Economía venezolana: una discusión pública
Tres visiones de la economía venezolana desde la Universidad Metropolitana
por Prodavinci
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Los economistas Rafael Mac-Quhae, Marcos Morales y Orangel Alva, analizaron desde distintas ópticas las causas que han generado el colapso de la economía y las medidas que deberían implementarse para corregir el rumbo en el foro Economía Venezolana: una discusión pública, realizado en la Universidad Metropolitana. El foro fue organizado por Prodavinci y la Universidad Metropolitana, y auspiciado por la Embajada Británica.
Venezuela ingresó al túnel de la crisis en 2014 y las cifras comienzan a delinear una depresión: el PIB acumula veinte trimestres consecutivos en descenso y desde noviembre de 2017 la caída de la producción marcha junto a una hiperinflación que amenaza con agravarse en 2019.
Entre los sectores con mayor deterioro destaca el petrolero, que aporta 96% de los dólares que ingresan al país. De acuerdo con las cifras entregadas por el Gobierno a la OPEP, en enero de este año, la producción se ubicó en 1,5 millones de barriles diarios, magnitud que se traduce en un descenso de 46% respecto a 2013.
Rafael Mac-Quhae resumió el desempeño de Venezuela desde la aparición del petróleo y precisó que “a partir de 1920 comenzó un crecimiento y modernización muy acelerada gracias al ingreso petrolero que, empleando la metáfora de Arturo Uslar Pietri, se sembró bien, pero dejó como herencia grandes problemas sociales a la democracia que surgió en 1958”.
“Se creó una mentalidad rentista según la cual Venezuela es un país rico y ya en 1960 el Banco Mundial alertó que era necesario diversificar la economía, que había una gran dependencia externa y que el principal tema de discusión en el debate público era cómo repartir el ingreso en vez de cómo se generaba la riqueza”, dijo Rafael Mac-Quhae.
Desde su punto de vista los últimos veinte años se caracterizan “por una economía en involución, un ingreso petrolero que no se sembró, la construcción de una institucionalidad para sustituir la democracia y políticas públicas con las que se pretende repartir una renta que no existe”.
“Actualmente el PIB per cápita está muy por debajo del que había en 1999, básicamente el ingreso petrolero se gastó en consumo y se debilitó a PDVSA, la empresa que produce petróleo”, afirmó Rafael Mac-Quhae.
Al proponer una hoja de ruta para los próximos años, destacó “construir una institucionalidad para la democracia y tener un Estado focalizado en proveer bienes públicos. Además, necesitamos crear un entorno de negocios favorable que nos permita acceder al capital, esto pasa por tener políticas de gobierno que permitan una evaluación favorable respecto a la estabilidad macroeconómica y el riesgo regulatorio”.
En lo inmediato considera necesario “permitir que llegue ayuda humanitaria, levantar los controles de precios y de cambio, integrarnos a la Comunidad Andina de Naciones que tiene una legislación para inversiones que fue utilizada en el país hasta 2006 y un cono monetario de emergencia que se va a desactualizar mientras se acaba con la hiperinflación”.
En materia petrolera Rafael Mac-Quhae se manifiesta en contra de que ingrese capital privado a PDVSA, pero sostiene que “PDVSA no debe ser la única empresa que pueda hacer exploración y explotación de petróleo en Venezuela. Para atraer capital al sector petrolero de manera rápida hay que ir a reformas puntuales de la Ley de Hidrocarburos: podríamos recurrir a alianzas estratégicas como se hicieron en los años noventa”.
“PDVSA no necesita capital privado, pero si reestructurar las formas contractuales. ¿Debemos volver a considerar en nuestra ley el régimen de concesiones como alternativa contractual para el ingreso de capitales? Este es un punto a considerar”, señaló.
La dolarización
Marcos Morales coincidió en que “desde 1920 hasta 1978 el país tuvo un período de prácticamente sesenta años de crecimiento y generación de bienestar en el que se incentivó el capital privado, el país se benefició de la inmigración, hubo incentivos a la industrialización y se crearon las bases para la creación de estructuras económicas responsables: austeridad fiscal, equilibrio en las cuentas públicas”.
Agregó que otras características de ese período era “un tipo de cambio fijo, existía una especie de dolarización de la economía en el sentido de que solo aumentaba la cantidad de bolívares si crecían las reservas en dólares, libre convertibilidad de la moneda y no había financiamiento monetario del déficit fiscal”.
“Pero en 1978 comenzó una tendencia hacia el empobrecimiento a pesar de ser un período de abundancia de recursos financieros, el desempeño económico desde entonces ha sido un total desastre. Este período se caracteriza por el nacionalismo ideológico: el Estado no permite que sector privado nacional e internacional participe en los llamados sectores estratégicos y una macroeconomía populista”, dijo Marcos Morales.
Para describir el momento actual señaló que “en 2018 el PIB per cápita medido en dólares de 2011 era igual al de 1954, el déficit fiscal ha llegado a niveles escandalosos, el gasto público medido en dólares ha caído 70% desde 2012 y la proyección del Fondo Monetario Internacional es de una inflación de 2,5 millones para este año”.
Para salir de la crisis, Marcos Morales propuso “apertura e incentivos para la participación de la inversión internacional en todas las actividades económicas, marco legal coherente y transparente sobre derechos de propiedad, desmantelamiento de los mecanismos de control burocrático de las actividades de producción, programa de financiamiento con organismos multilaterales y eliminación del financiamiento monetario del déficit fiscal”.
“Además de medidas estructurales hay que decidir si dolarizamos o vamos a un sistema con moneda propia, cada esquema tiene costos para la República. Si tenemos una moneda propia hay que generar credibilidad y debemos tener en cuenta que, en un ambiente político controversial, con un presidente sin consenso y sin liderazgo fuerte considero muy difícil alcanzar la estabilidad con una moneda propia. En un gobierno sin un líder fuerte la dolarización es un esquema más viable”, dijo Marcos Morales.
Añadió que “para estabilizar las cuentas fiscales lo primero es estabilizar la inflación y la dolarización es lo que puede cortar la inflación inmediatamente. Con la moneda propia no se garantiza que vaya a haber estabilidad de precios inmediatamente. La moneda propia permite flexibilidad para el manejo de los salarios reales, que cuando haya una perturbación en el precio del petróleo o de otro ámbito se pueda disminuir los salarios reales: ¿Vas a fundamentar una estrategia de desarrollo basada en salarios miserables?”.
“No tener moneda propia no es una limitación para el crecimiento. La competitividad internacional no la determina el que tengas moneda propia o no, hay otros elementos a desarrollar, por ejemplo, en Venezuela podemos tener una economía con moneda fuerte competitiva en petróleo, petroquímica, metalmecánica. Los países más exitosos del mundo no tienen moneda propia: Finlandia, Eslovenia, Irlanda”, dijo Marcos Morales.
Sobre el caso de Grecia, que cayó en una fuerte crisis a pesar de adoptar el euro, afirmó que “su problema es la mala política fiscal”.
Servicios en crisis
Orangel Alva recurrió a cifras del Banco Mundial para mostrar el deterioro en variables clave para la calidad de vida: el aumento en el número de adolescentes y niños sin escolarizar; caída del ingreso por turismo internacional, declive en el número de suscripciones telefónicas fijas, incremento en el tiempo requerido para obtener electricidad y alza de los homicidios intencionales.
En salud mostró como el gasto del Estado como porcentaje del PIB se redujo en el lapso 2009-2015 hasta ubicarse en poco más de 3%, mientras que aumenta la incidencia de enfermedades como tuberculosis, malaria y la subnutrición.
Al analizar las perspectivas señaló:
“Hay una pérdida no visible que hace que el problema no sea solo de dinero. Para mejorar el servicio de salud es necesario construir capital humano, un médico no se forma en poco tiempo, educar a la población para la prevención y mejorar la infraestructura”.
“Tenemos que simplificar al sistema de salud público para tener mayor eficiencia en el gasto, hay muchos organismos, muchos funcionarios. Está el ministerio de Salud que es un elefante blanco, el Seguro Social, las misiones, PDVSA, el gasto que hacen organismos como el Banco Central para atender a sus trabajadores, esto es algo que tenemos que abordar”, dijo Orangel Alva.
Prodavinci
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