Perspectivas

Cambio de régimen en la economía global

Fotografía de Ed RAM | AFP

21/01/2022

MILÁN – En 1979, W. Arthur Lewis recibió el premio Nobel en economía por su análisis de la dinámica de crecimiento en los países en desarrollo. Merecidamente: su marco conceptual ha demostrado ser invaluable para entender y guiar el cambio estructural en varias economías emergentes.

La idea básica que Lewis enfatizó es que los países en desarrollo crecen inicialmente expandiendo sus sectores exportadores, que absorben la mano de obra excedente en sectores tradicionales como la agricultura. En tanto los ingresos y el poder adquisitivo crecen, los sectores domésticos se expanden junto con los sectores comerciales. La productividad y los ingresos en los sectores industriales esencialmente urbanos y de un uso intensivo de mano de obra tienden a ser 3-4 veces superiores que en los sectores tradicionales, de manera que los ingresos promedio suben en tanto más gente va a trabajar en el sector exportador en expansión. Pero, como observó Lewis, esto también implica que el crecimiento salarial en el sector exportador seguirá deprimido mientras haya un excedente de mano de otra en otra parte.

Como la disponibilidad de mano de obra no es una limitación, el factor clave con respecto al crecimiento es el nivel de inversión de capital, que se necesita inclusive en sectores de un uso intensivo de mano de obra. Los retornos sobre esta inversión dependen de las condiciones competitivas en la economía global.

Esta dinámica puede producir tasas de crecimiento asombrosamente altas que a veces continúan durante años, inclusive décadas. Pero hay un límite: cuando la oferta de mano de obra excedente se agota, la economía alcanza el llamado punto de inflexión de Lewis. Por lo general, esto sucederá antes que un país haya salido del rango de ingreso mediano bajo. China, por ejemplo, alcanzó su punto de inflexión de Lewis hace 10-15 años, lo que generó un cambio importante en la dinámica de crecimiento del país.

En el punto de inflexión de Lewis, el costo de oportunidad de trasladar más mano de obra de los sectores tradicionales a los que se modernizan ya no es desdeñable. Los salarios empiezan a aumentar en toda la economía, lo que significa que, si el crecimiento continúa, debe ser impulsado no por trasladar mano de obra de sectores de baja productividad a sectores de mayor productividad, sino por aumentos de la productividad al interior de los sectores. Como esta transición muchas veces falla, el punto de inflexión de Lewis se produce cuando muchas economías en desarrollo caen en la trampa del ingreso medio.

Vale la pena analizar el modelo de crecimiento de Lewis porque algo similar está sucediendo hoy. Cuando la economía global empezó a abrirse y se volvió más integrada hace varias décadas, cantidades enormes de mano de obra y capacidad productiva antes desconectadas e inaccesibles en las economías emergentes pasaron a los sectores industriales y exportadores, produciendo resultados impresionantes. La actividad industrial se trasladó de los países desarrollados y las exportaciones de las economías emergentes crecieron más rápido que la economía global.

Debido a la escala de mano de obra relativamente de bajo costo en las economías emergentes (especialmente China), el crecimiento salarial en los sectores comerciales de las economías avanzadas fue moderado, inclusive cuando la actividad no viró a las economías emergentes. El poder de negociación de los trabajadores se redujo en las economías desarrolladas, y la presión negativa sobre los salarios de ingreso mediano y bajo se trasladó a sectores no comerciales en tanto la mano de obra desplazada en la industria se trasladó a sectores no comerciales.

Pero ese proceso básicamente terminó. Muchas economías emergentes se han vuelto países de ingreso mediano y la economía global ya no tiene reservorios grandes de mano de obra de bajo costo y accesible para alimentar la dinámica anterior. Por supuesto, sigue habiendo reservas de mano de obra subutilizada y una capacidad productiva potencial, por ejemplo, en África. Pero es poco probable que estos trabajadores ingresen a los sectores exportadores productivos lo suficientemente rápido y a suficiente escala como para prolongar la dinámica previa al punto de inflexión.

El punto de inflexión de Lewis tendrá consecuencias profundas para la economía global. Las fuerzas que han venido deprimiendo los salarios y la inflación en los últimos 40 años están disminuyendo. Un amplio rango de economías emergentes y desarrolladas están envejeciendo, reforzando la tendencia, y la pandemia del COVID-19 ha reducido aún más la oferta de mano de obra en muchos sectores, posiblemente de manera permanente. En estas condiciones, la caída de cuatro décadas de los ingresos laborales como porcentaje del ingreso nacional probablemente se revierta –aunque la automatización y otras tecnologías de ahorro de mano de obra que avanzan rápidamente pueden contrarrestar este proceso en alguna medida.

En resumen, ahora que varias décadas de crecimiento de los países en desarrollo han agotado gran parte de la capacidad productiva inutilizada del mundo, el crecimiento global está cada vez más limitado, no por la demanda, sino por la dinámica de oferta y productividad. Éste no es un cambio transitorio.

Una consecuencia clara de este proceso es que las fuerzas inflacionarias han virado fundamentalmente. Después de desaparecer o aplanarse por un período prolongado, la curva de Phillips (que describe una relación inversa entre inflación y desempleo) probablemente esté de regreso, de manera permanente. Las tasas de interés aumentarán junto con las presiones inflacionarias, que ya están obligando a los principales bancos centrales a retirar liquidez de los mercados de capital.

Una economía global altamente endeudada (el legado de años de tasas de interés bajas) atravesará un período de turbulencia en tanto los niveles de deuda se acomoden a un entorno de tasas de interés de la “nueva normalidad”. Las asignaciones de activos de cartera se ajustarán en consecuencia, y la prolongada luna de miel durante la cual los activos de riesgo superaron a la economía terminará.

Todavía está por verse cuán abruptamente sucederá esto. Es imposible pronosticar con precisión resultados específicos. El encuentro de la economía global con el punto de inflexión de Lewis será un período de considerable incertidumbre –algo de esperar ante cualquier movimiento tectónico.

Muchas partes de la economía global experimentarán un cambio de régimen fundamental. Varias décadas de crecimiento en las economías emergentes han impulsado un enorme incremento de consumidores de ingresos medios y del poder adquisitivo general, mientras al mismo tiempo se eliminó la capacidad productiva de ultra bajo costo del mundo.

Por supuesto, todavía puede haber períodos de crecimiento limitado por la demanda, luego de crisis como la pandemia o futuros shocks causados por el clima. Pero el patrón subyacente será uno de crecimiento limitado por la oferta y la productividad, porque los reservorios que queden de capacidad productiva subutilizada no son lo suficientemente grandes como para satisfacer la creciente demanda global.

El trabajo de Lewis no está principalmente centrado en la economía global, excepto en la medida que los mercados internacionales ofrecen la tecnología y la demanda necesarias para alimentar un crecimiento liderado por las exportaciones en una primera etapa en los países en desarrollo. De todos modos, su percepción de que los patrones de crecimiento cambian drásticamente dependiendo de si existen recursos productivos accesibles sin explotar (especialmente mano de obra) es más relevante que nunca.

Aplicadas a las transiciones hoy en curso en la economía global, las percepciones de Lewis implican cambios importantes en los patrones de crecimiento, la estructura de las economías, la configuración de las cadenas de suministro globales y los precios relativos de casi todo –desde productos, servicios y mano de obra hasta materias primas y diversas clases de activos-. Igual de importante es que indican que esta transición será irreversible.

Navegar la versión global del punto de inflexión de Lewis será difícil. Entender los cambios estructurales subyacentes es el lugar necesario donde empezar.

Michael Spence, premio Nobel de economía, es profesor emérito en la Universidad de Stanford y miembro sénior de la Hoover Institution.

Copyright: Project Syndicate, 2022.

www.project-syndicate.org


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