de la modernidad, y entiende que la buena poesía, como la de Berceo o Machado, siempre ha sido “cosa cordial”.

Diarios y tanino

Después de las largas, pero no suficientes, clases sobre el arte italiano del 900, dispongo de más tiempo para escribir, y transcribir -que a menudo me cuesta más-, cuadernos que me han servido de compañía y cura durante los últimos veintiséis años. Me desestabilizo psíquica y emocionalmente cuando no los escribo. Me considero un fraude y un impostor. Dejé mis avanzados estudios de Medicina, produciendo el más hondo dolor a mi padre, con la justificación de convertirme en poeta y escritor. Y, cuando no lo hago, no me siento culpable sino, peor, avergonzado ante su recuerdo. No quiero que el eventual fracaso de mi proyecto sea atribuido a la falta de voluntad y dedicación. Con los denarios que me dieron hice lo que me pareció mejor, los invertí para redoblar las ganancias. Si no lo logro que no sea por indolencia, sino por no haber sido dotado con denarios suficientes para tener éxito en una empresa de sobrados obstáculos y reiterados riesgos. Por lo pronto, hoy me siento mejor que ayer y los otros días de la semana distraídos por otros empeños. Llevo dos horas con mis cuadernos y plumas y lo haré durante una hora más cuando sea mediodía. Entonces, siguiendo las recomendaciones  contra las pandemias de un buen amigo, dispondré de una discreta botella de Barile, un vino aglianico (helénico de los griegos) del legendario Monte Vulture, en cuyas cercanías nació el sensato Horacio, una uva pródiga en taninos donde, al parecer, radica la esencia del tratamiento anticovid.

Cesare Pavese

Milán, domingo 16 de mayo de 2021

Pavese y sus colinas

Segunda salida de Milán después de ocho meses de confinamiento. Constanza nos invitó el fin de semana al encantador pueblito de Grazzano Badoglio en el Monferrato, la región del Piemonte más cercana a Lombardía. Tampoco muy lejos de Santo Stefano Belbo, la ciudad donde naciera, en 1904, Cesare Pavese. Y donde se abrió un pequeño museo en su casa natal, donde se guardan sus libros y cantidad de papeles y material gráfico. El paisaje del Monferrato, verde como un mar tranquilo en la primavera, es el propio de sus narraciones. En la última de ellas, La luna e i falò, escrita en un par de meses en el período de euforia que precedió su muerte, estas descripciones se reiteran. Después de todo, el protagonista es un hombre que vuelve a su comarca después de un largo viaje al extranjero. Son muchas las veces que hemos recorrido estos paisajes, que nos resultan indisociables del mundo pavesiano. Un don inesperado cuando, en la Valencia de los sesenta, estudiábamos Medicina, leíamos sus libros en sospechosas traducciones argentinas. Se trata de una topografía, la de Pavese que se reitera en el Monferrato, colinas que se suceden una de las otras, cubiertas de viñedos. Los vitiños regionales, sin alcanzar las alturas del Nebbiolo, producen vinos como el Grignolino y el Freisa, confiables y austeros, como la gente piemontesa. Con los cultivos de uvas, los de nueces, las mejores del mundo, de acuerdo con los habitantes, y no es fácil no estar de acuerdo. Llegamos ayer a mediodía y hoy en la mañana la primavera ha desplegado una parte de sus dones. La región más transparente del aire,  y la luz más curadora para nuestros pulmones urbanos y contaminados. Alessandro corre por esas colinas de Dios propulsado por la pureza del clima, la euforia de la estación y la dulzura del paisaje. Colinas que recorro encantado por el privilegio de caminar por donde lo hacía el buen Cesare, uno de los poetas que amé en mis años de estudiante de Medicina. Después de respirar toda la bondad que la hija ha procurado para nosotros, puedo regresar a Milán con reservas para soportar lo que todavía queda de encierro e incomunicación. Otro de los milagros, con sus vinos, de la primavera piemontesa.

Milán, lunes 17 de mayo de 2021

Otro día frío de primavera que salva la dulce luz que envuelve la ciudad desde tempranas horas. Mitad alpina, mitad mediterránea, con azules altísimos, tanto como los de Roma. El aire no puede ser más ligero ni más propicio para el desplazamiento que tanto envidio a las criaturas aladas.

“Junio 2016” (Grazzano Badoglio)

Al principio no dijo nada. Y ahora dudaba en decírselo a su esposa. “¿Y, si como yo, se dio cuenta y no lo dice para no alarmarme?” De lo que sí estaba seguro era de que a ninguno de los otros clientes del hotel parecía importarle. Felices de poder andar de un lado a otro sin las asfixiantes mascarillas, todos con resultados negativos del examen nasofaríngeo, condición exigida por el hotel. Todo comenzó hojeando la guía de vinos italianos del difunto y grato Lugi Veronelli. Por alguna extraña circunstancia, la edición más reciente no pasaba de la cosecha del 2016. Lo mismo con las otras guías, L’Espresso, Gambero Rosso, puestas a disposición por la gerencia. Era lo menos que se podía esperar de un hotel inmerso en los viñedos del Monferrato. Rodeado del verde más puro y apacible en estos comienzos benignos del verano. La cosecha del 2016 efectivamente había sido excepcionalmente  buena en el Piemonte italiano; y ya se hablaba, prematuramente, como siempre, de la “cosecha del siglo”, un joven siglo que apenas había cumplido veintiún años. Pero esto no era razón suficiente para detener allí la adquisición de estos manuales generalmente poco dignos de crédito. La cosecha del 2017 no había sido mala; el 2018 incluso fue muy buena, y así hasta la de este 2021, de la cual era aún temprano para emitir juicios. Aunque al principio no le dio mayor importancia a la ausencia de las guías más recientes, su confusión aumentó durante el desayuno cuando, después de que su esposa volviera a la habitación, escuchara a una pareja de gringos, entusiasta de los vinos italianos, referirse a la posible candidatura de Donald Trump a la Casa Blanca. “Creo que puede ser un buen presidente, no porque sea millonario, cualquiera puede serlo, sino precisamente porque no es un político profesional, alejado de la mafia del Capitolio. Después del izquierdismo de Obama, un giro a la derecha no estaría mal”. “Espero que tu opinión no tenga nada de machista. Por lo demás, de derecha o izquierda todos nuestros presidentes han sido hombres. Creo que es hora de que nos dejen gobernar, aunque sea por cuatro años. No podemos hacerlo peor que Regan o Carter. Además, Hillary se ha venido preparando para el puesto desde hace años”. La anacrónica conversación por sí sola, a pesar de lo extravagante, la habría atribuido, en otra oportunidad, a un par de comediantes retirados tratando de divertir a sus compañeros de hotel. Que consistían en una pareja italiana, un sesentón y su joven compañera pegada del telefonino; un hombre con cara de crítico de vinos, también norteamericano; un alemán en los cincuenta, que seguramente no criticaba los vinos pero sí  los consumía copiosamente; y una dama peruana, descendiente de marqueses incas, o al menos así se los dio a conocer, que esperaba al marido para ordenar sus capuccini. Lo inquietante de la conversación sobre los candidatos presidenciales norteamericanos es que se refería a acontecimientos ocurridos en 2016, el mismo año de las guías en los estantes del lobby del hotel. Un exquisito relais en lo que fuera la villa de verano de alguna de las familias dueñas de estas tierras de Grazzano Badoglio. Aunque a cientos de millas de distancia, el palacio le recordaba al del conde de Lampedusa en Sicilia. Para nada le extrañaría si Claudia Cardinale se asomaba somnolienta a uno de los balcones.

Milán, martes 18 de mayo de 2021

Siempre lo digo, las noticias que recibo del país natal “no son cartas de amor, sino vísceras de soledad”, como escribió Juan Sánchez Peláez. En una información de hoy, The Guardian, desde Inglaterra, calcula que hará falta una decena de años, una década, para que la población sea vacunada. Alguno dirá que se trata de un cálculo optimista. Como quiera que sea, no depende de las autoridades venezolanas el desarrollo de los planes de vacunación. Como para el resto de los asuntos públicos, no está en manos de los venezolanos el eventual plan de vacunación. Habrá que esperar para saber qué destino nos preparan en la isla antillana, donde desde hace muchos años se ocupan de nuestros asuntos patrios en pleno ejercicio de su soberanía.  Después de regresarla, con éxito inigualado, a tiempos preindustriales, se puede esperar cualquier cosa por el estilo.

“Junio 2016” (cont.)

De regreso a su habitación envuelto en la dulce luminosidad que llegaba de las verdes colinas, se detuvo en el salón a revisar las etiquetas de las botellas dispuestas en los estantes del salón. Lo mismo, ninguna botella después de 2016. También del mismo año, todos los números de la revista especializada Il gambero rosso. Estoy de acuerdo en que nos mantengamos algo aislados por un par de días, lejos del mundanal ruido, pero actualizar las publicaciones no cuesta nada y sirve como tema de conversación a los huéspedes. Además, estamos aquí para consumir los vinos de la región, Freisa, Grignolino y, sobre todo, la Barbera d’Asti. Por la ventana, observó cómo el italiano, con su damisela,  dejaban en la mesa el periódico que habían leído durante el desayuno, y que seguramente compraron en el camino, porque la gerencia se comprometía a no distraer a sus huéspedes con la lectura de periódicos y revistas “estresantes”, televisores o computadoras. Su propio celular, y el de su esposa, se habían ido en la camioneta hasta el domingo en la tarde, cuando tenían pensado regresar a Milán. Al acercarse a la mesa de los italianos, pudo ver que se trataba de La Stampa, el diario turinés para el cual escribieron Cesare Pavese y Primo Levi. El titular de primera página destacaba la victoria, en las elecciones comunales de Torino, de Chiara Aprendido, del M5S. La atractiva triunfadora se había impuesto al viejo político del PD, Piero Fassino, con un 54.56%, resultado de una amplia coalición de derecha, encabezada por el Movimiento 5 Stelle, la novedosa organización creada por el “bufo” Pepe Grillo. “¡Pero esto pasó hace tiempo!” En efecto, la edición de La Stampa correspondía al 19 de junio de 2016. “No se lo puedo seguir ocultando a Eileen”. Al entrar en la habitación, la encontró colgando el teléfono de su mesita de noche. Cuando lo vio entrar con el periódico en la mano le dijo, con el terror clavado en sus ojos verdes: “Acabo de hablar con la muchacha de la recepción. ¡Dice que hoy es 19 de junio de 2016!  ¿Esto qué quiere decir, Alejandro? ¿Se volvieron locos?”

Piemonte. Fotografía de Paolo Benegiamo | Flickr

Milán, miércoles 19 de mayo de 2021

Los productores de Piemonte

De nuevo ha cambiado el humor de la primavera. Hoy los cielos son de un azul perfumado y hondo como una montaña frente al proceloso mar, aunque las temperaturas siguen siendo un poco más bajas de lo normal. Días para salir a cualquier parque como el Sempione en el centro de la ciudad, a espaldas del formidable Castello Sforzesco con su altivas murallas y torre diseñada por el gran Filarete, uno de los mejores y más olvidados arquitectos de todo el Renacimiento. De continuar el tiempo así de espléndido, aprovecharía para viajar hasta el vecino Piemonte y visitar a algunos amigos, todos productores de vino. Como María Teresa Mascarello, cuyo padre, Bartolo, aparte de partisano, fuera gran amigo del filósofo Norberto Bobbio; y de Primo Levi, quien llegaba  todos los años desde Torino para conversar y comprarle una caja de seis botellas de Bartolo. Del primo de María Teresa, y formidable productor, Giuseppe Rinaldi, fui un buen amigo, y no he dejado de lamentar su cercana muerte. Se reconocía poeta futurista y recitamos juntos en una cena ofrecida por mi hermano, Daniel Oliveros, en Castiglione Falletto. Los productores de vino de Piemonte son los más cultos del planeta. Otro de ellos, Alfredo Currado, era coleccionista de antigüedades etruscas y había estudiado y era muy cercano al poeta Alfonso Gatto. Otro de ellos, uno de los más jóvenes, Nicola Chionetti, egresó en humanidades y es un lector reiterado de Tucidide. No hay que olvidar que la capital de Piamonte, la ilustre Torino, fue privilegiada como capital del reino de los Saboya, amantes del arte y la literatura y los vinos de la región. En esta ciudad, por Luigi Einaudi, también productor y presidente de la república en una oportunidad, fue fundada la editorial que lleva su nombre y para la cual trabajaron Pavese, Nathalia Ginzburg o Italo Calvino. Su colección de poesía, fundada por Pavese, es la más exquisita de Italia. No tengo mayores esperanzas, sin embargo. La inestabilidad emocional de la primavera bien podría frustrar estos proyectos. No sería la primera vez.

Albert Einstein. 1921. Fotografía de Ferdinand Schmutzer

Milán, jueves 20 de mayo de 2021

Dante y Einstein

No debe haber un solo intelectual en este país que no se ocupe de Dante en este séptimo centenario de su muerte. La profusión de ediciones se suceden, lo mismo que los estudios más variados. No obstante, nada, que yo sepa, dedicado a recordar la gravitación del pensamiento árabe, la tradición coránica, en especial, en su diseño de la Commedia. No conozco nada, sobre este asunto apasionante, que supere los clásicos estudios del profesor Asín Palacios, en especial su fascinante La escatología musulmana y la Divina Comedia, mal visto por los muy cristianos y protofascistas estudiosos españoles de su época. No les resultaba fácil, ni les resulta, ceder ante las revelaciones de Asín, de acuerdo con las cuales, fue del Corán, del Viaje Nocturno de Mahoma, de donde procede el diseño del Infierno. En efecto, Asín refiere una visión del Profeta, un sueño nocturno, donde realiza una travesía no muy distinta a los viajes del florentino. El estudioso español nunca fue el más publicado de sus especialistas hasta que la editorial Pre-textos, en fecha no muy lejana, se ha encargado de reeditar pulcramente sus obras. Del viaje al submundo de Dante se recuerdan sus antecedentes en las tradiciones egipcias, órficas, homéricas, bíblicas y latinas, de las cuales sólo alcanzó a conocer las últimas, en especial la romana, a la cual rinde homenaje al incluir a Virgilio en buena parte de su recorrido escatológico. Pero, aunque valiosas y acertadas, las intuiciones de Asín Palacios no agotan las fuentes utilizadas por Dante para planificar la compleja estructura de su topografía, la del Infierno y Paraíso en especial. En un ensayo reciente, Carlo Rovelli, el físico y estupendo difusor de la ciencia con sus libros y media, publicó un breve ensayo donde encuentra grandes convergencias entre la cosmogonía de Einstein y la arquitectura del Paraíso, “Il cosmo dantesco anticipa Einstein”. De acuerdo con Rovelli, cuya prosa es un reiterado placer, Dante tuvo la capacidad, nada común, de pensar espacios curvos, tal como los describió Gauss a principios del XVIII y más tarde Einstein para formular su Teoría General de la Relatividad. Todo consistiría en imaginar la geometría de una superficie mirándola “desde dentro” y no “desde afuera”, una lógica con la cual es posible concebir un espacio “curvo”. Que fue lo que le habría servido a Dante para concebir su Paraíso. La fuente, al menos para la concepción del Paraíso, no habría sido coránica, sino bien cristiana, en un raro libro de Brunetto Latini. Il tesoretto, mencionado por Dante. Brunetto, poeta y astrónomo, es tratado como maestro, Ser Brunetto, por el protagonista del poema. Y habría enseñado a Dante a concebir la superficie de la tierra en términos “intrínsecos”; es decir, vista desde “dentro”. El ejercicio, a pesar de la lúcida exposición de Rovelli, no es fácil. Aunque, al parecer, sí lo fue para el Sommo Poeta: “Dante no hizo sino tomar esta geometría cerrada y esférica y extenderla al universo entero, en todas las direcciones posibles. ¿Fácil? Sí, para un poeta inmenso, con una visionaria imaginación poética y geométrica, una extraordinaria inteligencia científica y una vasta cultura que incluía toda la cultura de su tiempo. Para el poeta, que está en el origen de la lengua que hablamos, del cual este año celebramos los siete siglos de su partida hacia uno de esos caleidóspicos cielos llenos de luces de colores y llenos de inteligencia con los cuales brilla su Paradiso”. Creo recordar que Rovelli ha sido ampliamente traducido al español. Su lectura siempre es gratificante.

No deja de ser inquietante que, para su maestro, Brunetto Latini, Dante hubiese escogido el Círculo XV, destinado a los sodomitas. Brunetto fue un renacentista en el otoño de la Edad Media, un precursor del homo modernus. Viajero, embajador, notario, poeta, astrónomo, traductor, defensor del vulgar y voluptuosamente abierto a todo. A la sabiduría griega (dio a conocer la Ética a Nicómaco, traduciéndola del latín donde la había puesto Hermann Aleman en 1243), a la árabe (se dice que le reveló a Dante, La escala de Mahoma) o la provenzal.

Escribió dos de las mejores obras del medioevo tardío, Il tesoretto, escrito en rimas florentinas (septetos pareados en vulgar), un delicioso recuento de sus peripecias, entre ellas su encuentro con la Naturaleza en forma de formidable dama que le descubrió el mundo, uno de los mejores ejemplos de la espléndida literatura fantástica de la Edad Media. Unos pasajes del Tesoretto:

Al valente Signore,

Di cui no son migliore

Sù la terra trovare;

Che non avete pare

Nè’n pace, ned in guerra…

El valiente Señor, no es otro que Carlos de Anjou, rey de Nápoles y amigo de las artes y literatura, cuyo apoyo buscaba Brunetto para el partido güelfo al cual pertenecía. Una empresa que sería frustrada por la derrota güelfa en la batalla de… En su Tesoretto refiere el incidente:

Io gli pur domandai

Novelle di Toscana.

In dulce lingua, e piano

Elli cortesemente

Mi disse mantenente;

Che’ Guelfi di Firenza

Per mala provvidenza,

E per forza di guerra

Eran furor de la terra:

E’l donaggio era Forte

Di rigore, e di morte.

Otra de sus andanzas lo llevó por dos años a la corte de Alfonso X, donde participó en las actividades de aquella corte cosmopolita, que sería, como suele suceder en España, contrariada por su reaccionario hijo Sancho VI, quien daría fin a aquel espacio ilustrado donde Alfonso X propició la convivencia entre cristiano, árabes y judíos. Un adelanto de todos los Fernando VII y Francos que le esperaban en la península.

E andai in Spagna

E feci l’ambasciata

Che mi fu comandata

E poi senza soggiorno

Ripresi mio ritorno…

Los grandes poetas lo son por el tamaño de sus deudas literarias, al fin y al cabo toda originalidad es espuria. Las muchas de Dante son incontables y cuentan, por una parte, el islámico Viaje de Mahoma; y, por la otra, Il tesoretto, de Latini, crónica también de un viaje, menos onírico, y más cristiano.


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