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Selección alemana, ¿maldición o desmotivación?

29/06/2018

Jens Kleinert, sicólogo deportivo, explica qué hay de verdad tras “la maldición de los campeones mundiales”.

Los campeones mundiales de fútbol han logrado solo dos veces defender sus títulos: Italia en 1938 y Brasil en 1962. Desde entonces, las selecciones nacionales lo han intentado en vano. ¿Hay una maldición del campeón mundial? De los últimos cinco campeones mundiales, cuatro fueron eliminados en la ronda preliminar (solo Brasil llegó a los cuartos de final en 2006).

Hay una cosa en común en todas las selecciones. Es difícil para los entrenadores de una nación campeona dejar fuera a los héroes del Mundial cuatro años después en el próximo torneo. Por ejemplo, en 2002, en Corea del Sur, Francia apostó por jugadores como Emmanuel Petit, Bixente Lizarazu y Marcel Desailly, que ya tenían alrededor de 30 años y ya habían pasado su mejor momento. Lo mismo sucedió con el equipo italiano, que se estrelló en Sudáfrica en 2010, y el equipo español, en Brasil en 2014. También en el equipo alemán, algunos de sus jugadores campeones mundiales de 2014 no estuvieron físicamente a la altura en Rusia. Sin embargo, también puede haber un componente psicológico en la supuesta «maldición del campeón mundial». Le preguntamos al respecto al profesor Jens Kleinert, de la Universidad de Educación Física de Colonia.

DW: ¿Pueden atrofiarse las ganas de triunfar de un atleta cuando está en la cima?

Prof. Jens Kleinert: Es cierto que asignamos un valor diferente a cosas que ya hemos logrado. Si sueño con convertirme en campeón del mundo y lo he cumplido una vez, entonces esas ansias, esa pasión desaparecen. Por cierto, estas son también palabras que los jugadores usaron después del partido. Entonces, tendría que cambiar mi motivación.

Otro punto es que cuando he logrado algo, quizá cambie mi forma de actuar: me defiendo. Ya soy campeón del mundo, así que tengo que defender el título. Eso significa que solo puedo empeorar. Solo puedo perder. Este es un modo de pensar que se enfoca hacia el fracaso. Además, pensar así se asocia a tener ansiedad e incertidumbre. No puedo cometer errores.

Entonces, ¿eso significa que el miedo a fracasar de un campeón del mundo es mayor?

La probabilidad de que tenga miedo a cometer errores y a perder es definitivamente mayor. Pero no tiene por qué ser así. Se puede cambiar la mentalidad: de defender a ganar. Para eso tengo que establecer nuevos objetivos. El Mundial solo no es una meta suficiente.

¿Entonces se puede entrenar las ganas de triunfar?

(Ríe) No, pero sí establecer objetivos verdaderos e importantes. Por ejemplo, se podría proponer la meta de convertirse en campeones del mundo con los jugadores jóvenes. Entonces, el Mundial cobraría otro significado, porque se brindaría la oportunidad a los jugadores jóvenes de lograr lo que yo ya he conseguido (ser campeón del mundo). Es decir, cambiaría el significado de mi meta. En cierta manera es cuestión de entrenamiento, porque es un proceso que tiene lugar en la mente.

Los campeones del mundo de 2014 parecían paralizados en los partidos en Rusia. Jugadores como Toni Kroos, que jugó muy bien en la final de la Champions, de repente se movían como miembros de un equipo viejo. ¿Hay una explicación psicológica para esto?

Algunos jugadores explicaron que les faltó voluntad. Creo que justificar su juego con «la maldición de los campeones del mundo” sería muy poco. Si falta la voluntad en la selección es porque hay varias razones. Puede ser por los futbolistas que conforman el equipo o porque no creen en sí mismos. Les faltaron en el pasado reciente los éxitos y triunfos como selección. Podría ser un punto que explique por qué parecían paralizados.

Hay diferentes aspectos que juegan un papel importante, por ejemplo, el carácter. No puedo esperar que Toni Kroos juegue con mucha pasión, porque él no es así. Por eso, considero injusto que se diga que no se ha involucrado del todo físicamente. Él jugó como en el Real Madrid, pero allí tuvo a la gente adecuada a su alrededor. La selección, desde el punto de vista de los caracteres, tiene que estar orientada a motivarse. Había muy pocos jugadores capaces de contagiar positivamente a los demás.

El catedrático Jens Kleiner investiga, entre otros temas, la sicología de la motivación y las emociones. Es el jefe del Instituto de Psicología de la Universidad de Educación Física en Colonia.

Stefan Nestler (RMR/ER)


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