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Lea el poema de Alma Romero Stephany, ganadora del tercer lugar del 8vo Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas

29/07/2023

Fundación La Poeteca, Autores Venezolanos, Team Poetero y Banesco Banco Universal dieron a conocer el martes 18 de julio el veredicto del 8vo Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas. Compartimos aquí el poema que ganó el tercer lugar, escrito por Alma Romero Stephany, de 25 años, residenciada en Caracas, Venezuela. 

Enredadera a musgo

Alma Romero Stephany

A los que buscan

¿Será mío mi español?

Hay unas ansias de decir algo

innombrable y resbaladizo

algo que se encuentra en rincones

y solo puedes ver por el rabillo del ojo

 

Quisiera poder ponerle nombre 

una palabra que abarque eso tan ajeno que se me estanca

en el propio centro de un pecho que por ahora sigue siendo mío

 

Cómo vivir sabiendo

que no creo en dios, pero sí en los feriados

Que le rezo a mi abuela muerta justo antes de entrar al escenario

que al juntar el mar que es mamá

con el río que es papá

fui yo, húmeda y musgosa

Acuosa, pero no mucho

como esa llovizna tonta que teme ser aguacero

 

Tal vez ahora lleve siempre en la cartera

piedras de colores y una vela naranja

Porque hay cosas a las que no les consigo nombre

cosas cuyo término se me escurre

 

Puede que muramos boca abajo

boca arriba es morir esperando

 

Tal vez si muriera y se pudiera creer en algo

volvería como una manga

un mango más grande, más liso, más mango

Tal vez volvería como hizo mi abuela, que está en los jardines

o como mi abuelo que está en la luz que atraviesa los árboles a las seis de la tarde

Tal vez volvería como piedras de colores del río que es papá

Como ballena inmensa que nade eterna en el mar que es mamá

 

Poema desolación, poema charco

 

Una razón existe por la que

cuando escribo siempre escribo de agua

Sentido tiene –Kariña– gente de agua

algunas sombras he encontrado

 

Sin importar agua siempre tengo sed

ansia seca como tierrilla delgada que se te mete dentro del cuerpo

esa suerte de rayo de sol que nunca te toca

esa vida ligera y brillante que nunca he vivido

Doce plátanos por un dólar

doce plátanos y una colección de tazas sin asa

una pared repintada y un discurso que no logro entretejer

 

Quizás un día se pueda encontrar palabra

que atrape este grito callado

de arrebato –de baile– de llanto

Alguna palabra por minúscula que sea

que de nombre a este silencio sordo

que llega de nuestro precipicio hondo, arisco

 

–Esa brisa de mar que me llega al mediodía–

 

Algo que me diga porqué lloro con los atardeceres

que me permita contestar las preguntas

de la profesional de turno a la que llaman cuando compro las pastillas

 

Yo quisiera

                  quisiera.

 

No me quites las pocas sombras que he encontrado

No me lo hagas

¿Cómo vivir a sabiendas de que la sed es la única que siempre me acompañará?


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