Fotografía de Volker Kannacher | Flickr
Destacadas
Te puede interesar
Los más leídos
China siempre como enigma –no sólo en 2023–. ¿Cuántas caras tiene China? Este es otro enigma.
1.
Y sí, en medio de las discusiones contemporáneas un regreso de golpe al pasado puede ayudar.
Sobre qué es gobernar –un diálogo clásico entre Confucio y uno de sus allegados–:
“Zigong: ¿qué es gobernar?
Confucio: Es velar para que el pueblo tenga suficiente comida, suficientes armas y suficiente confianza.
Zigong: Y si hubiera que renunciar a una de esas tres cosas, ¿cuál sería?
Confucio: A las armas.
Zigong: Y si fuera necesario renunciar a algo más, entre las otras dos, ¿cuál sería?
Y Confucio contesta: A los alimentos. Desde siempre los hombres están sometidos a la muerte. Pero un pueblo sin confianza será incapaz de sostenerse”.
La confianza como una especie de reducto final. Alguien con alimento, pero sin confianza, a duras penas aguantaría los días que durase el alimento.
Con la confianza se resiste al frío extremo, a la violencia e incluso a la falta temporal de alimentos.
Lo interesante en Confucio es a menudo esto: parece hablar de lo material: alimentos y armas, y de pronto pone sobre la mesa, es decir, en el diálogo, lo que a primera vista no ocupa espacio –no tiene ancho, largo y alto– pero es esencial: la confianza, en este caso.
Una respuesta fuerte: antiquísima y actual, ya sea en China o en nuestro barrio. No dejes que la confianza llegue al cero. Sí, pero ¿dónde nos aprovisionamos de esa cosa tan inmaterial? Este es un problema que 2023 no ha solucionado.
2.
En una de las corrientes del pensamiento chino, otro concepto clave es la necesidad absoluta de estar en el medio. (Una gran referencia sobre estos temas es “Historia del Pensamiento chino” de Anne Cheng).
Se defiende la idea de que el camino justo, en cualquier situación –camino no sólo físico, sino ético– presupone que estemos lejos de los extremos; encontrar en alguna parte, entre los caminos físicos y políticos, el camino del medio.
Para ello el sensato debe tener la mirada hacia cada una de las extremidades. Sólo localizando los extremos lograremos caminar tranquilamente hacia el centro.
El Centro es también aquello que sostiene a los edificios y a los humanos, aquello que impide que caigan. Se defiende: “Nada de inclinaciones, ninguna idea preconcebida”. Mejor “mantenerse en el centro”, aconsejan repetidamente los filósofos clásicos.
En el taoísmo, partiendo de la referencia de la precisión del arquero que “alcanza una mosca” al vuelo, a una gran distancia, se elogia la contención y precisión de los gestos. Se defiende también: “ningún retroceso y ningún desvío”.
3.
Luego hay proverbios chinos muy curiosos que van hacia otras direcciones.
“Tras tres días sin haber sido visto, un humano debe ser mirado con otros ojos”.
Este proverbio clásico, por ejemplo, se centra en el cambio, “no se debe juzgar a nadie de manera definitiva”; en la idea de que en tres días, uno puede cambiar por completo.
Hace tres días que no te veo, ¿quién eres tú? Esta es una pregunta intermedia entre lo absurdo y la lucidez.
4.
Los proverbios chinos son conocidos por su sensatez, pero también por la fuerza de sus imágenes. Más que una idea, muchas veces los proverbios describen una situación, como si fuera un cuadro.
Uno de los que me gusta particularmente, nace, según se cuenta, del intento de varias personas para definir la situación de mayor peligro posible. O sea, ¿cómo decir, de manera imaginativa, que se está en una situación peligrosa?
En una edición del Instituto Cultural de Macao, “Cien proverbios chinos”, se describen algunas propuestas. La situación más peligrosa sería, según un interlocutor: “un anciano de cien años de edad subiendo a una rama de árbol seco”. Luego hay varias posibilidades más, pero aquella que se ha quedado como proverbio aún hoy usado en China, para definir un momento de gran peligro, es “ciego montando un caballo ciego al borde de un abismo a medianoche”.
5.
¿El año de 2023? Una descripción rápida: muchos ciegos montando caballos ciegos al borde del abismo a medianoche.
Una medianoche que tarda en acabar.
***
Traducción de Leonor López de Carrión.
Originalmente publicado no Jornal Expresso.
Gonçalo M. Tavares
ARTÍCULOS MÁS RECIENTES DEL AUTOR
Suscríbete al boletín
No te pierdas la información más importante de PRODAVINCI en tu buzón de correo