Homenaje a Pancho Massiani
Una película que hay que ver: Francisco Massiani, un documental de Manuel Guzmán Kizer
por Prodavinci
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El lunes 1 de abril falleció en Caracas, su ciudad natal, a los 74 años de edad, el escritor venezolano Francisco Massiani. El autor fue un referente para varias generaciones de narradores. Entre sus obras destacan la novela Piedra de mar (1968) y el libro de cuentos El llanero solitario tiene la cabeza pelada como un cepillo de dientes (1975). Entre los distintos premios recibidos, en 2012 obtuvo el Premio Nacional de Literatura en correspondencia a su trayectoria literaria. Pancho, como era llamado cariñosamente en el mundo literario, acababa de concluir una última novela pocos días antes de su fallecimiento. Sus familiares confirman que no la había titulado aún. Cumpliría 75 años el 2 de abril. Compartimos un texto sobre el documental Francisco Massiani: breve y arbitraria historia de mi vida.
La figura central del documental es el escritor venezolano Francisco Massiani, autor de varios libros como la novela Piedra de Mar (1968), y los libros de relatos Las primeras hojas de la noche (1970) y El llanero solitario tiene la cabeza pelada como un cepillo de dientes (1975) que son referencia dentro de la literatura venezolana.
El director del film, Manuel Guzmán Kizer, quien obtuvo en el 2010 el primer premio del Festival Caracas Filminuto por Locura, un corto sobre la vida del poeta Armando Rojas Guardia, comenzó el proyecto de Massiani como tesis de grado de la escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, pero la empresa creció y llegó a ser un fascinante relato a través de la vida de gran autor que es Pancho Massiani.
La película “revela en un viaje corto, pero íntimo, los altos y bajos de su carrera literaria; desnuda a Belén, la mujer con la que fue ‘intensamente feliz’; y habla sobre el accidente que hace 17 años marcó la etapa más oscura y triste de su existencia”. El director confiesa que sintió un dilema moral muy fuerte al someter a Massiani a ciertas experiencias emocionales que tenían que ser revividas para que la película cobrase fuerza. “Por fortuna, finalmente la cinta le gustó a él y a su hija y a mí me quedó la satisfacción de haber realizado un trabajo con corazón”.
Guzmán Kizer apunta que a Massiani le gusta contar su vida, “pero más le gusta que lo inviten a vivir cosas, y mis piernas y mi juventud fueron un vehículo para eso. Mi primer contacto con él es con su segunda etapa de publicación, que está casi toda dedicada a una mujer, y esa mujer está en una foto donde él la abraza, y es la única imagen con la que decora su cuarto. Eso me disparó la película inmediatamente”.
La producción ejecutiva del documental estuvo a cargo de Rodolfo Cova, de Factor RH, quien apadrinó la obra del joven realizador luego de cinco años de haber sido filmada. La pieza contó con el apoyo del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) en su etapa de culminación y está distribuida por Cines Unidos.
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Este texto fue publicado originalmente en Prodavinci el 14 de febrero de 2015.
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