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23/04/2023
- Un hombre ante un mapa dice, en su idioma: esto está saliendo bien, como si hablara de la organización de un baile de fin de curso cualquiera.
- Otro humano en cima del suelo dice: mi compañero está muerto, ¿lo ves? ¿ese cuerpo de ahí? Mi compañero ha muerto.
- Un niño viene de otro país en línea recta hacia los brazos de los padres a quienes les fue arrebatado a la fuerza – y hay líneas rectas que son todavía más cortas que aquello que la geometría enseña: el hijo va directo a la madre desde otro país: las líneas rectas afectivas son infinitamente más cortas que las líneas rectas geométricas.
- Mientras tanto, visto por casualidad, un anuncio en los periódicos de los países en tiempos pacíficos enseña cómo debe hacerse ejercicio cuando se tiene poco tiempo y mucho trabajo.
- La idea de hacer ejercicio físico artificial, en gimnasios u oficinas, les debe parecer muy ridícula a los soldados que descansan después de la batalla.
- El esfuerzo, en tiempos de paz, para perder barriga de manera a que, en la playa, los ojos pasen de piadosos a atentos – y, al otro lado, los esfuerzos, de otra naturaleza, en tiempos de guerra.
- No parece haber comunicación posible. Son dos humanos: aquel en tiempo de paz, aquel en tiempo de guerra.
- Un soldado que se mira al espejo, no para ver si está peinado o bello, sino para ver la gravedad de la herida.
- ¿Lo ves como estás bello? ¿Lo ves como estás herido? – dos observaciones distintas, en distintos momentos, del mismo espejo.
- Me imagino un soldado que, tras la guerra, traiga el espejo que lo ha acompañado en esos duros meses: cómo cambia el espejo, cómo cambia el rostro.
- El espejo no se utiliza de la misma manera en tiempos de guerra y en tiempos de paz, en espacio de guerra y en espacio de paz.
- Una foto, de los primeros días de la guerra en Ucrania, muestra un tanque avanzando sólo por una carretera. Una rareza – como si las carreteras no estuvieran hechas para eso.
- Otra foto muestra un coche completamente destrozado, el metal doblado, retorcido. Sin embargo, casi como un milagro inútil, la matrícula está allí, intacta: exactamente con su forma inicial, con sus números y letras bien visibles – como si la destrucción quisiera dejar la identidad de aquello que destruye, en una suerte de ejercicio perverso que pensábamos que las bombas no ejercerían.
- Otra foto, mucho más reciente, de una anciana ucraniana, de nombre Svitlana, que, ante un paisaje de destrozos (un paisaje que deja de ser paisaje y ya sólo es destrozos, resto, esquirla) que ante los efectos de una explosión, pues, lleva en brazos a un perro blanco, un perro superviviente.
- La noticia explica que Svitlana es “una residente local que abraza a su perro ciego cerca de su casa en Druzhkivka, región de Donetsk, este de Ucrania”.
- El perro ciego es transportado, en medio de destrozos, por la abuela ucraniana.
- ¿Dónde están los nietos? La noticia no lo explica.
- Svitlana, cuenta la noticia, recibe “de la ONG local “Terytoria Dobra” (Territorio de la bondad) alimentos para sus 13 perros y 14 gatos”.
- La ONG “Terytoria Dobra” busca ayudar a los animales que sobreviven entre las ruinas y en los restos de los bombardeos: hay metal y ladrillo destruido, hay cuerpos muertos, otros vivos, y hay también, para sorpresa de muchos, perros y gatos que se escapan – quizá por ser más pequeños, quizá por ser más ágiles, quizá porque no son los objetivos.
- Unos son abandonados por los dueños que huyen, otros son abandonados por los dueños que mueren.
- Pero todos sabemos que morir no es abandonar de la misma manera que huyendo.
- La foto de la abuela Svitlana parece ser una imagen síntesis de la guerra.
- La idea de un pequeño perro ciego que sobrevive a un bombardeo es una imagen de resistencia difícil de igualar.
- Svitlana lleva al pequeño perro blanco y ciego en brazos, y talvez explique al reportero que el perro ya era ciego, que no ha perdido la vista con ninguna esquirla. Era ciego y ha sobrevivido.
- El pequeño perro blanco y ciego ha sobrevivido.
- Talvez la abuela Svitlana le haya dicho al reportero que, si su perro ciego ha sobrevivido, ella también tiene el deber de sobrevivir.
- Alguien tiene que cuidar a los perros ciegos – quizá haya dicho también a los reporteros mientras se alejaba, la bella, muy bella, abuela Svitlana.
***
Traducción de Leonor López de Carrión.
Originalmente publicado en el Jornal Expresso.
Gonçalo M. Tavares
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