Más de 133 millones de personas en el mundo se han infectado con coronavirus. Esta situación encierra múltiples incógnitas para los expertos con relación a su comportamiento presente y futuro. Desde finales del año 2020, la Organización Mundial de la Salud advirtió sobre los efectos del covid-19 a largo plazo, destacando la posibilidad de desarrollar síntomas que pueden durar meses en un grupo de personas que sufren los efectos de la infección de forma prolongada. A esas secuelas se le han definido como síndrome poscovid, covid largo o covid prolongado, para hacer referencia a los síntomas y consecuencias que se presentan una vez superada la enfermedad, generando efectos negativos en los ámbitos social, laboral y económico.

Una de las razones por las cuales el covid largo preocupa es por la dificultad de retomar la vida cotidiana o el trabajo por esas secuelas que afectan también la salud mental y la tranquilidad de quienes lo han padecido. 

Son de tanta importancia los efectos del covid prolongado en la salud mental que ya se está advirtiendo que puede convertirse en la segunda pandemia de la enfermedad y ser un problema de salud pública. Por tanto, la Organización de Naciones Unidas y el Instituto Nacional de Investigación en Salud de Reino Unido están llamando la atención no solamente en centrar los esfuerzos en la prevención de contagios, en el tratamiento de los enfermos y el plan de vacunación, sino también en establecer servicios de apoyo psicológico que acompañen a los paciente y familiares que presentan secuelas; se insta a escuchar sus preocupaciones y extender la atención incluso para la población general porque ¿quién no ha padecido síntomas psicológicos de covid aún sin estar contagiados? De hecho, Inglaterra tomó la delantera a través del Servicio Nacional de Salud, estableciendo alrededor de 70 clínicas para covid largo, que ya sobrepasa la demanda por la cantidad de solicitudes recibidas.

Así que en las próximas líneas voy a describir lo que denomino la psicología del paciente covid con base en las experiencias de pacientes y sus familiares atendidos de manera directa, así como por la recolección de testimonios por otras vías.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome poscovid?

Este síndrome se ha presentado en uno de cada 10 pacientes que continúan sintiéndose enfermos hasta 12 semanas después de la recuperación. Las secuelas varían ampliamente, pero incluso los cuadros más leves pueden presentar señales a largo plazo que incluyen síntomas respiratorios, cardiovasculares, neurológicos, musculoesqueléticos y síntomas generalizados que abarcan fatiga, dolor y fiebre. Nuevamente estamos dejando de lado los síntomas y problemas psicológicos que acompañan la enfermedad, pero he registrado en personas atendidas ansiedad, depresión, miedos, pensamientos negativos, problemas de memoria y concentración, confusión, trastornos para dormir, que puede configurar un cuadro de estrés postraumático durante y después del covid.

De hecho, muchos pacientes indican que uno de los aspectos más difíciles de sobrellevar es el estrés que genera la enfermedad, los miedos que se despiertan y la lucha con su propio pensamiento al estar aislado, pero  también lidiar con el bombardeo de información de otras personas que se empeñan en informar y sugerir “curas casi milagrosas”, además de problemas económicos que debe enfrentar la familia asociados con los seguros médicos (si los hubiera), con la búsqueda de medicinas, equipos complementarios, etc., y la organización y la “calma” que debe prevalecer en el hogar. 

Las emociones y la salud mental en pandemia

En tiempos de pandemia, la población general suele presentar miedos, ansiedad, depresión, ataques de pánico, excitación psicomotora, pensamientos negativos, preocupación persistente, se percibe un mayor nivel de estrés en la población sin importar la edad. Pero a un año de los cambios que introdujo la pandemia, se palpa la afectación psicológica en niños, adolescentes, cuidadores (personas que están ayudando a cuidar a enfermos), personas con discapacidades, en quienes padecían trastornos psicológicos antes de la pandemia o enfermedades crónicas, en grupos en pobreza, y muy posiblemente en otras poblaciones que no hemos explorado como privados de libertad. 

Especial consideración requiere el personal médico y otros proveedores de salud, que les ha tocado trabajar batallando con la falta de equipos de bioseguridad, insuficientes equipos médicos, largas jornadas de trabajo, aumento de la afluencia y llamadas telefónicas de pacientes, la necesidad de dar apoyo a los pacientes más graves ante la ausencia de sus familiares y enfrentar los miedos propios a la infección. Los estudios que comparan población general con población sanitaria destacan cómo esta última presenta problemas de insomnio, ansiedad, síntomas de depresión y mayores niveles de estrés. 

El síndrome poscovid psicológico:  “Usted es covid positivo”

Una vez que la persona recibe este diagnóstico, se van a despertar emociones básicas como el miedo, acompañado de sentimientos de tristeza por el protocolo de aislamiento y las dificultades propias de la enfermedad. Incluso aquéllos que han realizado el protocolo de aislamiento en casa reportan también sufrir por estas condiciones de separación de los familiares y el miedo a contagiarlos.  Pero, si la persona afectada tiene antecedentes de problemas psicológicos, como ansiedad o depresión, la afectación será mayor. Aunque se ha reportado ansiedad en pacientes que nunca habían tenido antecedentes psicológicos. 

Otros pacientes han reportado sufrir en silencio y no informar padecer la enfermedad, en especial a los vecinos, por el temor a ser señalados o discriminados socialmente.

A medida que el virus ha mutado o han aparecido variantes que lo hace más contagioso y peligroso, somos más propensos a desarrollar nuevos miedos. En esta nueva etapa de contagios también aumentan las fobias, como el miedo a ser tocado, llamado hafefobia, fobias sociales que evitan el contacto con otras personas, como la agorafobia, o el síndrome de la cabaña, esa sensación de no querer salir a la calle para evitar contagiarnos. 

“Usted es covid negativo”

Pero una vez superado el covid, y en el caso de que repita la prueba de PCR y le indiquen que “usted es negativo, ya no tiene covid”, entonces la dimensión psicológica continúa su protagonismo porque los miedos no desaparecen y esa sensación de vulnerabilidad emocional, preocupación excesiva, ansiedad y trastornos de sueño persiste, inclusive en algunos pacientes se presentan ataques de pánico y esa afectación psicológica impacta también a los familiares del paciente. 

Si el paciente fallece, hay una dinámica familiar que debemos atender porque pueden presentarse sentimientos de culpa y miedo de revivir el contagio y muerte en otro ser querido. Esas emociones se potencian en este momento, cuando ya sabemos de tantas personas que se han ido, generando un clima de sufrimiento y duelo colectivo que está instalado en muchas personas e incluso en algunos de manera patológica. 

Otro aspecto de la pandemia que está afectando emocionalmente a los venezolanos es el trato al cuerpo de la persona que ha muerto por covid, porque rompe con los esquemas tradicionales de despedida de los difuntos, al no poder acompañar al enfermo en sus últimos momentos, “dar el pésame” a los deudos, a realizar rezos presenciales, entre otros.

Finalmente, el covid-19 nos ha mostrado que, aunque el factor biológico es esencial, los factores psicológicos y sociales lo han convertido en un problema mundial que ha generado desequilibrio emocional, por ende, el contexto psicológico es muy importante para entender la magnitud de la situación y las consecuencias psicológicas con las que siguen lidiando las personas que lo han sufrido, así como sus familiares. 

Atendamos los aspectos psicológicos en la población general y, en especial, en los que padecen el síndrome de covid prolongado.