Fotografía de Yuri Cortez | AFP
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Los directores de Ecoanalítica, Pedro Palma y Asdrúbal Oliveros, quienes presentaron sus proyecciones en el foro organizado por la firma para evaluar las perspectivas en el corto y mediano plazo, pintan un escenario donde el PIB sigue recortándose de manera relevante, la inflación se desacelera pero continúa en un rango muy elevado y la cotización del dólar fluctúa de acuerdo a la magnitud del gasto del Gobierno.
Asdrúbal Oliveros explica que tras el recorte del crédito bancario por el alza del encaje y la reciente indexación de los préstamos comerciales, los bolívares que impulsan la cotización del dólar provienen del gasto público; por lo tanto, existen dos escenarios para el corto plazo: uno donde el tipo de cambio finaliza este año en un rango de entre 40.000 y 45.000 bolívares por dólar, y otro donde alcanza un rango de entre 90.000 y 96.000 bolívares por dólar.
“En el primer escenario, el Gobierno contiene la inyección de bolívares a la economía; y en el segundo, la dosis de gasto público es mayor. Este es el dilema que tiene que resolver la administración de Nicolás Maduro en las próximas semanas”, dice Asdrúbal Oliveros.
Entre los aspectos a considerar en este escenario, destaca que PDVSA aún no ha cancelado 60% de la deuda que tiene con sus proveedores y que la administración pública no ha ejecutado 56% de lo previsto para inversión, dos variables que podrían traducirse en una mayor inyección de gasto.
No obstante, el Gobierno podría disminuir el impacto de una mayor inyección de gasto si aumenta el encaje bancario, incrementa la venta de euros en efectivo y cancela a proveedores con oro y criptomonedas, dos modalidades que ha comenzado a utilizar: “La capacidad de adaptación no es solo del sector privado”, recuerda Asdrúbal Oliveros.
La sobrevaluación
La cotización del dólar ha aumentado en 2019, pero a un ritmo más lento que el experimentado por el precio de los bienes y servicios como alimentos, transporte o electrodomésticos. Este desequilibrio ha derivado en la sobrevaluación del tipo de cambio o, dicho de otra manera: el dólar está artificialmente barato.
“El tipo de cambio de equilibrio, es decir, el valor que debería tener el dólar en este momento para que el producto local sea tan competitivo como el importado, es de 90.414 bolívares y está en torno a 20.000 bolívares. Esto nos explica el auge de los bodegones”, dice Asdrúbal Oliveros.
Profundiza en el tema de la sobrevaluación y agrega que “como el ritmo al que sube el dólar es menor al que se incrementa el precio del resto de las cosas, ahora se necesitan más dólares para comprar lo mismo: para comprar lo que comprabas en enero de este año con 100 dólares al cierre de octubre necesitas 300”.
Las proyecciones de Ecoanalítica contemplan que este año ingresarán al país 3.500 millones de dólares por concepto de remesas y en 2020 unos 4.000 millones.
Avanza el dólar
Un estudio realizado por Ecoanalítica entre el 10 y el 15 de octubre en siete ciudades (Maracaibo, Barquisimeto, Lecherías, Valencia, Puerto Ordaz, Caracas y Maracay) muestra cómo avanza el uso del dólar como medio de pago.
El estudio evaluó 12.600 transacciones en 136 establecimientos comerciales para el pago de seis rubros y determinó que 53,8% de las transacciones se realizaron en dólares, mediante efectivo y transferencias.
La proporción del uso del dólar varía en cada ciudad: en Maracaibo 86%, Barquisimeto 59,6%, Lecherías 59%, Valencia 51,1%, Puerto Ordaz 49%, Caracas 49,5% y Maracay 42%.
Los seis rubros evaluados fueron electrodomésticos, electrónica, alimentos, repuestos, cuidado personal, ropa y calzado.
Inflación y recesión
Pedro Palma explica que la medición de la variación de precios que realiza Ecoanalítica cada semana indica que la inflación se ha desacelerado de manera importante: de una variación en torno a 2.000.000% en 2018, se espera que este año se ubique en 18.500%.
“El problema se ha mitigado, pero está muy lejos de solucionarse. La desaceleración obedece fundamentalmente a que el Gobierno disminuyó la creación de dinero para financiar gasto público, adoptó una política monetaria muy restrictiva al punto que actualmente los bancos solo pueden prestar 80 céntimos de cada bolívar que tienen en depósitos. El crédito prácticamente se ha paralizado y esto incide en el consumo y la demanda agregada”, dice Pedro Palma.
“Otro factor a tomar en cuenta es que ha mejorado la recaudación tributaria porque se ha obligado a las empresas a pagar impuestos por las ventas brutas”, destaca Pedro Palma.
Si bien estas medidas han ayudado a desacelerar la inflación, han acabado con los disparadores del crecimiento: gasto, crédito y consumo, lo que apunta a una profundización de la recesión que comenzó en 2014.
La proyección de Ecoanalítica es que este año el PIB sufra una contracción de 39,1%, donde el PIB petrolero cae 25,2% y el no petrolero 44,3%.
El próximo año
Para 2020, la firma considera que el país se moverá en un escenario con baja probabilidad de un cambio político, reducción de la economía, de las empresas y los negocios; mayor peso de la economía ilegal, mayores niveles de dolarización transaccional y ajuste en los servicios.
La perspectiva es una nueva caída del PIB de 10,8%, inflación de 3.014% y un precio promedio de la cesta petrolera venezolana en torno a 55,7 dólares el barril. El tipo de cambio paralelo cerraría el próximo año en 1.328.395 bolívares por dólar y el oficial en 1.315.111 bolívares por dólar, si es que la depreciación de la moneda es igual a la inflación.
Entorno político
Félix Seijas, director de la consultora Delphos, presentó los resultados obtenidos en la encuesta realizada en septiembre de este año.
Entre los resultados relevantes, destacó que la intención de voto ante unas eventuales elecciones presidenciales se ubica en 57,9% para la oposición y 14,6% para el PSUV, mientras que 14% afirma que no votaría por ninguno de los dos bandos, 11,8% no sabe y 1,6% indica que no votaría.
Ante la interrogante de si Juan Guaidó debe convocar a unas elecciones parlamentarias en 2020, el 62,7% de la población responde de manera afirmativa, 16,3% que no debe hacerlo, 12,9% que quizás sí y 8% que quizás no.
Ante la interrogante: ¿Qué es lo mejor para el bien del país? 8,1% contesta que Nicolás Maduro continúe en el poder, 10,6% que surja alguien que rescate las ideas de Chávez, 35,2% que Guaidó tome definitivamente el poder, 38% que surja otro líder opositor, 5% ninguna de las anteriores, y 3,1% no sabe.
No obstante, Félix Seijas destacó que ha comenzado a disminuir el nivel de confianza en que Juan Guaidó pueda producir resultados concretos de cambio.
“En general la gente tiene buen concepto de Juan Guaidó como persona, pero el deseo predominante es que se apure. Las bases del apoyo han comenzado a debilitarse, por eso el poder de convocatoria es menor, vemos desarticulación de la presión social y gana terreno la idea del outsider”, resume Félix Seijas.
Víctor Salmerón
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