MUNDIAL RUSIA 2018

Croacia vs Francia: ¿cuánto vale la experiencia en una final? // #Rusia2018

13/07/2018

Es hermoso que Croacia llegara a la final. Sobre todo por su tortuoso camino. Lo conseguido implica un gran esfuerzo y es un precioso —si es que el fútbol aun influencia a los niños y jóvenes como lo hacía con nosotros— que sirve de cara ante la cruz que encarnó Neymar.

El fútbol, entendido como un deporte que está sujeto a nuestros más grandes sueños y a nuestras propias vilezas, tiene estas cosas. Es capaz de poner en perspectiva las diferentes maneras de apreciar y representar al universo.

Es casualidad, pero aleccionador que mientras Cristiano, el Real Madrid y la Juventus mostraban el carácter industrial de la disciplina, Luka Modric, Ivan Rakitic y Mario Mandzukic representaran al romántico, que hizo de este deporte una fuente de leyendas.

Es probable que estas líneas también las escriba desde mis deseos y prejuicios. No faltaba más. Si vamos a poner en tela de juicio a cualquier cosa que se mueve, que empecemos por el sesgo que adquirimos por la experiencia y la influencia de otros.

Sin embargo, le pido un acto de contrición. Con la mano en el corazón, ¿no le encantaría que el campeón del Mundo fuera Croacia? Al menos para encontrarle sentido a la vida por un día, para recordar los consejos de nuestros padres, aquella generación que nació con la idea de que lo más digno de la vida era ganarse el pan con el sudor de la frente.

Sí, me gusta más Croacia. Su tesón, circulación de balón, su fe. Modric no es Maradona, pero es, de los que han jugado Mundiales, el que más se le ha acercado en su carácter inspirador.

Cuando Modric no puede, aparecen Rakitic y Mandzukic y cuando no está ninguno de los tres, se agiganta el guardespaldas Marcelo Brozovic, ese volante que corrió más que nadie en el Croacia-Inglaterra.

Claro, el fútbol es lo que tú quieres hacer y lo que te dejan. Francia es un rival que hasta ahora solo sufrió ante Argentina, de resto ha tenido mucha tranquilidad en su camino en comparación con su próximo enemigo.

Supo, con recorridos largos e intercambio de golpes, salir de Argentina; venció con paciencia budista a Uruguay y aguantó, con estoicidad griega, los embistes de la briosa Bélgica. La sensación que deja es la de un equipo que siempre puede dar más, pero que se conforma con mostrar pequeñas dosis de talento.

Hay equipos así, que separan la mejor parte del plato para el final, como los comensales que dividen los camarones del arroz o que terminan primero con el contorno para engullir de último el bistec.

Por nómina, Francia es un festival de Lollapalooza y Croacia, cuando mucho, un Cochaella. Juntos, eso sí, esperemos que sean un Woodstock. Y ojalá emerja un Carlos Santana, un desconocido de la cartelera, para deleitarnos. Sería el colofón de un Mundial lleno de sorpresas.

Debemos advertir, sin embargo, que las finales tienden a ganarla los equipos con más experiencia en estas instancias. Esta es la tercera final para los galos. Se impusieron en 1998, 3-0 ante Brasil. Luego, en 2006, perdieron ante la sorprendente Italia por los penales.

Croacia tiene como único recuerdo el tercer lugar de 1998, curiosamente en su primera presentación después de la división de Yugoslavia. Desde entonces, no habían logrado reunir a una generación de buenos jugadores que rindiera resultados. Esta, en contraparte, tiene muchos nombres que no llegarán a Catar 2022.

Croacia empata con Islandia en el segundo lugar de las selecciones con más edad en el torneo: 29 años, Francia es el sexto más joven: 26.4. ¿A qué le apostamos? A la experiencia de Modric (32), Rakitic (30) y Mandzukic (32) o a la fuerza emergente de Kylian Mbappé (19), Paul Pogba (25), Démbelé (21) o Pavard (22).

Croacia para imponer la supremacía en el mediocampo, tendrá que salir vivo de una selva de puro músculo: Pogba, N’Golo Kante y Blaise Matuidi. ¿Aguantará el físico de los croatas después de tres prórrogas consecutivas?

Hace dos años, en la Eurocopa, Francia tenía todo a favor para imponerse a Portugal. Hasta el partido parecía sonreírle cuando Cristiano Ronaldo se lesionó antes de los 30 minutos de juego.

Los de Deschamps iniciaron con una presión alta, tratando de dominar el partido con la pelota en el pie, pero se fue perdiendo en la inoperancia y Portugal asumió el encuentro como lo hacen ahora los bleus en el Mundial

Samel Umtiti, Antoine Griezmann, Pogba y Oliver Giroud estuvieron en ese partido. El héroe, no obstante, fue Édder, que anotó en el minuto 109.

Tal vez ese es el trauma que llevó al técnico de Francia a regalar la pelota al rival, a esperar el error, a decidir que lo menos importante es la tenencia si el contrario deja espacios libres cuando la cede.

Para Croacia es una tentación que le den la esférica. No sabe muy bien qué hacer cuando se la quitan. Ese fue el peor error de Inglaterra. Los británicos creían que tenían la tarea hecha y se desentendieron de la pelota. Hoy están jugando por el tercer lugar.


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