Acerca de la posmodernidad en Línea Visual

Anabell Guerrero, Intermitencia

El pasado 8 de Octubre se inauguró en Reset Gallery del Trasnocho, una exposición de arte fotográfico, “Línea Visual”, curada por Gabriel Guevara, que rinde cuenta de los cambios que en este medio se han operado desde esta creación visual. Como nos dice a partir de su libro, “ La condición posmoderna”, el filósofo francés,  Jean François Lyotard, expresa que la posmodernidad tiene sus raíces en la modernidad, pero añade que en nuestra época de la posindustrialización y la tecnología computarizada y digital, esto tendrá sus efectos en nuestra modos de sentir y ver.

La modernidad fotográfica, que si se quiere se inició en los principio-medianos del siglo pasado, fundamentalmente a partir de la exhortación de Alfred Stieglitz (1864-1946) en USA, de hacer una fotografía que se parezca a una fotografía sin tener que imitar una pintura (como era usual) y sin embargo ser considerada artística por sus propios méritos, debía ser por consiguiente así ejercida por los fotógrafos artistas.

El conocimiento del arte de vanguardia en Europa (Man Ray, Moholy Nagy, Duchamp…) tendría asimismo una influencia en la obra fotográfica de los momentos, pero sería el afán de la fotografía directa, los primeros planos, los grises y contrastes de la  luz, los elementos que marcarían la modernidad fotográfica. Cada región también tendría su particularidad. Pero quizás sería la alianza del tiempo y el espacio la promotora de estos trabajos visuales.

Lo que hemos apreciado en Reset Gallery es del orden de lo que podemos llamar la posmodernidad. Es decir, ya no existirían reglas preestablecidas, únicas, grandes discursos, cuestionarían la verdad (elemento que desde sus inicios en 1829, se le había atribuido a la fotografía), abordaría nuevas subjetividades, abandonaría estructuras fijas. Creadores de esta última generación: Alexánder Apóstol, Anabell Guerrero, Antonio Briceño, Gala Garrido, Jenny Woodman, Juan Toro, Karim Dannery, Leonardo Martínez, Luis Molina Pantin, Lyle Ashton, Mónica Trejo, Ricardo Arispe, Ricardo Gómez Pérez, Rubem Robierb, Shahzeb Baldi, son los fotógrafos que integran esta exposición contemporáneamente creativa.

La impresión sobre tela parece ser una de las innovaciones importantes en la exposición de esta galería. En el espacio de la galería, los vitrales que la encierran están ahora cubiertos de telas que contienen imágenes de algunos expositores como Juan Toro, que, a partir de una serie de obras de Armando Reverón creadas hace tantos años y sufriendo por el tiempo cambios estructurales, generan una nueva visión fotográfica y artística. Las contundentes flores de Mónica Trejo también se captan en esas telas acercándonos a la fluidez de la tela y la belleza de esta naturaleza.

Gala Garrido, Los fetiches de Toshio Saeki

Alexánder Apóstol, Luis Molina Pantin, Antonio Briceño, Gala Garrido, utilizan conceptualmente las técnicas digitales para ofrecernos diferentes visiones. En G.Garrido, obras obsesivamente eróticas, son inspiradas de fetiches sexuales; en otras, Apóstol nos muestra las imágenes simbólicas de una historia y nacionalidad venezolana convertida en burocrática; Briceño traduciendo la imagen mítica de la cultura indígena utiliza el photoshop fotográfico para expresar la mitología tradicional de estos grupos ancestrales; Molina Pantin interpretando conceptualmente y gráficamente la audacia del urinario de M. Duchamp y el debate sobre el arte en un museo. Ahora es el arte digital quien aborda esta discusión.

Los trabajos de Shazeb Baldi, Ricardo Gómez Pérez, Jenny Woodman, Karim Dannery, Leonardo Martínez, son algunas propuestas en diferentes soportes fotográficos tradicionales y otros como el papel metalizado, abordan siempre conceptualmente, hasta abstractamente, la arquitectura, el paisaje, lo espacial, la textura… captando la memoria de un objeto o experiencia acontecida.

El cuerpo como imagen simbólica y de placer está representado en la obra de Lyle Ashbon Harris y Anabell Guerrero, el primero en un primer plano de confrontación y belleza erótica con lo masculino y el segundo, el cuerpo femenino, en serialidad como una constatación de la fragmentación contemporánea, pero también en la posibilidad onírica. Dos géneros, dos visiones de lo corporal.

Ricardo Gómez Pérez, Abstractos

Por añadidura,  Ricardo Arispe nos presenta un trabajo realizado en computadora a partir de la inteligencia artificial, como vehículo para aportar nuevas interpretaciones e ideas sobre la fotografía y su arte.

Para confrontar estos trabajos que se pueden ubicar dentro del concepto de posmodernidad, se exponen dos fotografías de Manuel Álvarez Bravo (1902-2002), fotógrafo ejemplar  de la modernidad fotográfica mexicana de mediados de siglo pasado, para concientizar históricamente el abordaje de la fotografía en distintas épocas: filosóficas y artísticas.

Desde los primeros tiempos del ser humano ha sido la invención tecnológica la que ha impulsado el desarrollo de ésta como instrumento para el hacer, el expresarse, pensar y soñar. La fotografía es hija de la imagen tecnológica-científica producto de la luz en soporte sensible por químicos y lentes ópticos. A través de su historia la tecnología primaria ha cambiado y ahora hemos empezado los tiempos de la tecnología digital. Esto ha cambiado profundamente el producto y pensamiento de la imagen como existencia y como pensamiento. Esta exposición es una manera creativa de contemplar y meditar sobre esta experiencia artística contemporánea.

Alexánder Apóstol, Yolanda con treinta piñas

En un seminario sobre el libro de Vilem Flusser, “Hacia una filosofía de la fotografía” (1990), se determinó que: la fotografía no es un problema estático, es un problema epocal y esta imagen no es una más entre las imágenes técnicas; implica tener elementos teóricos que nos permiten comprender nuestras actuales imágenes contemporáneas; la información es el elemento central; las imágenes son pantallas; la definición de pantalla es doble: es una superficie que permite visualizar y es aquello que protege, oculta, simula.

Es entonces el oficio del espectador encontrar lo aparente y oculto, lo bello e interesante, lo reflexivo y creativo, para  luego interpretar, a partir del conocimiento contemporáneo, los nuevos modos de ver.