EntrevistaEconomía

Asdrúbal Oliveros sobre la hiperinflación en Venezuela

23/11/2017

Asdrúbal Oliveros retratado por Diego Vallenilla

Como director de Ecoanalítica, una de las firmas más consultadas por quienes están obligados a tratar de comprender hacia dónde va la economía venezolana, Asdrúbal Oliveros ha visto cómo la crisis se profundizó y no duda en advertir que el país está en el preludio de una hiperinflación que tendría efectos devastadores sobre la población.

Economista (Summa Cum Laude) de la Universidad Central de Venezuela con maestría de políticas públicas en el TEC de México y una experiencia que incluye su desempeño durante cinco años como analista de Santander Investment, afirma que la única manera de acabar con la aceleración en el incremento de los precios es con un programa de reformas integral que abarque a toda la economía.

Ante la falta de información pública, Ecoanalítica elaboró un índice de precios que le permite proyectar la inflación. ¿Qué está señalando este termómetro?

En los primeros cinco meses del año la inflación registró un promedio de 19%. Pero en junio saltó a 24%, en julio a 28%, en agosto a 35%, subió a 37% en septiembre y ya para octubre se ubica en 44%, con lo que el promedio de los primeros diez meses del año es de 26,4%. Es evidente que hay una aceleración relevante que preocupa mucho. La inflación está reflejando los desequilibrios que tiene la economía venezolana.

¿Uno de los principales desajustes es el fiscal, es decir, un Gobierno que no tiene cómo cubrir sus gastos y recurre al Banco Central de Venezuela para que lo financie?

Así es. Tenemos un Gobierno con un elevado déficit que se ha agravado durante el mandato de Nicolás Maduro por la caída de los precios del petróleo y el no haber hecho un ajuste adecuado. Entonces, este déficit se cubre con monetización, con dinero que emite el Banco Central de Venezuela. Mientras aumenta la cantidad de dinero por esta vía la producción no se eleva o cae porque no hay como mantener las importaciones y se produce un descalce entre la oferta y la demanda. La consecuencia es presión en los precios.

¿Qué proyecta Ecoanalítica en términos de importaciones? Es una variable clave porque la producción cae por la falta de materia prima e insumos, algo que mantiene la escasez y por ende la presión inflacionaria.

Prevemos importaciones de 13.500 millones de dólares en el año, una cifra sumamente baja. El primer semestre, que ya lo tenemos gracias a las estadísticas que publican los socios comerciales de Venezuela que representan 85% de las importaciones, nos dice que las compras al exterior se ubicaron en 7.500 millones de dólares, de allí surge el estimado del año. Y por los pagos de deuda externa han venido recortando importaciones de forma muy agresiva en los últimos meses.

Un elemento relevante es que buena parte de las importaciones privadas se están haciendo con dólares comprados en el mercado paralelo a un tipo de cambio muy superior a los oficiales.

Las dos tasas oficiales financian cada vez menos bienes y servicios. El tipo de cambio paralelo viene ganando espacio en el financiamiento de las importaciones, algo que a mí me sorprende muchísimo porque este mercado siempre respondió a la salida de capitales, a la protección de patrimonio, no era utilizado para financiar importaciones en gran volumen. Históricamente, a través del mercado paralelo no llegaron a adquirirse divisas para más de 9% de las importaciones. Pero a partir de 2015 comienza un aumento hasta el punto de que hoy, a través de este mecanismo, se financia 54% del total de las importaciones privadas y 14% de las importaciones totales cuando ponderas públicas y privadas.

Al mismo tiempo la recesión se traduce en que el Gobierno recauda menos impuestos.

La recesión hace que el problema fiscal se agrave. Cuando comparamos lo recaudado por impuestos no petroleros en términos reales entre enero y septiembre de este año con el mismo lapso de 2016 observamos una caída de 53%. Entonces, como decíamos hace poco, el Gobierno recurre al Banco Central para cubrir la brecha.

¿Considera que están presentes las condiciones para que Venezuela caiga en una hiperinflación?

Venezuela está ya en un escenario hiperinflacionario, hay cosas sintomáticas claves: la caída de la recaudación tributaria no petrolera en términos reales es significativa y exacerba el problema fiscal, el cono monetario pierde validez con mucha rapidez y hay problemas con el efectivo; aumento en la cantidad de bienes y servicios que se transan en dólares, incremento en la cantidad de veces que se eleva el salario mínimo y reducción en el tiempo establecido en los contratos.

¿Qué indican las cifras en cuanto a la cercanía de una hiperinflación?

En los primeros 10 meses del año tuvimos una inflación promedio de 26%, Azerbaiyán tuvo inflación promedio de 32% cuando estalló el ciclo hiperinflacionario. De 26% a 32% no hay mucha diferencia. La hiperinflación se profundizará si continúa el deterioro económico del país. En octubre, por ejemplo, la inflación del rubro alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 58% y de restaurantes y hoteles en 70%, eso es un signo latente de la gravedad del problema.

¿Qué recomienda para detener esta deriva?

Lo primero es que el problema inflacionario no lo puedes ver aislado, tiene que ser parte de un programa de estabilización macroeconómica. El problema se circunscribe a un cambio del modelo económico y a contar con un plan de estabilización de largo alcance. El segundo elemento clave es que en ese plan el tema de la inflación tiene que ser prioridad. Quien hace la política económica decide la prioridad, por ejemplo, el empleo o el crecimiento también podrían ser la prioridad. En mi opinión el plan debería tener como eje central la reducción rápida de la inflación porque es el elemento que más distorsión está generando en la economía, más empobrecimiento.

¿Qué debería contemplar un plan que tenga como prioridad frenar la inflación?

Son necesarias medidas en todos los frentes. En el flanco institucional lo más importante es rescatar la majestad del Banco Central y su autonomía. Que un Banco Central sea autónomo no es garantía de baja inflación pero que no lo sea es un elemento frecuente en los países con alta inflación. Hay que rescatar el carácter técnico del Banco Central para que pueda hacer política monetaria y cumplir con el rol de velar por la estabilidad de los precios. Es necesario contar con un presidente del Banco Central adecuado a ese cargo y un directorio de altísimo nivel.

¿Qué cosas podrían hacerse de manera puntual?

En el tema fiscal considero necesario un ajuste importante en subsidios que causan distorsiones como el precio de la gasolina y el tema cambiario. En la medida en que corrijas el déficit crónico que sufre la economía, eso va a significar una mejora importante. El desmontaje de los controles de cambio y de precios ayudaría a incrementar la oferta.

En Venezuela ha habido una reducción relevante en la capacidad de generar oferta, hay menos empresas y un largo período de baja inversión. ¿Esto significa que no basta con eliminar los controles?

Así es. Una de las cosas más negativas ha sido la destrucción de empresas y por ende hay muchos sectores que tienen estructuras de monopolio y oligopolio.  El estímulo a la competencia se va a frenar o va a tardar y eso tendrá como consecuencia que la caída de la inflación no sea tan rápida como se quisiera. También habrá que hacer cambios en la estructura laboral. El mercado laboral es muy poco competitivo y rígido. No puedes resolver el problema de la inflación a mediano o largo plazo si no incrementas la productividad.

¿Cree que el gobierno de Nicolás Maduro es capaz de implementar un programa que detenga la inflación o su visión ideológica le impide hacerlo?

Lo que viene es una profundización del modelo causante de la elevada inflación. La visión ideológica y política del chavismo no es la adecuada para tener inflaciones bajas. En el Gobierno persiste la idea de que la inflación es un problema exógeno producto de empresarios con un afán de lucro desmedido, de una guerra económica con elementos internacionales y especulación.  Por eso considera que es a través de tener más control de la economía que va a resolver el problema. Esa es la lógica del chavismo que evidentemente no ha funcionado. Eso me lleva al punto de que solo cambiando el modelo político se puede comenzar a resolver el problema de inflación.


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