Venezuela vs. Ecuador: La Vinotinto recuerda qué es ganar

La Vinotinto ganó 2 a 1 a Ecuador este domingo 10 de octubre de 2021 en el Estadio Olímpico de Caracas. Es apenas la segunda victoria de Venezuela en las Eliminatorias a Qatar 2022. Aunque el triunfo de hoy basta para alegrarse, sobre todo después de diez partidos sin ganar, hay más razones para estimular esa emoción. Una de las más evidentes es haber remontado, luego de que Ecuador se adelantara en el marcador. Esa novedad se explica desde la tradición deportiva de la selección, corta de ese tipo de gestas. La Vinotinto suele naufragar ante resultados adversos, incluso en ocasiones cuando el marcador está a su favor. Nada de eso ocurrió esta vez.

El partido comenzó cuando se supo que Yeferson Soteldo no estaría. Venezuela se iba a enfrentar contra el tercer mejor equipo de la región, según la tabla de clasificación, sin su mejor jugador. No había, dentro de la convocatoria, otro con características similares. Eso planteaba un juego menos creativo y que el equipo dependiera de ocasionales contragolpes o jugadas más propias de la inspiración individual. Ecuador controló el juego la mayor parte del tiempo; incluso, podría decirse que no sufrió demasiado y sin embargo perdió. Si el fútbol tiene un Dios, esta vez se acordó de Venezuela.

Ecuador se adelantó en el marcador a través de un penalti en el minuto 37. Gol de Enner Valencia. Este hecho destapó los antecedentes previos, dentro de los cuales no se encuentran muchas razones para creer en las posibilidades de la Vinotinto. Daba la sensación de que Ecuador estaba jugando a media máquina y que podía imprimir un poco más de ritmo en su control y marcar un gol más; sobre todo en su ataque por el sector izquierdo, a través de Valencia y Pervis Estupiñán. Pero no ocurrió. La Vinotinto no salió a buscar el partido de forma desesperada y tampoco se encerró en su área. Fue inevitable volver a pensar en Soteldo, en cuán útil habría sido para sacar provecho a esa calma que parecía tener Venezuela.

Durante los últimos dos años, entre los problemas federativos y el comportamiento extradeportivo de algunos jugadores, el potencial de la selección ha estado condicionado. La Vinotinto necesita jugar partidos con una base regular de futbolistas sobre la cual establecer un sistema de juego. Esto es uno de los factores ideales en un escenario normal. Sin embargo, ¿de qué sirve contar con una base de jugadores si el técnico no ha sido confirmado, por ejemplo? La apuesta del entrenador interino tiene sentido desde ese punto de vista. Ante la incertidumbre, mejor dar minutos a jugadores con poco recorrido en la Vinotinto, aún a riesgo de perder competitividad, como ha ocurrido por razones propias y ajenas al conjunto, como las lesiones de Yangel Herrera y Yordan Osorio.

Venezuela no le reclamó a Ecuador mayor esfuerzo salvo en dos acciones puntuales. Las necesarias para cambiar su suerte durante el encuentro. Aun cuando la Vinotinto atacó poco, el equipo puede ofrecer un estilo de juego más ofensivo que el de los procesos de Farías y Dudamel, aunque todavía esté lejos del sentido competitivo de esos procesos. Pese a que ahora el equipo tenga un techo limitado, resaltan en su rendimiento José “El brujo” Martínez, Eduard Bello y Darwin Machís. En especial, los dos últimos son parte de ese puñado de jugadores que podrían ser la base del equipo para el próximo ciclo y, quizá, con el siguiente entrenador si la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) no confirma a Leonardo González.

El ecuatoriano Ángel Mena y el venezolano José Martínez. Fotografía de Federico Parra | AFP

Luego del primer gol, la localía y la ubicación en la tabla obligaba a La Vinotinto a intentar algo más. No haber hecho un esfuerzo tan intenso en la presión, como en el partido contra Brasil, puede que haya ayudado a Venezuela a sostener el físico durante el resto del partido. Sin embargo, eso también la alejó del arco rival. El equipo dependió de algún arranque de Adalberto Peñaranda y de los desdobles de Bello a espalda de los defensores ecuatorianos. Así llegó el primer gol, con Bello sobre la línea de fondo dando un pase hacia el área chica para que Machis rematara. 1 a 1 en el minuto 65.

Eduard Bello celebrando luego de anotar. Fotografía de Federico Parra | AFP

Venezuela empataba un partido sin que su arquero, en esta ocasión Wuilker Fariñez, tuviera mayor protagonismo. Lo estaba haciendo gracias a su juego colectivo. Lo inesperado, tomando en cuenta los procesos de los últimos dos años, fue que la Vinotinto no se atrincheró. Ecuador siguió a medio paso y Venezuela consiguió un gol a través de Bello, quien remató un tiro libre desde una distancia donde se suele centrar. Su atrevimiento tuvo premio: Wellington Ramírez, el arquero de Ecuador, intentó despejar el balón, pero terminó colaborando a que el balón entrara. Entonces, la Vinotinto comenzó a ganar su segundo partido durante este ciclo eliminatorio. A esas alturas, con casi media hora de partido por delante, la duda estaba en la capacidad del equipo para manejar el resultado.

En ese sentido, la Vinotinto es sólo un reflejo de una conducta que también manifiestan los clubes venezolanos cuando compiten en torneos internacionales: no saben cómo gestionar resultados favorables. El futbolista venezolano no está acostumbrado a ganar. Por lo general, el colectivo se desconcentra y comete errores en acciones básicas, como perder pelotas en salida o no hacer los relevos respectivos. Venezuela controló mejor estos aspectos en el juego y pudo aguantar el resultado.

Ecuador tuvo algún intento más pero no trascendió, más allá de un rechazo de Fariñez que pudo costar la victoria. La paradoja de perder es que, para aprender a ganar, es necesario seguir perdiendo e insistiendo en una idea: un proyecto con un sentido claro para generar unas condiciones propicias para la victoria. En esa discusión, Venezuela cuenta con jugadores con la calidad necesaria para dar un salto adelante. Lo otro, sobre el criterio deportivo y la elaboración de un plan a largo plazo, depende de la FVF. El próximo jueves, de visitante contra Chile, habrá otra oportunidad de seguir atravesando ese camino. Mientras, se esperan noticias desde la FVF, como si por fin le pagaron o no a José Peseiro.