La música es como los buenos amigos: incondicional. Sin importar el lugar ni el momento, siempre vas a conseguir una canción que se amolda a tus necesidades. Todo el espectro de estados de ánimo del ser humano está perfectamente descrito en canciones de no mucho más de tres minutos que se nos van acumulando, a medida que nos hacemos viejos, en algún archivo del cerebro.

A pesar de que con Getting Into Knives ya son 19 álbumes en estudio en su cuenta, no fue sino a comienzos del año pasado que escuché «The Wooded Hills Along the Black Sea». La canción forma parte de Songs for Pierre Chuvin, un disco grabado en plena pandemia directamente a un reproductor de Cassette Panasonic de los años 80. Los descubrí y quedé enganchado. The Mountain Goats es, según el estado de ánimo de John Darnielle, el nombre que adopta para sus proyectos en solitario o el de una banda con un sonido indie-folk capaz de hacer música en la que se incorporan, además de bajo, batería y guitarras, teclados e instrumentos de viento.

De 1991 a la fecha, John Darnielle ha escrito unas 600 canciones, algunas muy tristes. Revisando su biografía se ve que le ha tocado lidiar con maltrato infantil, drogas duras, depresión y alcoholismo. Todo lo cuenta con mucho detalle. Lo hace muy bien porque también es escritor. Su primera novela, Wolf in White Van, fue bestseller en The New York Times, fue nominada para el National Book Award, y quedó finalista como Mejor Novela Ficción en Los Angeles Times Book Prize.

Fue en noviembre del año pasado, después del lanzamiento de Getting Into Knives –un álbum compuesto y grabado justo antes del inicio de los confinamientos por la pandemia–, y después de escuchar «Tidal Wave», la hipnótica quinta canción del disco, que quedé obsesionado con saber qué había detrás de esta música con la que tanto me identificaba.

La respuesta:

John Darnielle hace dos años bajó Couch to 5K , una aplicación para comenzar a correr. Completó los 5K, admite que caminó parte de ellos. Al poco tiempo hizo sus primeros 10K y dos meses después terminó una media maratón. Asegura en una entrevista que su vida cambió para mejor. Su actual estado de ánimo lo refleja con su nueva imagen física y en canciones como «Get Famous» o «Harbor Me».

Los corredores podemos ser las personas más fastidiosas del mundo. Cegados por los placeres de la dopamina llegamos a creer que a alguien más, aparte de nosotros mismos, le interesa cuántos kilómetros corremos diariamente. Somos una secta, con cada vez más adeptos, que pregona a través de las redes sociales los beneficios de vivir con las piernas adoloridas. Estoy seguro de que el próximo disco de The Mountain Goats va a ser sobre maratones, lesiones y zapatos de correr. John Darnielle tiene ya cuenta en Strava y también graba videos mientras corre en un parque cerca de su casa en Durhan, Carolina del Norte. Ya oficialmente es un runner, un tipo fastidioso, de mediana edad, que tiene el don de hacer muy buena música.