Entrevista

Ángel Santiesteban: “Europa nos ha dejado solos frente a los dictadores”

19/09/2018

El escritor cubano critica ante DW la pasividad de la UE ante la trágica situación de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Considerado uno de los más importantes cuentistas latinoamericanos de la actualidad, el escritor cubano Ángel Santiesteban fue condenado a cinco años de prisión por abrir en 2008 el blog «Los hijos que nadie quiso” para dar su opinión sobre el desastre político y social impuesto por el castrismo en Cuba.

Su vida a partir de ese momento ha sido una lucha contra la censura gubernamental y por la democracia en la isla. En 2014 Reporteros Sin Fronteras lo eligió entre los 100 Héroes de la Información en el mundo. El gobierno le impidió viajar fuera de la isla durante 10 años, pero al fin se encuentra de visita en Berlín, para presentar la edición alemana de su libro de cuentos Lobos en la noche, publicado por la prestigiosa editorial Fischer.

Con él, en su carácter de intelectual y de disidente, conversó Deutsche Welle sobre asuntos de relevancia que marcan su vida y la de los cubanos.

Deutsche Welle: «Europa ha legitimado la dictadura cubana” es una frase recurrente en sus entrevistas.

Ángel Santiesteban: Conversar con un régimen que ha demostrado por décadas que no cree en diálogos lo legitima. Eso es innegable. Desde siempre han existido empresarios coqueteando con el castrismo, pero es comprensible, pues sólo les importa sacar ganancias con su presencia en Cuba. Pero que lo haga un organismo asentado en una región que lucha por establecer eso que llaman Estado de Bienestar y de Derechos es una contradicción enorme y, en muchos sentidos, una desvergüenza. Desde que la Unión Europea decidió sentarse a conversar con Cuba, lo único que hemos visto es que ha tenido que ceder una y otra vez ante las exigencias de La Habana, y que la dictadura ha reprimido con más fuerza a la oposición, pues ha visto que nadie le cuestionará sus violaciones. Lo mismo está sucediendo con Venezuela, con Nicaragua… Europa nos ha dejado solos frente a los dictadores. Y eso la hace culpable de nuestro sufrimiento y de nuestros muertos.

Como opositor, desde su blog, fue uno de los más preocupados por denunciar la responsabilidad del gobierno cubano en esos desastres sociales que vemos en Venezuela y Nicaragua…

Creo que eso que llaman «mundo libre” debería acabar de condenar abiertamente, y no sólo con tímidas sentencias, el apoyo moral y la asesoría en muchos ámbitos que el castrismo da a Maduro en Venezuela y a Ortega en Nicaragua. El castrismo ha sido siempre un gobierno parásito: primero, los rusos y el campo socialista; luego Venezuela. Es un parasitismo disfrazado como «lucha por los derechos de los pobres de América Latina”, y ya sabemos cuántos muertos provocó el fomento que Fidel Castro hizo de las guerrillas en la región, sin contar que esos guerrilleros terminaron siendo terroristas y narcotraficantes sin que la dictadura cubana les retirara su apoyo. Luego, Fidel Castro y Chávez inventaron la mal llamada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), supuestamente para derrotar al neoliberalismo e imponer el socialismo del siglo XXI: otro fracaso del que se favoreció sólo el castrismo. Y ahora, fracasado su plan de extender el socialismo por América Latina, se comportan como lo que son: dictadores, porque saben que el «mundo libre” sólo los criticará con palabritas políticamente correctas.

Como protagonista de la cultura cubana, se has manifestado contra la más reciente Ley Cultural, la 349. ¿Es realmente peligrosa?

Desde que llegó al poder, en 1959, Fidel Castro supo que tenía que mantener la libertad de creación y expresión bajo control. Pero a excepción de la llamada Ley 88 dirigida al periodismo, que los opositores llamamos Ley Mordaza, toda la censura artística se basó en la aplicación que los comisarios culturales hacían de aquellas famosas palabras de Fidel: «Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, ningún derecho”. Pero ahora la censura es Ley: entre otras muchas trabas, se limita la libertad de expresión de los creadores, pues se criminaliza y penaliza a quien intente dar a conocer su obra en sitios públicos sin la aprobación de las instituciones gubernamentales. Pero los intelectuales están amordazados por el miedo y muy pocos han alzado sus voces en contra. Sólo el movimiento cultural independiente y opositor está protestando contra esta legalización de la censura.

Muchas personas no entienden que gran parte de la oposición cubana apoye al presidente norteamericano más controvertido de los últimos 100 años: Donald Trump.

Aunque en lo económico hubo algunas tímidas aperturas, cada vez más, en materia de conquista de derechos humanos, queda demostrado cuánto fracasó la política de Obama de abrir una supuesta «nueva era” entre Cuba y Estados Unidos. Puede hoy cuestionarse alguna que otra medida de Trump, pero el pragmatismo de Trump le hace entender que no se puede conversar con quien no quiere escuchar. Esas personas que critican que apoyemos a Trump deberían ir a Cuba y sufrir con nosotros toda la represión que nos cayó encima desde que Raúl Castro vio que su eterno enemigo, Estados Unidos, dispuesto a sentarse en la mesa de negociaciones, ponía la defensa de los derechos humanos en el último lugar de las exigencias a la dictadura cubana. Trump, dígase lo que se diga, en el caso cubano ha vuelto a poner en primer lugar el respeto que el castrismo debería conceder a los derechos humanos.

Autor: Amir Valle (CP)


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