COVID-19

Coronavirus, ébola y sarampión, altamente contagiosos y letales

03/06/2020

Desinfección en Mbandaka, República del Congo, tras nuevo brote de ébola. Fotografía de picture-alliance | AP Photo | J. Bompengo

África lucha contra una pandemia y dos epidemias, al mismo tiempo. Este 1 de junio regresó la pesadilla al continente cuando la República Democrática del Congo (RDC) activó la respuesta contra un nuevo brote de ébola en el noroeste del país, mientras en el noreste persiste la epidemia de esa enfermedad contagiosa que en esa región ha causado más de 2.200 muertos.

El segundo brote, declarado en Mbandaka, capital de la provincia de Ecuador, empeora la ya delicada situación sanitaria de este país centroafricano, que combate la pandemia de COVID-19 (72 muertes y 3.326 contagios) y el peor brote de sarampión del mundo (6.779 muertes y 369.520 casos). «Esto es un recordatorio de que COVID-19 no es la única amenaza sanitaria que afronta la población de África», subrayó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la página de la organización.

La epidemia en Mbandaka, un populoso centro de negocios a orillas del río Congo y a unos 600 kilómetros de Kinshasa, ha causado 8 casos y 4 muertos, dijo el Comité Nacional Multisectorial de la Respuesta contra el Ébola (CMRE). Según su coordinador nacional, Steve Ahuka, «la OMS está buscando atajar la epidemia en esa ciudad», sacudida de mayo a julio de 2018 por el noveno brote de ébola que ha sufrido el país (54 contagios y 33 muertos), al que siguió en agosto de ese año el décimo en el noreste, aún activo a más de 2.000 kilómetros de distancia.

Millones de personas en riesgo, como víctimas y potenciales difusores

Esta es una «muy mala noticia» porque «llega en el peor momento, ya que el país está luchando contra una pandemia de COVID-19 y una epidemia de ébola, aparte de la de sarampión, afirmó el jefe de Operaciones de Emergencias de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) en la RDC, Robert Ghosn.

La Cruz Roja Internacional ha advertido que «Mbandaka es un centro de transporte y comercio, con el riesgo de propagación de la enfermedad más allá de los 1,2 millones de personas que viven en la ciudad». El control de la epidemia en el noreste, asimismo, se ha visto obstaculizado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la gran inseguridad en la zona, donde actúan decenas de grupos armados.

Entre 2014 y 2016, el ébola mató en África occidental a 11.300 personas y hubo más de 28.500 casos, cifras que, según la OMS, son aún muy conservadoras.

Ébola se transmite por contacto con sangre o secreciones

El ébola, descubierta en la misma RDC en 1976 -entonces llamada Zaire-, se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados. Esta fiebre causa hemorragias graves y puede alcanzar una tasa de mortalidad del 90 por ciento. Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.

Los síntomas se parecen a los de otras enfermedades, como el coronavirus o la gripe. Los síntomas pueden aparecer entre los dos y los 21 días luego de la exposición al virus. Un tiempo durante el cual, como también en el caso del coronavirus, el portador del ébola puede infectar a otras personas sin saberlo. Una vez detectado el mal, la persona es puesta en cuarentena. El enrojecimiento de los ojos y las hemorragias internas y externas son típicas manifestaciones del ébola.

Desde noviembre de 2019 hay una vacuna inyectable contra el ébola, aunque con licencia condicional, de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Su nombre: ervebo.

Contra el sarampión existe vacuna, pero no un tratamiento estándar

La transmisión del virus del sarampión ocurre, igualmente como en el caso del coronavirus, por contacto directo o por gotitas infectadas provenientes de alguien enfermo. Esta es una enfermedad infecciosa exantemática como la rubeola o la varicela, bastante frecuente, especialmente en niños, causada por un virus, específicamente del género morbillivirus. El mal se caracteriza por manchas en la piel de color rojo (exantema), así como la fiebre y un mal estado general. Si se presentan complicaciones, el sarampión puede causar inflamación en los pulmones y en el cerebro que amenazan la vida del paciente.

El período de incubación del sarampión suele durar de 4 a 12 días, durante los cuales no hay síntomas. Las personas infectadas siguen siendo contagiosas desde la aparición de los primeros síntomas hasta los 3 a 5 días posteriores a la aparición del sarpullido. Esta es otra similitud con el contagio de coronavirus. El sarampión se previene con la vacuna «triple vírica» que se aplica a niños en el brazo izquierdo y en varias etapas. La vacuna se conoce como «SPR», porque protege de sarampión, rubéola y parotiditis.

El virus es muy sensible a factores externos como temperaturas elevadas, la radiación ultravioleta (luz) y, debido a su envoltura vírica, a muchos desinfectantes, como los que contienen 1% de hipoclorito de sodio o 70% de etanol.​ En el medio ambiente, puede ser infeccioso durante periodos de hasta dos horas. Entre tanto, se sabe que el coronavirus es más resistente: puede permanecer en superficies de metal hasta 72 horas.

(vt)

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