COVID-19

Los beneficios inesperados de las pandemias

01/06/2020

«La gente de Tournai entierra a las víctimas de la Peste Negra» (circa 1353), de Pierart dou Tielt

«Nuestro planeta es muy frágil, hay que tratarlo con cariño […] La Tierra es un lugar más bello para nuestros ojos que cualquiera que conozcamos. Pero esa belleza ha sido esculpida por el cambio: el cambio suave, casi imperceptible, y el cambio repentino y violento. En el cosmos no hay lugar que esté a salvo del cambio»

Carl Sagan

 

Los cambios rigen a nuestro planeta y a la humanidad, sean estos epidemias o desastres naturales, políticos, económicos o sociales. Los cambios pueden generar muchas tragedias, pero también pueden crear beneficios a los seres vivos del planeta y a la humanidad.

La peste negra, peste bubónica o muerte negra, fue una pandemia que devastó a Europa durante el siglo XIV (entre 1347 y 1351) y fue transmitida por pulgas de las ratas. El agente causal de la enfermedad fue la bacteria Yersinia pestis. Se cree que la epidemia se inició en Asia central y de ahí pasó a toda Europa. La peste negra acabó con casi la mitad de la población europea y con unos 100 millones de personas en todo el mundo. Esta pandemia, probablemente el desastre más mortífero en la historia de la humanidad, liberó a muchos de la servidumbre esclava en Europa, obligó a aumentar los salarios de los trabajadores y provocó un cambio fundamental en la economía junto con un mayor nivel de vida para los sobrevivientes.

La gripe española o epidemia de gripe de 1918 conmocionó al mundo, infectando a un tercio de la población mundial. La gripe española mató a más de 50 millones de personas. Fue causada por el virus influenza A del subtipo H1N1 y mató principalmente a jóvenes y adultos saludables, y animales. Esta pandemia es considerada una de las más devastadoras de la humanidad, ya que en solo un año mató entre 20 y 40 millones de personas. ​A pesar del desastre natural y la guerra, las consecuencias positivas condujeron a cambios sociales importantes que abrieron nuevas oportunidades para las mujeres, y en el proceso transformaron irreversiblemente la vida en los Estados Unidos. Las mujeres desempeñaron un papel nuevo e indispensable en la fuerza de trabajo. La pandemia ayudó a elevarlas en la sociedad estadounidense social y financieramente, proporcionándoles más libertad, independencia y vocería en la arena política.

Una información interesante sobre la virulencia de la gripe española fueron los experimentos con muestras de tejido de víctimas congeladas de pacientes inuits, los cuales demostraron que el virus causó la muerte en algunos pacientes por la denominada tormenta de citocinas, lo que explicaría su naturaleza grave y el perfil poco común de edad de las víctimas, también observado en COVID-19. Una tormenta de citocinas es una respuesta inmunitaria exacerbada frente a un microorganismo nuevo que genera daño al tejido y causa la muerte en un grupo grande de pacientes.

En 1981 se manifiesta la pandemia de SIDA, renombrado como infección por el virus de la inmunodeficiencia humana y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA), el cual constituye un espectro de enfermedades causadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El VIH infecta principalmente a células del sistema inmunitario, dejando vulnerables a los pacientes a las infecciones oportunistas. Después de varias décadas, la terapia con antirretrovirales ha permitido controlar la infección y demostrar que si los pacientes no son tratados pueden desarrollar SIDA. Según ONU SIDA en su informe de 2018, la enfermedad ha causado unas 32 millones de muertes desde su aparición a nivel global. En 2018, 37,9 millones de personas vivían con el VIH; 36,2 millones adultos y 1,7 millones niños; El 79% de las personas que vivían con el VIH conocían su estado serológico con respecto al VIH y alrededor de 8,1 millones de personas desconocían estar infectados con el VIH.

La pandemia VIH/sida ha tenido un gran impacto en la sociedad, como enfermedad y como fuente de estigma y discriminación.​ La enfermedad también ha generado fuertes impactos económicos. En el lado positivo, la pandemia introdujo en las comunidades importantes cambios sociales en todo el mundo, como promover con mayor libertad las discusiones y la educación sobre la sexualidad y la comunidad LGBTI. Además, impulsó una mayor participación de asociaciones civiles y ONG para el asesoramiento sobre prácticas sexuales, consumo de drogas y uso de medicamentos con el patrocinio de entes gubernamentales y privados. Finalmente, fomentó alianzas entre la industria farmacéutica, los gobiernos, OMS, institutos de investigación y ONG, para buscar mejores alternativas terapéuticas, planteamientos que fueron copiados para otras dolencias, como el grupo de enfermedades tropicales desatendidas

Así como hay enfermedades que originan beneficios, también suceden desastres naturales que generan cambios positivos. El terremoto submarino del océano Índico de 2004, que tuvo su epicentro en la costa de Banda Aceh de Indonesia, ocasionó una serie de tsunamis devastadores a lo largo de las costas de 14 naciones, entre ellas Indonesia, Sri Lanka, partes de India y Tailandia, matando a más de 275.000 personas a su paso e inundando a una gran cantidad de comunidades costeras. Miles de personas nunca fueron encontradas. Sin embargo, el tsunami puso fin a una guerra civil en Indonesia que ya había dejado 15.000 muertos.

¿Qué beneficios traerá COVID-19 a la humanidad y el planeta? El investigador en economía ecológica de la Universidad de Surrey, Simon Mair, propone la necesidad de establecer un tipo de economía muy diferente con la finalidad de construir futuros socialmente justos y ecológicamente sólidos. Señala que, desde una perspectiva económica, hay cuatro futuros posibles: un descenso a la barbarie, un capitalismo de estado robusto, un socialismo de estado radical y una transformación en una gran sociedad basada en la ayuda mutua. Mair dice que todos estos futuros son perfectamente posibles, pero no igualmente deseables.

El distanciamiento social está ejerciendo presión sobre la economía global y todo parece que enfrentaremos una grave recesión. Esta presión ha llevado a algunos líderes mundiales a pedir una reducción de las medidas de encierre.

Mier advierte que el cambio social puede venir de muchos sitios y con muchas influencias y que una tarea clave para los humanos es exigir que las formas sociales emergentes provengan de una ética que valore la salud, la vida y la democracia. 

En resumen, podríamos decir que los cambios post pandemia deberán estar centrados en: 1) Necesidad de mejorar los sistemas de salud pública; 2) Invertir en ciencia, aprovechando los beneficios de la ciencia abierta; 3) Solidaridad y trabajo en conjunto, para enfrentar en forma más eficiente la crisis global; 4) Impulsar mejoras ambientales; 5) Fomentar la industria y el comercio local; 6) Promover planes de reconstrucción y ayuda global con enfoque ecológico.

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Nota sobre el autor: Félix J. Tapia. Biólogo de Concordia University, Montreal, Canadá e inmunólogo de la Universidad de Londres, Reino Unido. Profesor Titular de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y jefe del Laboratorio de Biología Molecular, Instituto de Biomedicina, UCV.  Ha publicado más de 100 artículos en revistas científicas y capítulos en libros. Algunas de sus distinciones son: Miembro Honorario de la Sociedad Venezolana de Dermatología (1993); Premio Fundación Empresas Polar “Lorenzo Mendoza Fleury” en 2005; Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL, 2018); Premio “Voz de la Ciencia 2019 del Instituto de Investigaciones Biomédicas e Incubadora Venezolana de la Ciencia. Además, ha sido miembro de comités editoriales de varias revistas científicas y activo en el ciberespacio con publicaciones en varios blogs.


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