COVID-19

Dos días bastan para perder la memoria // Diario de la peste

ORLAN. Fotografía de Claude TRUONG-NGOC | Wikimedia

25/05/2020

«The New York Times dedicó su primera plana a mil víctimas mortales del coronavirus en un momento en que Estados Unidos está por llegar a los 100 mil muertos.»

Dos días sin mareos y se me olvida que la cabeza existe hacia adentro.

Dos días sin morir y a la gente se le olvida que va a morir. Etc.

Dos días bastan para perder la memoria.

La artista Orlan quería que su nombre se escribiera con mayúsculas.

ORLAN.

Así, parecería un grito.

La importancia de decir el nombre de la mujer en voz muy alta.

De escribirlo en voz muy alta.

Una avioneta llevó a un cura a unas tierras del interior.

Y allá desde las alturas él bendijo todo el territorio, porque el avión sobrevoló cada metro cuadrado.

En un avión casi individual no contaminas.

Doy una vuelta alrededor del limonero; la pequeña vuelta.

Bendecir a pie, a caballo, en bicicleta, en auto; o en avión.

Una diferencia significativa.

Historiadores recuerdan que la infantería avanzaba a cuatro kilómetros por hora.

Es bueno ver y avanzar desde arriba sin conflictos ni vértigo.

Hoy en día, los doce apóstoles en doce aviones difundirían la religión por las cuatro esquinas del mundo en menos de cinco días.

El mundo no tiene cuatro esquinas; su perímetro tiene infinitos puntos.

Si cada punto es una esquina, muchas esquinas tiene una esfera.

Arabia Saudita, Qatar, Siria, Irak, Líbano, Jordania, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Libia o Palestina anunciaron una festividad con limitantes.

La fiesta musulmana Eid al-Fitr que marca el fin del Ramadán.

Se celebra a partir de este domingo. Se anunció con varias limitantes.

No se puede, no se puede y no se puede. Distancia, etc.

Cuántos se puede y cuántos no se puede. Contabilidad esencial.

Toda fiesta es siempre una fiesta alrededor de las palabras se puede.

Posibilidades en torno al sí; y, de ser posible, nunca sumiso en torno al no.

Entre 1990 y 1995, Orlan se sometió a nueve intervenciones quirúrgicas para cambiar su rostro.

Ella dice que su arte es una lucha contra la naturaleza, el ADN y Dios.

Fuertes adversarios.

Un cantante canta una canción Kitsch con una letra en la que -ão rima con -ão en diversas ocasiones.

Un locutor tartamudea en torno a una palabra que no llegué a comprender.

Salgo después, camino por la villa pacata y evaporada —y vuelvo a paso tranquilo a la casilla inicial.

Un juego en que el tablero, si existe, no está en una mesa horizontal, sino en una mesa que se inclina cada día un poco más.

No se vuelve a la casilla de inicial todos los días con la misma energía y el mismo ánimo.

La idea de que un nombre sólo puede decirse a gritos.

Tal vez así con nuestros muertos en los días que siguen a su muerte.

Sólo se puede decir un nombre clamando.

Nombres que exigen que el volumen de la voz aumente.

Otros nombres propios exigen un susurro. Memoria, respeto o rabia.

¿A qué volumen de voz dices un nombre?

Hacer el experimento con los nombres de la familia, de los amigos, de artistas, etc.

Wilson Roosevelt Jerman, mayordomo de la Casa Blanca. Muere de covid-19 a los 91 años.

Acompañó a 11 presidentes, desde Roosvelt hasta Obama.

ORLAN hizo esto: tomaba medidas, pero no usaba cinta métrica ni unidades universales.

Medía las cosas según su propio tamaño.

Se acostaba en el suelo y marcaba con una línea sus pies y con otra su cabeza.

Midió de esta manera el Guggenheim y el Pompidou.

En vez de largo y ancho en metros y centímetros: el propio cuerpo como unidad de medida.

75.8 Orlans de largo y 22.6 Orlans de ancho.

Puedes hacer lo mismo y poner allí tu nombre.

Cada cuerpo individual como la unidad de medida del mundo.

Un proyecto antiguo, actualizado por los artistas recientes.

Domingo, día de sol: cero mareos y sí, una cierta alegría.


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