Fotografía del Archivo Fotografía Urbana.
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En esta entrega de #UnaFotoUntexto proponemos un juego a nuestros lectores. Cuéntanos tu vivencia con este espacio de Caracas. ¿Has vivido en uno de estos edificios? ¿Recuerdas algo que haya ocurrido en la autopista? ¿Viste algo memorable desde uno de estos balcones? ¿Estacionaste alguna vez un carro en estas calles? ¿Has pasado por aquí en moto o caminando por este puente? ¿Visitaste a alguien en uno de estos apartamentos? ¿Cuál es tu avenida Libertador?
Envíanos ese cuento a: fotoytexto@milagrossocorro.com Y dentro de 15 días, la publicaremos en esta sección.
Según explica el arquitecto Enrique Larrañaga: «El tramo de la avenida Libertador, que muestra la foto (zona de El Bosque), debe haberse construido a mediados de los años 60. Durante Pérez Jiménez se había construido la porción entre Maripérez y Guaicaipuro (con más aspecto de avenida, buenas aceras y unos faroles que recuerdo hermosos, luego sustituidos por estas cosas actuales, que suelen estar prendidos durante el día y apagados en la noche), pero no siguió más hacia el este.
«La avenida, en su aspecto actual, está escindida entre una trinchera hundida, que permite mayor velocidad y unas vías a nivel de la calle y edificaciones, que sirven como vías locales. En términos físicos y, por lo que cuentan quienes viven a lo largo de esa avenida, la trinchera es una sajadura urbana que además conforma una exasperante caja de resonancia. La disrupción que crea se ha intentado solventar con un sistema de puentes viales y peatonales (hoy en día en bastante mal estado), y hay distintas propuestas para cubrir la trinchera con plataformas que permitieran crean zonas de jardín y juego y facilitar una integración más fluida y amable entre las caras edificadas de la avenida. Una idea que no luce tan difícil de ejecutar».
El arquitecto Larrañaga anticipa que la actual crisis, debida a la pandemia, pondrá en jaque muchas creencias de la ciudad. «Mitos, más bien», dice. Piensa que el trabajo a distancia, las clases por internet, las dificultades de desplazamiento impuestas por la cuarentena, así como el reencuentro con la casa y el barrio (palabra que le gusta más «urbanización»), sumados a los evidentes cambios climáticos que ya se han registrado por disminución del tráfico, «nos ofrecen la posibilidad de pensar otra ciudad, ya no desde infraestructuras para la velocidad sino para la estructura de la cotidianidad».
—Quizá en la avenida Libertador, -propone Larrañaga- la trinchera puede alojar algún sistema de transporte público a mayor velocidad (no tiene que ser Metro, sino una especie de TransMilenio o similar) mientras la ciudad que vemos, la que vivimos, la que conecta nos permita, ante todo, unir y unirnos. Una de las ventajas que veo, con miras al proyecto de avenidización de las autopistas, es que el espacio está abierto y es de propiedad pública, así que para reconvertirlo no habrá que expropiar nada.
La otra es que las secciones de vía en una autopista son mucho más anchas que en una avenida, así que podemos tener grandes avenidas, de muchos canales, y todavía nos sobrará mucho espacio para generar amplias aceras y hermosos paseos
Esa es la moción del experto, ¿cuál es la tuya? ¿Cómo crees que se podría mejorar este espacio?
Milagros Socorro
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