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Caminando por la selva. Detrás del lente de Inga Steinvorth de Goetz: Fotografía, cine y memoria
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Toda escritura de una vida es su túmulo en forma de escritura[1].
Claudio Perna
En la Caracas de finales de los años 70 el movimiento cultural era realmente intenso. El país se había sacudido la última dictadura militar y transitaba ya casi una década de gobiernos civiles; en ese ambiente se veían surgir propuestas culturales innovadoras que espetaban su modernidad y se hacían de sus espacios. La Sala Mendoza, dirigida en ese momento por Lourdes Blanco, abrió la exposición “Once tipos” que mostraba la obra de jóvenes artistas, pioneros en los lenguajes de vanguardia de la época. Dos de esos jóvenes eran Miguel Von Dangel y Claudio Perna, mis amigos.
En “Once tipos” se expuso obra en papel en diferentes técnicas, collage, gráficas, fotografía, fotocopias, dibujos, arte por correo, diapositivas, instalaciones, performance. Era una exposición ambiciosa, novedosa, y su éxito e importancia se verificó en el tiempo, al convertirse en emblemática y pionera.
Miguel expuso sus Diarios, que eran una tira de 200 metros de papel con intervenciones extraordinariamente coloridas y textos en tinta china y Claudio presentó una instalación, titulada “Lluvia, escultura social” (una mujer con, mesa y rockola). Todo ello constituyó una experiencia estética nueva para mí y marcó una huella profunda en mi manera de ver el mundo.
Von Dangel viajaba a las comunidades indígenas e iba comprando piezas que con el tiempo terminaron constituyendo una colección de arte única y privada. Sostuvimos largas conversaciones y compartimos lecturas de artículos, libros de antropología que él interpretaba con la óptica del artista, e incluso, llegamos a viajar juntos cuando me acompañó a Caño Grulla (comunidad Piaroa en el Amazonas venezolano), donde yo realizaría el trabajo de campo para mi tesis de grado en Antropología.
Con Claudio tomé un curso excepcional de fotografía y Arte conceptual en la Universidad Simón Bolívar por los años 80, a raíz de eso colaboramos juntos en algunas obras en papel y fotografías polaroids intervenidas. Yo quería hacer Cine súper 8 y compré una cámara para comenzar a trabajar en un proyecto sobre la Semana Santa. Claudio me mostró sus películas. En la sala de su casa armaba un cine, quitaba todos los muebles y proyectaba sobre una pared. Para el audio, utilizaba un equipo de sonido, en el cual iba poniendo los discos que acompañaban la proyección.
Ya graduado en la Universidad Central de Venezuela como Antropólogo, me fui a Los Ángeles a estudiar una maestría en Antropología visual en la Universidad del Sur de California con Timothy Asch, uno de los pioneros del cine etnográfico. Mi experiencia y mis antecedentes con Miguel y Claudio trazaron el camino y di un giro reflexivo donde el arte, la etnografía y la memoria se pusieron en práctica en una dimensión nueva y la Antropología como disciplina científica pasó a otro plano… el camino del arte, la poesía y el cine se revelaron en los espacios del desierto y el mar de California.
*
La fuerza y el dinamismo de los años 90 me impulsaron a volver a conectar con la belleza de mi país. Una tarde llegando a mi casa en Los Ángeles, recibí una llamada de la familia Goetz. Me informaban que las películas de Inga se encontraban en un depósito en la misma ciudad y ellos querían trasladarlas a Venezuela. Al día siguiente llamé a Josefina Bertorelli, encargada de Relaciones Institucionales de la Biblioteca Nacional, que dirigía Virginia Betancourt, para contarle la situación de las películas.
En ese momento, la Biblioteca estaba mudándose a la nueva sede en la Avenida Panteón y contaba con espacios, cuyas condiciones resultaban ideales para la conservación de materiales audiovisuales. Así comenzamos las gestiones con la Biblioteca Nacional para rescatar las películas y traerlas al Archivo audiovisual de Venezuela. Viajé a Caracas, una vez que se lograron los convenios con la línea aérea para el traslado de las películas a Maiquetía. Cuando el material llegó al Archivo realizamos un inventario de las 15 películas en 16mm sobre la cultura Yanomami que en los años 60 había realizado Inga Steinvorth de Goetz.
El paso siguiente fue firmar en el año 1996 un convenio de donación con Elke Goetz de Fuhmeister y Klaus Goetz, hijos de Inga. El material cinematográfico se encuentra, a 28 años de aquella incorporación, en excelente estado de conservación, debo decir, y todavía permanecen en el Archivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional. De esta manera, se pudo recuperar un valioso material para la memoria de nuestro país.
Para mí, como antropólogo visual, representaba al mismo tiempo una invitación y un reto para hacer un documental sobre Inga, su estadía en el Amazonas, su contacto permanente con las comunidades Yanomami.
En el año 1998 se estrenó en la cinemateca Nacional mi documental, titulado Nacientes, los viajes de Inga Goetz a las fuentes del Orinoco, que destaca, como su nombre lo indica, la expedición de Inga a las nacientes del río en el año 1969.
En el año 2023 tuve una conversación con las profesoras de la Universidad Católica Andrés Bello, Mabel Calderín y Johanna Pérez Daza sobre las fotografías de Inga Goetz, su importancia en el terreno documental y el impacto que podría generar en los jóvenes conocer a esta médico y empresaria alemana, cuyos empeños la llevaron al Amazonas venezolano durante una década para filmar y fotografiar a las comunidades Yanomami. En seguida, comenzamos a armar el proyecto que titulé Caminando por la selva. Detrás del lente de Inga Goetz , que estará en la Sala Fotocontacto del Centro Cultural de la Universidad Católica Andrés Bello hasta el mes de julio del año 2024 y se inscribe en el contexto de la alianza de la Ucab y El Archivo en torno a la investigación y la gestión de la fotografía.
Volviendo a Miguel y Claudio, puedo decir que los antecedentes y la inspiración museográfica y curatorial de esta exposición fueron aquellas ambientaciones conceptuales con medios interdisciplinarios e innovación en las formas de ensamblar, montar y ver. Cierro ahora el ciclo que comenzó Inga por los años con 60, por los 70 de Miguel y Claudio, por los 90 de Timothy Asch
y este 2024 en el cual mostramos imágenes que resultan inéditas para muchos de nosotros, pero que nos constituyen como país.
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Notas:
[1] Arte social. Claudio Perna, Galería de Arte Nacional, agosto 2004 (Catálogo. Curadora Zuleiva Vivas)
Álvaro Pérez Betancourt
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