Visiones de Coexistencia

María Teresa Boulton: “El intercambio es coexistencia”

02/06/2019

María Teresa Boulton retratada por Elizabeth Schummer

María Teresa Boulton es investigadora especializada en fotografía venezolana. Ha ocupado importantes cargos en este ámbito, siendo fundadora y directora de la revista Extra Cámara y del Centro Nacional de Fotografía. Actualmente preside la Fundación John Boulton, institución dedicada a la historia, memoria y patrimonio de Venezuela. Sus publicaciones dan cuenta de un trabajo sostenido en la férrea convicción de superar obstáculos y transformar las limitaciones en oportunidades. Es jurado del 10º Salón Nacional de la Coexistencia de Espacio Anna Frank, en la categoría de Fotografía. Con un enfoque práctico y directo, presenta el concepto de coexistencia desde las relaciones comerciales, la situación nacional y el papel de la mujer en la sociedad.

— ¿Cómo concibe la coexistencia?

La coexistencia es histórica, ha existido toda la vida. Empezando por el comercio, desde los fenicios, que tenían que ofrecer sus productos a otras naciones y, a la vez, comprar de otras y hacer el intercambio. El intercambio es coexistencia. No podemos estar comprando y vendiendo unos a otros y matándonos también. La manera pacífica de establecer una comunicación con el otro es ofreciendo los productos que uno hace y comprando lo que ellos nos ofrezcan. Es una coexistencia comercial y cultural, a partir de la cual se conoce la gente, se habla, se hacen
uniones. Pero no se trata de vencer al otro, sino justamente lo contrario. Es algo absolutamente horizontal. La coexistencia empieza con que tú te enamoras de alguien y te casas con esa persona y tienen hijos. Ahí no se trata de dominar, sino de establecer un hogar. Lamentablemente no siempre es así, existen los intereses personales políticos, económicos, naciones que quieren subyugar a otras naciones y aprovecharse de los bienes. Entonces surgen los conflictos, las guerras, la miseria… Bueno, lo que ha sido la historia del mundo, justamente por falta del
sentido de coexistencia que es un signo de la inteligencia del ser humano.

— Menciona el comercio y la cultura como puntos de partida de una coexistencia que conlleva la integración, tanto entre naciones como entre individuos. Quisiera conocer su visión desde la experiencia de pertenecer a una familia extranjera que llegó a Venezuela y echó raíces desde el encuentro con el otro.

La familia Boulton viene de Inglaterra y se establece en Venezuela muy temprano, en 1824. El primero es John Boulton Townley, quien ya tenía cierta relación con el Caribe por la isla de Saint Thomas, donde sus padres hacían muebles. Él es uno de los primeros que llega a La Guaira. En aquella época, Inglaterra estaba muy preocupada por la independencia latinoamericana y muchísimos ingleses llegaron aquí a partir de la actividad comercial. Inglaterra ofrecía apoyo a los jóvenes que venían a establecerse comercialmente en los puertos. Por eso digo que los puertos fueron como el principio de la coexistencia a partir del comercio, del capitalismo naciente en nuestro país.

En el caso de mi familia, los ingleses que vinieron a Venezuela después se casaron con venezolanas o también extranjeras y se establecieron aquí. Y, de hecho, somos venezolanos. El extranjero viene y empieza a integrarse, a asimilar lo que encuentra, porque no es llegar a competir ni a dominar, sino más bien a coexistir.

— ¿Es posible la coexistencia?

Tiene que ser, porque vivimos en un solo mundo con personas que son diferentes. En el caso de nuestro país, en este momento Venezuela está viviendo un presente muy confuso y difícil. Creo que desde la guerra de Independencia y la guerra Federal no habíamos tenido un momento tan difícil como el que estamos atravesando ahora. Pero vamos a tener que entendernos, porque no nos podemos matar entre nosotros.

— ¿Cómo lograr esto?

Es necesario, primeramente, que la gente se ponga de acuerdo. No puede haber una fracción sobre otra. Todos tenemos que vivir juntos y todos tenemos que caber aquí y todos tenemos que trabajar en este país. Además, en un país tan próspero es incomprensible que estemos atravesando esta situación. Tenemos minerales, tierra, agua, sol, entonces, ¿cómo es posible que estemos en esta crisis? Eso es por falta de comprensión. Comprender que todos tienen un puesto aquí: el empresario tiene una labor que hacer, el trabajador también; todos, a pesar de nuestras diferencias, porque yo no creo que todos seamos iguales. Veo a mis cuatro hijos y todos son distintos el uno al otro, completamente distintos. Tienen la misma cultura, hablan el mismo idioma, tienen los mismos padres y todos son distintos. Pasa lo mismo en el país.

En esto la historia tiene mucho que aportar. Nosotros, desde la Fundación Boulton, vemos la historia, lo que hemos pasado. Por ejemplo, ahora la ciudad de Caracas es un tema muy importante para los fotógrafos, justamente también porque la ciudad está sufriendo muchísimo. Pero no es la primera vez. Hay que ver todo lo que hemos pasado: el terremoto, la guerra de la Independencia, después la guerra Federal, y las dificultades de un país que era muy pobre. Son muchos hechos que no se nos pueden olvidar. Digo olvidar en el mejor de los casos, porque la
mayoría ni siquiera lo conocemos.

— Una de sus líneas de investigación en el ámbito fotográfico se enfoca en lo femenino desde una visión que, evidentemente, se centra en la mujer, pero sin negar al hombre ni caer en radicalismos. En sus publicaciones y talleres sobre este tema se observa, más bien, una relación de complementariedad y equilibrio. ¿Apunta esto a una coexistencia en términos de género?

Las mujeres tienen que coexistir con los hombres y viceversa. Son compañeros. Pero hasta hace muy poco tiempo la mujer era, sencillamente, una persona del hogar. Debía cuidar a los hijos y ser bonita. Algo como “se bella y cállate la boca. No opines, tú no sabes de eso”. Eso no es así. Es importante saber qué tienen que decir las mujeres del mundo, porque el mundo es de ellas también. Pienso que la mujer tiene una doble labor. No se trata de renunciar al hogar o a la familia, sino de llevarlos junto a otros retos que también puede asumir.

— En la actualidad vemos a muchas mujeres liderando proyectos y dirigiendo organizaciones, pero no siempre ha sido así. En este sentido, quisiera que nos comentara su propia experiencia, pues usted ha sido emprendedora y pionera en un campo de investigación bastante específico como el de la fotografía, al cual se ha acercado desde la investigación, la historia, la gestión cultural y la edición de publicaciones especializadas. ¿Encontró limitaciones al incursionar en estos terrenos?

Sí, empezando por mi familia, porque como ingleses las mujeres no entraban en los asuntos masculinos, los temas relacionados con el dinero o la casa comercial. Tuve una tía, Margot Boulton de Bottome, feminista, política, que quería participar en los asuntos comerciales de la familia y no la dejaron. Pero eso es ya pasado: mis sobrinas son profesionales y se ocupan de la economía familiar o nacional. En mi caso, yo me casé, tuve mis hijos y, luego de una larga enfermedad, el médico me recomendó salir de la casa. Entonces le dije a mi marido que iba a buscar trabajo. Él no estaba muy contento, pero empecé progresivamente. Luego me volví a casar, esta vez con un fotógrafo y empecé a aprender lo que era la fotografía y fue algo que me gustó muchísimo. Y ahí arranqué a investigar y a conocer el área. Teníamos una pequeña galería llamada La fototeca, que fue la primera galería de fotografías. Importábamos libros y venían muchos fotógrafos, sobre todo a ver las exposiciones que teníamos y también los libros, porque aquello era inusitado, había muy pocas librerías interesadas en este tema. Después me di cuenta de que en la historia de la fotografía venezolana prevalecían los hombres y entonces se me ocurrió que había que nombrar a las mujeres también. Empecé a investigar y publiqué el libro 21 fotógrafas venezolanas. En la fotografía y en la vida en general es importante buscar las relaciones entre las cosas. Creo que Einstein lo dijo, en el universo lo que importa es la relación de los astros. Eso es lo que hace el universo, el movimiento, la luz. Eso es lo que hace la vida.

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Johanna Pérez Daza es periodista y curadora independiente. Investigadora y docente universitaria (UCV, UCAB).

Elizabeth Schummer es fotógrafa y coordinadora de Proyectos Fotográficos de Espacio Anna Frank

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Visiones de Coexistencia

Serie de 10 entrevistas producidas por Espacio Anna Frank, con el propósito de presentar el concepto de coexistencia desde distintos enfoques y facilitar su comprensión, permitiendo el intercambio de ideas y experiencias. Para ello se utilizan analogías, metáforas y relatos de áreas como historia, arte, biología, deportes, comunicación, diplomacia, psicología, educación, entre otras, que permiten un acercamiento amplio y diverso al tema de la coexistencia mediante ejemplos concretos orientados a su entendimiento.


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