Corpus Christi (en latín, "Cuerpo de Cristo") o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es una fiesta de la Iglesia católica destinada a celebrar la Eucaristía. La celebración de los Diablos Danzantes de Corpus Christi se celebra en once “cofradías” o hermandades alrededor de Venezuela. Chuao comparte a los Diablos de la Costa con la cofradía de Turiamo, Cata y Cuyagua, todas en Aragua.
Los Diablos Danzantes se realizan sesenta días después del domingo de resurrección, fecha del Corpus Christi. Por tres días, los diablos bailan como interpretación de la lucha entre el bien y el mal. Durante la celebración, los “promeseros” visten indumentarias coloridas y máscaras de diablos. La iglesia católica cumple un papel fundamental en la escenificación –llevando la Eucaristía–, mientras los diablos bailan por los pueblos para espantar al maligno, hasta rendirse ante el Santísimo. Los danzantes utilizan pequeñas cruces como protección del mal, a veces confeccionadas con palma bendita, tela, cintas cosidas al traje, rosarios y escapularios. Los diablos participan en la danza como pago de promesas al santísimo.
Corpus Christi (en latín, "Cuerpo de Cristo") o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es una fiesta de la Iglesia católica destinada a celebrar la Eucaristía. La celebración de los Diablos Danzantes de Corpus Christi se celebra en once “cofradías” o hermandades alrededor de Venezuela. Chuao comparte a los Diablos de la Costa con la cofradía de Turiamo, Cata y Cuyagua, todas en Aragua.
Los Diablos Danzantes se realizan sesenta días después del domingo de resurrección, fecha del Corpus Christi. Por tres días, los diablos bailan como interpretación de la lucha entre el bien y el mal. Durante la celebración, los “promeseros” visten indumentarias coloridas y máscaras de diablos. La iglesia católica cumple un papel fundamental en la escenificación –llevando la Eucaristía–, mientras los diablos bailan por los pueblos para espantar al maligno, hasta rendirse ante el Santísimo. Los danzantes utilizan pequeñas cruces como protección del mal, a veces confeccionadas con palma bendita, tela, cintas cosidas al traje, rosarios y escapularios. Los diablos participan en la danza como pago de promesas al santísimo.