Fútbol

Venezuela vs. Brasil: la favorita sacude a La Vinotinto (y algunos apuntes a destacar)

Fotografía de Juan BARRETO | AFP

19/07/2022

Si se trata de fútbol, cualquier selección de Venezuela está en desventaja en relación con las potencias de la disciplina. Se nota en el déficit estructural, en la preparación física, en las nociones tácticas, en el nivel técnico individual, en las habilidades mentales para gestionar diversos escenarios. Ante rivales con mayor tradición futbolística, La Vinotinto no juega contra similares, sino contra una cultura futbolística superior.

Dentro de esa élite deportiva, ninguna en la región es superior a Brasil, rival de turno. Aun así, de vez en cuando se producen presentaciones que mantienen en suspenso el resultado del juego durante parte del tiempo. La última fue este lunes 18 de julio de 2022, en la Copa América Femenina de Colombia, con la selección femenina respondiendo y siendo fiel a su estilo.

Al finalizar la primera parte, con el 0 a 1 a favor de Brasil (Beatriz, al 22’), la transmisión televisiva se quedó con un momento. La Vinotinto Femenina estaba reunida en una zona del campo, formando un círculo e intercambiando comentarios; algunos, con gestos críticos. El comportamiento no se entiende tanto por las circunstancias, sino por la integración y complicidad que transmite el grupo. Cuando se les escucha hablar en ruedas de prensa o en otros medios informativos, suelen insistir en que están unidas. Eso explica que, durante el primer tiempo, todas defendieran su arquería.

Sin ser el partido clave de la fase de grupo — luego de las victorias ante Uruguay y Perú, es contra Argentina—, Venezuela lo asumió con la seriedad de quien aspira a competir. Por momentos lo hizo, defendiendo en zona baja, sin resignar sus búsquedas en fase ofensiva. Pero el comienzo del segundo tiempo resultó abrasivo para la Vinotinto, incapaz de encontrar caminos para superar la alta presión de Brasil. El segundo gol cayó en el 51’ (Ary Borges). El tercero, en el 58’ (Debinha). El cuarto, en el 65’ (Debinha). Entonces, fue necesario recordar que, dentro de la cultura brasileña, la victoria no es tan importante como la cantidad de los goles y el juego desplegado.

Fotografía de Juan BARRETO | AFP

La Vinotinto y los contrastes

Pamela Conti, directora de la selección femenina de Venezuela, dispuso un once inicial con varias jugadoras que fueron titulares antes y otras que, entrando como sustitutas, cambiaron de forma positiva los partidos previos. También descartó otras opciones disponibles. El resultado fue un equipo pensado para competir sin dejar de pensar en el futuro, Argentina, un rival más próximo. Con base en eso, Dayana Rodríguez, Yenifer Giménez y Gabriela García no vieron minutos (una segunda amarilla las habría sacado del próximo juego). El equipo procuró competir contra Brasil y lo logró durante la primera parte. En ese lapso fue clave el trabajo de las dos delanteras, Oriana Altuve e Ysaura Viso.

Fue común verlas cayendo en zonas defensivas, sobre las bandas, para ayudar a sus compañeras. Más allá de que haya sido una petición técnica, la constancia en el compromiso y el esfuerzo invita a volver a pensar en los comentarios de unas y otras. Hay buen grupo y eso se nota en momentos como este, cuando toca correr y exigir a la mente más de lo normal. Incluso jugadoras como Sonia O’Neill, de papá canadiense, parecen haber caído de pie en el entorno. Eso explica su primer tiempo, positivo, acompañando en cierres defensivos, cubriendo distintas zonas del campo y en ocasiones posicionándose entre las centrales, como una quinta defensora. Es curioso que su camiseta, con el número 8, no luzca su apellido sino su nombre castizo, Sonia.

Junto a ella, destacaron varias que fueron certezas contra Uruguay y Perú. Nairelis Gutiérrez, en el lateral derecho. Verónica Herrera, en el centro de la saga, pese a su error en el segundo gol, intentando dar salida al equipo. Michelle Romero, en el lateral izquierdo. Maikerlin Astudillo, en el centro del campo, o Deyna Castellanos. Los goles fueron cayendo y Pamela Conti dio descanso a varias de las futbolistas titulares, pensando en Argentina. Cuando la diferencia no solo es deportiva, sino también cultural, la balanza se decanta de forma natural. Ocurrió en el segundo tiempo a pura fuerza de jugadoras brasileñas como Tamires, Angelina y Debinha. Cuando Pamela Conti dice que “no hay ningún equipo que pueda ganarle a Brasil” no le falta razón. Ese equipo es el resultado de una tradición en la que las mujeres patean el balón aun cuando no han aprendido a caminar y no son juzgadas por practicar un deporte asociado de forma histórica con los hombres.

Fotografía de Juan BARRETO | AFP

Con la mente en Argentina

La Vinotinto disputará el segundo lugar del grupo contra Argentina, el próximo jueves (8:00 p.m. hora de Venezuela). Aunque el 0 a 4 contra Brasil no invita a tener demasiadas expectativas en relación con ese juego, conviene matizar esa sensación. En cambio, se puede pensar en un detalle clave: aún ante un rival superior, la Vinotinto conservó varios de los aspectos que antes fueron clave. La intención de salir jugando con las centrales fue el más evidente.

Venezuela intentó conservar su identidad más allá del rival. Antes de la Copa América, Pamela Conti dijo a la comunicadora Milena Gimón que, teniendo en cuenta las características de las jugadoras que dirigía, no pensaba en un equipo con un sistema y un funcionamiento defensivo, en clave catenaccio. En este tipo de contextos, donde la fidelidad a las ideas puede resultar en una goleada, ese tipo de apuestas se reafirman o descartan. Hacer lo primero funciona como un mensaje al grupo, ese que luce integrado. Es acercarle un espejo a la Vinotinto Femenina para que se reconozca más allá de las circunstancias.

Ese tipo de mensajes, pensando en el futuro inmediato de la Selección de Venezuela, son clave en relación con todo el trabajo previo con el equipo; son coherentes con el esfuerzo y el proyecto. Otro aspecto a destacar, imaginando el partido contra Argentina, es la salida por los costados, un posible escenario en el que Sonia O’Neill y Maikerlin Astudillo puedan volver a coincidir, o sumarse a Dayana Rodríguez, y ofrecer prestaciones similares a las vistas contra Brasil, junto con la experiencia de Oriana y el despliegue de Deyna entre el medio campo y las zonas de ataque. Cuando una goleada (prevista por diferencias históricas) deja algunas conclusiones positivas, el equipo puede dormir con tranquilidad. En especial si se tiene en cuenta que, de ocho ediciones, Brasil ganó siete veces la Copa América.


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