Fotografía Yuri CORTEZ | AFP
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En diciembre de 2019, el Gobierno les pagó el aguinaldo a aproximadamente siete millones de pensionados y trabajadores públicos, depositándoles medio petro. Para que pudieran cambiar el medio petro a bolívares, diseñó un sistema de subastas que fracasó por la poca demanda.
Para superar este inconveniente, la administración de Nicolás Maduro recurrió a la plataforma Biopago del Banco de Venezuela que, según datos oficiales, funciona en 13 mil comercios ubicados en los distintos estados del país. El sistema comenzó a operar: ancianos y trabajadores acudieron a los comercios para gastar el medio petro, validaron las compras con su huella digital en los puntos de venta asociados al Biopago y el Banco de Venezuela les depositó bolívares a los comerciantes.
La información oficial sostiene que el petro es una criptomoneda que emite el Gobierno y está respaldada por reservas de petróleo, oro, hierro y diamante, gracias a lo cual su valor se mantiene estable respecto al dólar. Actualmente, equivale a $59 y se convierte en bolívares según el tipo de cambio que difunde diariamente el Banco Central de Venezuela.
Los comerciantes utilizaron los bolívares para comprar dólares a fin de reponer inventarios o protegerse de la hiperinflación y la cotización del dólar; en un entorno de poca oferta de divisas, se disparó. En medio de la escalada, el 4 de enero el Banco de Venezuela anunció que la plataforma del Biopago estaría en mantenimiento por siete días, pero las operaciones continúan suspendidas.
Una nota de prensa del Banco de Venezuela precisa que, antes de comenzar el mantenimiento de la plataforma, 1,2 millones de personas utilizaron Biopago. La firma Síntesis Financiera en su informe El Tesorero estima que alrededor de 2,85 millones de petros aún no han sido gastados y permanecen en manos de trabajadores y jubilados.
Si el Biopago no hubiese entrado en mantenimiento, el impacto sobre la cotización del dólar, que aumentó en un 90% en diciembre, habría sido mayor. Síntesis Financiera estima que al menos el 80% de los petros habrían sido convertidos en bolívares “repercutiendo en la tasa de cambio”.
Un aspecto a tomar en cuenta es que no todos los comerciantes recibieron el depósito en bolívares correspondiente a las ventas que hicieron los dos días previos a la suspensión de Biopago.
Cipriana Ramos, dirigente de la Cámara de Comercio del estado Vargas, explica que “esta semana han comenzado a depositar los bolívares que debieron depositar el 2 y 3 de enero. Evidentemente, hay una pérdida porque los bolívares de hoy no valen lo mismo. No puedo precisar cuántos comercios faltan por cobrar”.
La campaña electoral
A diferencia de las criptomonedas, que son independientes de los gobiernos, la administración de Nicolás Maduro tiene el poder de aumentar el número de petros en circulación. Además, el petro no se mina, por lo tanto, analistas lo consideran un medio de pago digital.
“La experiencia del aguinaldo en petros deja en claro que el petro no es un criptoactivo, sino un medio de pago digital. Se trata de una nueva clase de activo que se está convirtiendo en bolívares provistos por el Banco Central al Banco de Venezuela”, dice Síntesis Financiera.
Fuentes del Banco Central y el Ministerio de Finanzas afirman que el aumento del uso del petro forma parte del plan a ejecutar este año, en el que están previstas las elecciones parlamentarias.
“Este año es electoral e inevitablemente aumentará el gasto público, pero debemos evitar que el dólar se dispare y se acelere la inflación. El petro no se devalúa frente al dólar y se busca que progresivamente el público lo mantenga en su poder. Quien recibe petros no se ve afectado si se retrasa la conversión de petros a bolívares. Entonces, la idea es dosificar el impacto del aumento del gasto público”, explica un técnico del Banco Central.
El 2 de enero, Nicolás Maduro afirmó que “es un gran ensayo y ha salido muy bien, un gran éxito el ensayo de diciembre con el petroaguinaldo”.
El Gobierno contempla otorgar a un grupo de empresas créditos en petros. La idea es que los utilicen para pagarles a proveedores que podrán convertirlos en bolívares, pero al ritmo que impondrán el Banco Central y el Banco de Venezuela.
Nicolás Maduro adelantó esta idea el 22 de enero cuando dijo a un grupo de empresarios: “Las facilidades crediticias en tiempos de hiperinflación, yo siempre digo bueno, ustedes siempre piden un monto en bolívares, cuando se lo damos ya no sirven para nada, ah, sal y agua, ¿o miento? Entonces tenemos que ver, pidan esos créditos en petro y les sirve, moneda fuerte”.
Empresarios consultados admiten que les preocupa el impacto que tendrá en su flujo de caja una aceptación forzosa de petros que no podrían convertir inmediatamente en bolívares y dólares para reponer inventarios.
La inconsistencia
El Gobierno quiere incrementar el uso del petro en medio del hundimiento de la moneda: tras dos años de hiperinflación, el bolívar ya no se emplea como unidad de cuenta porque los precios aumentan a una tasa anual de cuatro dígitos; tampoco sirve como reserva de valor porque su capacidad de compra se diluye y es difícil emplearlo como medio de pago porque se requieren fajos de billetes para utilizarlo en una transacción.
En este entorno, en el que las empresas y los particulares buscan desprenderse del bolívar cuanto antes, gastándolo o comprando dólares, la administración de Nicolás Maduro sostiene que el petro es un medio de pago confiable porque, en teoría, su valor es estable respecto al dólar y estaría respaldado por reservas de activos, aunque no existe una manera directa de convertir los petros en petróleo, hierro, oro o diamantes.
Si bien el Gobierno puede imponer el uso del petro, pagando en petros y aceptándolos como un medio para cancelar impuestos y otras obligaciones, no puede obligar a que las empresas y los particulares quieran mantenerlos como reserva de valor.
Luis Zambrano Sequín, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, afirma que “lo que vimos con el aguinaldo en petros es que los pensionados y los jubilados decidieron gastarlo cuanto antes, la credibilidad en el petro es tan poco sólida como la del bolívar”.
Desde su punto de vista, la idea del Gobierno de pagar parte de sus compromisos con petros busca crear un mecanismo de financiamiento: “Esto equivale a un impuesto inflacionario, si el Gobierno te paga hoy con petros y no los puedes cambiar a bolívares y a dólares hasta después de dos o tres meses, el Gobierno recibe más en bienes y servicios de lo que te está pagando”.
“Si bien el petro puede mantenerse estable respecto al dólar, según el discurso oficial, hay que tomar en cuenta que hay un rezago en el ajuste del tipo de cambio; el dólar no se mueve al mismo ritmo de la inflación, entonces el Gobierno se estaría financiando gratis”, dice Luis Zambrano Sequín.
Un elemento clave es que tras no invertir para mantener la producción petrolera, endeudarse masivamente, malbaratar el dinero y perder el crédito internacional, el Gobierno se ha quedado sin suficientes dólares y el petro no soluciona este inconveniente.
“Si el Gobierno les paga a las empresas con petros, las empresas cancelarán aranceles, servicios, impuestos en petros que al Gobierno no le servirán para importar porque el petro no es aceptado en el exterior, la restricción de divisas sigue intacta”, dice Luis Zambrano Sequín.
El desbalance en las cuentas públicas también sigue intacto y el déficit fiscal que la administración de Nicolás Maduro cubre con la creación de bolívares tendría que cubrirlo aumentando la emisión de petros, por lo tanto, el petro perdería valor al igual que el bolívar.
Para facilitar la compra de petros, el Gobierno autorizó siete casas de intercambio. Por la poca demanda, el petro suele transarse con un descuento de al menos un 30% respecto al precio oficial.
Dólares en efectivo
En la Gaceta Extraordinaria 6.504 fechada el 14 de enero de 2020 fue publicado el decreto presidencial que obliga al pago en petros de todas las tasas, contribuciones, tarifas y comisiones que deben cancelarse en divisas a distintos organismos como el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI); el Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren), el Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), el Instituto Nacional de Canalizaciones (INC); Bolivariana de Puertos (Bolipuertos), y el Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (INEA).
Además, ordena que debe pagarse en petros “toda la gasolina de aviones que vende PDVSA”.
Fuentes consultadas explican que el objetivo de esta medida es forzar la demanda de petros y captar dólares en efectivo en momentos en que las sanciones de Estados Unidos le dificultan al Gobierno el manejo de cuentas bancarias.
“La idea es que se incremente la demanda de petros y que en la medida de lo posible las empresas los compren con dólares en efectivo, así se captarían divisas que permitirían evadir el bloqueo de Estados Unidos. Además, el uso del petro ayudaría a controlar los dólares que ingresan a organismos públicos”, dice un funcionario del Ministerio de Finanzas.
El 14 de enero, Nicolás Maduro afirmó que “a mucha gente no le gusta cambiar al petro porque tienen sus negocios en dólares, métale la lupa al jefe, a la jefa de la institución, meta la lupa para que vea cómo tienen sus negocios, mafias por debajo de gestores y ladrones, por eso no quieren cambiar al petro, porque el petro le corta las manos a la corrupción de muchas instituciones”.
Pero el camino no luce fácil. Las sanciones de Estados Unidos prohíben las transacciones con el petro y empresas extranjeras ya han hecho saber al Gobierno que no están dispuestas a violar esta prohibición porque se exponen a que sus activos en Estados Unidos sean congelados.
Fuentes consultadas explican que las líneas aéreas extranjeras no contemplan comprar petros y además se niegan a pagarle el combustible a PDVSA con dólares en efectivo.
Actualmente, las líneas aéreas extranjeras pagan la gasolina de avión a una empresa que sirve de intermediaria con PDVSA.
Las líneas aéreas nacionales cancelan en dólares el combustible cuando vuelan a otros países y temen que puedan verse afectadas por las sanciones de Estados Unidos en caso de comenzar a pagar en petros. La preocupación surge porque las empresas extranjeras que les proveen repuestos y distintos servicios podrían considerar que no deben tener relación con líneas aéreas que emplean una criptomoneda sancionada por la administración de Donald Trump.
Empresas de transporte extranjeras también se resisten a comprar petros para cancelar las tarifas del Instituto Nacional de Espacios Acuáticos.
Víctor Salmerón
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