Ecuador vs. Venezuela: La Vinotinto pierde incluso cuando merece mejor suerte

La Vinotinto es una moneda al aire. Venezuela llegó a Ecuador con un entrenador en entredicho, la ausencia de Salomón Rondón (entre otros), jugó con un cambio de sistema y, aún así, ofreció una presentación competitiva. Teniendo en cuenta las circunstancias, ese balance no es menor. Incluso, invita a imaginar qué pasaría si estos futbolistas estuvieran jugando en un entorno mucho más ordenado. Si a esto se suma que el adversario ocupa el tercer lugar de la clasificación, el balance es casi ilusionante.

Venezuela se mostró estable en defensa y peligrosa al contraataque durante el primer tiempo. Fue tal el nivel de competitividad que pudo adelantarse en el marcado durante una acción de Darwin Machís. El atacante falló una opción clara, aunque también podría decirse que se trató de un capricho del balón: no quiso rotar lo suficiente como para meterse en el arco. Ecuador no encontró demasiados espacios. Su gol lo consiguió a través de un tiro libre en el que Rafa Romo pudo haber hecho un poco más. Gol de Piero Hincapié en el 41’.

Como si no estuviera en el tercer lugar de la clasificación, Ecuador poco a poco se fue refugiando en su arco. Venezuela mantuvo su plan inicial: defenderse con línea de cinco, con Yordan Osorio haciendo de líder, y salir a correr cuando en zonas de ataque hubiera algún espacio. Con el pasar del tiempo, el entrenador Leonardo González alteró parte de esa idea: dio entrada a Jefferson Savarino y a Jan Hurtado. La lectura de campo fue correcta. Con ellos, el arco rival quedó más cerca.

Durante los últimos minutos, Venezuela tuvo varias opciones para empatar el juego. Una de Osorio, otra de Luis Adrián Martínez, quien también destacó en defensa, y algún intento más. Sin embargo, ninguno fue suficiente. Resultado final: 1 a 0. Es válido sospechar que La Vinotinto dejará Ecuador más frustrada por motivos deportivos que federativos. En esta ocasión, este jueves 11 de noviembre, la frase “Venezuela no mereció perder” no es un consuelo de tontos sino una percepción justificada en el buen rendimiento del equipo.

Rafa Romo y los niños perdidos

Luego de alternar entre Wuilker Fariñez y Joel Graterol en la portería, Leo González dio la titularidad a Rafa Romo, quien juega en el Oud-Heverlee Leuven de Bélgica. Cuando los aficionados casuales buscan explicaciones a por qué Venezuela nunca ha ido a un mundial, en ocasiones suele omitir cuán difícil es que el futbolista complete el ciclo de selecciones y pueda dar el salto a la absoluta de forma estable. Luego de pasar por las selecciones Sub 20, son pocos los grupos de jugadores que logran instalarse y coincidir en el siguiente escalón en un mismo momento.

Fotografía de Dolores Ochoa ! POOL ! AFP

Por lo general, en La Vinotinto y varias selecciones más, la norma es que lleguen unos pocos o que, si coinciden, lo hagan en distintos momentos de sus carreras. El detalle, en relación con Rafa Romo, es que él encabezó a la Selección Sub 20 que clasificó al Mundial de la categoría en el año 2009. En ese equipo estaban jugadores como José Manuel Velázquez, Pablo Camacho, Rafael Acosta, Yohandry Orozco, Yonathan Del Valle y Salomón Rondón. Salvo el último, ninguno de ellos tuvo influencia en la selección durante estos años, como si se hubieran extraviado en el camino del fútbol profesional.

Doce años después de ese Mundial, y tras pasar por varios equipo, Romo volvió a ser titular con Venezuela. El periodista Humberto Perezo Suárez recordó en Twitter unos datos de Mario Sánchez: el arquero no ha recibido goles en 30 partidos dentro de competiciones europeas durante su carrera. Pese a no tener mayor rodaje con la zaga de defensores, Romo hizo un encuentro regular: tuvo responsabilidad en el gol pero también sacó un par de remates peligrosos. Sin embargo, su alineación genera confusión: ¿cuál es el proyecto en relación con la arquería de La Vinotinto? ¿Convendría dar minutos a Fariñez y Graterol, con más futuro que presente? Quizá sean preguntas muy complejas para la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), incapaz de resolver el tema del entrenador de Venezuela.

José Peseiro, Leonardo González y las deudas pendientes

Luego de la anterior jornada eliminatoria, Leonardo González dio por cerrado su interinato en La Vinotinto. Mucho antes de que su nombre fuera una opción, la FVF prometió un entrenador extranjero luego de que otro foráneo, José Peseiro, renunciara porque no le pagaron 14 meses de trabajo. Peseiro, con más tiempo en el cargo, disputó menos partidos que González, etiquetado como interino. La ironía fue compartida por el periodista Pablo García Escorihuela, quien completó con el siguiente recuento: Peseiro se fue luego de 6 partidos mientras que González, si no sigue, se habrá ido con 8.

Como si ese absurdo no bastara, la convocatoria para estos partidos fue dada sin que González fuese confirmado por la FVF. Tiempo después, Peseiro demandaría al ente en la FIFA por la deuda pendiente, de acuerdo con el periodista Tomy Arguelles. El escenario no puede ser más penoso: un entrenador que ejerce sin tener claro su futuro, y una federación que es incapaz de cerrar acuerdos del pasado y cuyas promesas están llenas de incertidumbre. Entonces, ¿qué sentido tiene el análisis si no hay un mínimo orden sobre el cual trabajar? ¿Quién responde a preguntas como las planteadas en el caso de Romo? ¿Cómo se analiza un nuevo sistema de juego sin saber si será un recurso sostenido? ¿Qué tipo de mensaje se envía a los jugadores; en especial a los extranjeros, acostumbrados a dinámicas de trabajo más saludables?

Sólo en el FIFA de la PlayStation los jugadores pueden entrar y salir de los equipos y sostener un nivel regular. En la vida real, ellos necesitan una serie de condiciones mínimas para trabajar. Aunque pueda parece extraño, todo este contexto influye en el rendimiento. Y sin embargo, ante Ecuador, el equipo pudo haberse llegado un mejor resultado. Cuando se trate de evaluar el rendimiento de La Vinotinto durante estos últimos meses, convendrá empezar por la principal responsable de cuanto ha ocurrido, la FVF.