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Pocas empresas han tenido un rol tan importante en la crisis política y económica de Venezuela como Rosneft. Al anunciar sanciones contra Rosneft Trading, el gobierno estadounidense acusó a la empresa rusa de ser el principal intermediario para el comercio de petróleo venezolano, permitir el saqueo de la riqueza petrolera del país, y apoyar la represión del gobierno de Nicolás Maduro. Un elemento que ha recibido menos atención ha sido el uso de la deuda comercial que PDVSA mantiene con Rosneft como un instrumento de la estrategia geopolítica de Rusia en Venezuela.
Entre 2014 y 2017, subsidiarias de Rosneft (incluyendo TNK Trading y Rosneft Trading) otorgaron préstamos a PDVSA por $6.500 millones bajo la figura de compras prepagadas;[1] PDVSA pagaría con cargamentos de crudo. Durante los últimos dos años, representantes de Rosneft regularmente informaban cada trimestre el saldo de la deuda. A finales de septiembre de 2019 PDVSA aún debía pagar $800 millones a Rosneft.[2]
Varios análisis han resaltado que Rosneft Trading ha fortalecido su relación comercial con PDVSA para asegurar el repago de la deuda pendiente.[3] En efecto, el Departamento del Tesoro de los EEUU estima que Rosneft comercializó 55 millones de barriles de petróleo venezolano en los últimos 4 meses del 2019.[4] Asumiendo un precio promedio de $40 por barril, Rosneft manejó aproximadamente $2.200 millones de ingresos petroleros de Venezuela, casi el triple de lo adeudado.
Rosneft, sin embargo, no ha intentado recuperar su dinero rápidamente. Al contrario, los repagos de deuda se redujeron significativamente en la segunda mitad del 2019. En una reciente conferencia telefónica con inversionistas, Rosneft evitó actualizar el saldo restante de la deuda de PDVSA. El Vicepresidente de Comercio y Suministro de Rosneft sólo informó que “la relación con Venezuela consiste únicamente del retorno de los prepagos realizados en el pasado,” agregando que “los pagos de Venezuela se están realizando de acuerdo al cronograma y no revelaremos más detalles.”[5]
A pesar de la inusual decisión de no revelar el saldo de la deuda de PDVSA, los estados financieros de Rosneft contienen información para estimar esta cifra. El Gráfico 1 muestra el total de pagos recibidos por Rosneft por compras prepagadas de crudo (línea naranja), así como los repagos que Rosneft públicamente ha atribuido a PDVSA (línea azul).[6] Estimando que PDVSA sólo pagó entre $200 y $300 millones en el cuarto trimestre del 2019, es evidente que el ritmo de repagos se redujo de un total de $1.200 millones en la primera mitad del 2019 a una cifra entre $500 y $600 millones en la segunda mitad del año.
En otras palabras, Rosneft Trading sólo usó entre un 10% y un 15% de los ingresos generados por la venta de petróleo venezolano en el cuarto trimestre del 2019 para cubrir la deuda que mantiene PDVSA. Este comportamiento no corresponde al de una empresa preocupada por asegurar el recobro de la deuda de una PDVSA cada vez más comprometida.
La disminución en los repagos de PDVSA a Rosneft Trading puede responder a que los dos préstamos más importantes ($2.000 millones cada uno) vencieron en abril y septiembre del 2019, respectivamente. Pero este argumento ignora los beneficios geopolíticos que Rusia recibe de mantener la relación comercial entre Rosneft y PDVSA.
Rusia concentra varios intereses geopolíticos en Venezuela. En primer lugar, su participación en el país sirve como respuesta a la influencia norteamericana en la periferia rusa, específicamente en países como Ucrania y Georgia.[7] Fiona Hill, ex oficial del Consejo de Seguridad Nacional de los EEUU, reveló durante el juicio político a Donald Trump que oficiales del gobierno ruso proponían abiertamente un intercambio geopolítico entre Venezuela y Ucrania.[8] En segundo lugar, intervenir en conflictos internacionales permite al gobierno ruso fortalecer su apoyo doméstico explotando la idea del retorno de Rusia al mundo de las grandes potencias, así como avanzar en la política de crear un mundo multipolar ante el imperialismo norteamericano – política que aun siendo simbólica es real.[9]
En este entorno, mantener la deuda de PDVSA con Rosneft Trading permite a Rusia extender su influencia sobre Venezuela y los EEUU. Dos de los préstamos otorgados a PDVSA le dan a Rosneft garantías sobre el 49% de CITGO y derechos preferenciales sobre participaciones de varias empresas mixtas en Venezuela. Más allá de su valor financiero, estas garantías se pueden convertir en factores adicionales complicando las políticas de los EEUU y Venezuela.
La deuda de PDVSA también legitimaría la relación comercial de Rosneft con PDVSA. El gobierno estadounidense ha permitido operaciones comerciales con PDVSA sólo si los ingresos son usados para compensar pasivos existentes. Siempre que exista una deuda entre PDVSA y Rosneft Trading, Rusia puede argumentar que manejar las exportaciones venezolanas es legal. Al controlar la principal fuente de ingresos del país, Rosneft (y por extensión, Rusia) controlaría el flujo de recursos de Maduro y sus acciones.
Finalmente, se ha reportado que Rosneft Trading recibe una lucrativa compensación por asumir los riesgos de comercializar petróleo venezolano. Aunque es difícil conocer los términos comerciales, analistas han apuntado hacia los significativos descuentos (entre $20 y $30 por barril) que Rosneft Trading recibe al exportar petróleo de PDVSA.[10]
Por parte de los EEUU, imponer sanciones sobre Rosneft Trading y su presidente Didier Casimiro refleja un delicado balance. Por una parte, es evidente la postura más asertiva hacia Rusia buscando incrementar los costos de su apoyo a Maduro. Pero la puesta en práctica de dichas sanciones también refleja un tono mesurado que busca limitar su impacto en el mercado. Las sanciones entrarán en efecto en 90 días (tiempo suficiente para que Rosneft Trading recupere su deuda) y oficiales norteamericanos aclararon que las sanciones no afectarían a la casa matriz. Además, se ha confirmado que oficiales del gobierno norteamericano discutieron con sus homólogos rusos las nuevas sanciones en al menos dos ocasiones antes del anuncio oficial, indicando un deseo de evitar sorpresas o malentendidos.
La respuesta rusa no se ha hecho esperar. TNK Trading, otra subsidiaria de Rosneft que no está sancionada, ha tomado el control de la mayoría de las exportaciones petroleras venezolanas.[11] Es previsible que este juego del “gato y el ratón” continúe siempre que Rusia desee mantener su influencia sobre el conflicto venezolano y los EEUU decida atacar las fuentes de financiamiento para el gobierno de Maduro.
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Jose Ricardo La Rosa Reyes es Analista de Investigación de Energía en el Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice en Houston.
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[1] «PDVSA, Estados Financieros Consolidados”, 31 de diciembre de 2016, p. 60 y p. 106.
[2] Maria Grabar y Vladimir Soldatkin, “Venezeula’s PDVSA debt to Russia’s Rosneft shrinks to $0.8 billion,” Reuters, 6 de noviembre de 2019.
[3] Guillermo D. Olmo, “EE.UU. sanciona a Rosneft: cómo ayuda la petrolera a Nicolás Maduro y por qué es clave en el nuevo pulso entre Estados Unidos y Rusia en Venezuela,” BBC News Mundo, 18 de febrero de 2020.
[4] “Treasury Targets Russian Oil Brokerage Firm for Supporting Illegitimate Maduro Regime,” Comunicado de Prensa del Departamento de Tesoro de los Estados Unidos de América, Washington, DC, 18 de febrero de 2020.
[5] Henry Foy, “Rosneft defies US sanctions on Venezuela oil trading,” Financial Times, 19 de febrero de 2020.
[6] La diferencia entre ambas cifras responde principalmente a los pagos que realiza la región autónoma de Kurdistán por un esquema de financiamiento similar al de PDVSA.
[7] R. Evan Ellis, The New Russian Engagement with Latin America: Strategic Position, Commerce and
Dreams of the Past (Carlisle, PA: Strategic Studies Institute, United States Army War College Press, 2015).
[8] “READ: Testimony Of Fiona Hill, Ex-White House Russia Policy Official,” 8 de Noviembre de 2019, NPR.
[9] Vladimir Rouvinski, “Russian-Venezuelan Relations at a Crossroads,” Wilson Center Latin American Program and Kenyan Institute, Febrero 2019.
[10] Michael Stott et al., “Why the US has targeted Rosneft arm over Venezuelan oil,” Financial Times, 19 de febrero de 2020.
[11] Marianna Párraga, “PDVSA cambia cargamentos de crudo a otra unidad de Rosneft, EEUU amenaza con tomar acción,” Reuters, 24 de febrero de 2020.
José Ricardo La Rosa Reyes
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