ELIMINATORIAS A QATAR 2022

Chile vs. Venezuela: 20 años después, La Vinotinto sigue sin ganar en Chile

Fotografía Marcelo Hernández | POOL | AFP

15/10/2021

La Vinotinto no ha ganado en Chile desde hace 20 años. El dato es escabroso y, a su vez, tiene trampa: entre el 4 de septiembre de 2001 y el 14 de octubre de 2021, fecha del último partido, el fútbol de Venezuela ha mejorado en algunos aspectos. Por otro lado, en ese período, Chile tuvo su generación dorada. Dos Copas Américas y un fijo dentro de los Mundiales de Fútbol. Ante esa tradición chocó Venezuela, entrampada entre inconvenientes deportivos, bajos rendimientos, polémicas internas y falta de un sentido deportivo por parte de la Federación Venezolana de Fútbol. Algo de eso, si no todo, explica el 3 a 0 en el marcador. 

Cuando Venezuela ganó por última vez en Chile, en este país no había sospechas sobre la oleada migratoria de venezolanos de los últimos años. En la actualidad hay casi medio millón de venezolanos residenciados en Chile. La crisis social, económica y política de Venezuela ofrece escenas impensables hace años en casi cualquier aspecto. Dentro de las deportivas, están los cientos de venezolanos caminando por Santiago hasta el hotel de concentración para apoyar al equipo. Es irónico: Venezuela parece más local en el extranjero que en Caracas, donde la situación económica y sanitaria no dan demasiado espacio al fútbol.

A miles de kilómetros de distancia, un juego de La Vinotinto intensifica lo que las arepas y los tequeños dentro de otra gastronomía: el sentido de pertenencia. Aunque luego, en cancha, ese apoyo inicial no sea suficiente para rendir en la Eliminatoria Sudamericana hacia Qatar 2022, donde Venezuela sigue en el último lugar con 7 puntos logrados y 9 derrotas.

Chile vs. Venezuela. Fotografía de Claudio Reyes | AFP | POOL

Chile: teatralidad y urgencia

El crecimiento de Venezuela y la necesidad de Chile también se reflejan en distintos momentos vinculados con este partido. El principal, la limitación del entrenamiento de La Vinotinto por razones sanitarias. La segunda se supo instantes antes del encuentro. El juego comenzó como si se tratara de un juego de NBA. Mientras los jugadores se alineaban para escuchar los himnos nacionales, las luces del estadio se encendían y apagaban. Una y otra vez, mientras la afición chilena entraba en ebullición. Hace 20 años, una puesta en escena como ésta no era necesaria; incluso, buena parte del Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos estaba vacío. 

Este jueves 14 de octubre de 2021, la escena era distinta. El Estadio San Carlos de Apoquindo estaba lleno. Además del juego de luces, en algún momento, durante el himno nacional chileno, el sonido interno se apagó y dio paso a las voces de los aficionados y jugadores. Gradas rugiendo y futbolistas repletos de adrenalina y patriotismo. Un envión emocional que se explica desde la urgencia: Chile se jugó parte de sus opciones para alcanzar zona de repechaje. Venezuela comenzó a perder el partido en ese momento, antes de que se pitara el inicio del juego. 

Sin embargo, los primeros minutos de Venezuela fueron competitivos. Ante los intentos chilenos, La Vinotinto no mostró mayor debilidad aunque tampoco lograba salir de su campo. En la etapa en la que se encuentra el proyecto, es lo que puede ofrecer este conjunto: va justo de opciones creativas y de soluciones en escenarios adversos. El control era chileno y, de forma progresiva, el peligro también fue perteneciendo al local. 

Los goles de Erick Pulgar llegaron al minuto 18 y al 37. En ambos casos, la defensa falló. En el primer gol, el error fue colectivo: Pulgar remató solo. Lució tan cómodo durante el remate que los venezolanos parecían haber seguido al pie de la letra la recomendación de distanciamiento social: metro y medio o dos de distancia entre uno y otro. En el segundo gol, el fallo hay que achacárselo a Wuilker Fariñez, quien no midió bien el balón, abandonó su posición y llegó tarde al cierre del segundo palo. 

A La Roja le bastó sólo un tiempo

La urgencia chilena y el rugido de las gradas se fue diluyendo durante el segundo tiempo. La sensación era que Chile reconoció que el trabajo estaba hecho, que esos dos goles del primer tiempo bastaban para controlar el partido. Visto lo visto, no le faltó razón al local. Venezuela no se opuso al partido de forma sostenida.

Aún así, en el equipo destacaron tres jugadores ofensivos: Eric Ramírez, Adalberto Peñaranda y Darwin Machís. Ninguno brilló por lo que se supone, pero sí se mostraron activos cayendo hacia distintas zonas del campo, intentando ser alternativas para sus compañeros, más allá de que eso no trascendiera por las deficiencias del juego colectivo. El tercer gol, firmado por Ben Brereton en el minuto 73, hizo justicia a un partido en el que Venezuela no tuvo mayor chance, luego de presentaciones notables ante Brasil y la victoria contra Ecuador, la segunda de esta eliminatoria. 

Chile vs. Venezuela. Marcelo Hernádez | POOL | AFP

Algunas conclusiones de la triple fecha

Pase lo que pase con el entrenador interino Leonardo González, Venezuela cuenta con un grupo de jugadores capacitados para ofrecer mejores resultados. El entrenador, durante la rueda de prensa previa al partido, no reclamó ninguna reivindicación y podría decirse que se apartó del grupo de aspirantes (si en algún momento se pensó, en serio, en que pudiera asumir para el siguiente ciclo mundialista). 

Desde un punto de vista futbolístico, esa falta de ambición o el conocimiento preciso de su rol genera inquietud. La Vinotinto, bajo sus órdenes, ofreció un rendimiento más estable que en otros procesos. Entonces, ¿por qué no intentarlo y asumir la renovación que reclama el equipo, por momento y desgaste de las principales figuras de otros ciclos deportivos? Esa respuesta quizá sólo la sepan los directivos de la Federación Venezolana de Fútbol y el entrenador. 

Si nada de lo anterior cambia, quien llegue puede tener en cuenta algunos aspectos:

Los centrales

Luis Adrián Martínez, Nahuel Adolfo Ferraresi y Yordan Osorio son centrales sobre los cuales establecer un sistema de juego. Si a la pareja que pueda armarse se suman dinámicas de relevos y acompañamiento del resto del equipo para evitar desequilibrios, ellos van a competir.

La opciones en el medio campo

José “El brujo” Martínez, Eduard Bello, Cristian Cásseres Jr. y Yangel Herrera emergen como opciones clave de cara al futuro de La Vinotinto. Se suman otros con más renombre que ocupan posiciones más ofensivas: Darwin Machís, Jhon Murillo, Yeferson Soteldo (si regresa al equipo) y Adalberto Peñaranda, a quien le urge sostener la continuidad que poco a poco recupera para salvar su carrera. Cuando se trata de Peñaranda hay que hablar en términos más rotundos: ni él ni Venezuela deberían perderse el talento más importante de esta generación y, quizá, de los últimos veinte años del fútbol venezolano.

Eric Ramírez

Hasta ahora, Salomón Rondón no tuvo un compañero fiable en La Vinotinto. Futbolista y equipo se acostumbraron a jugar de esa manera, limitando el potencial del atacante a opciones puntuales antes que a un flujo de juego estable. Eric Ramírez no podrá devolverle los mejores años a Rondón, pero representa una suerte de update en relación con Rondón. Si quiere asumir su rol, aún le queda mucho por mejorar. Tiene sólo 22 años y ya está jugando en Europa. A esa edad todo parece posible, incluso calzar los zapatos que Rondón dejará en algún momento. 

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