Bob Dylan vendió su catálogo de 600 canciones a Universal Publishing Music por 300 millones de dólares. Stevie Nicks, a su vez, cedió el 80% de su repertorio a Primary Wave por alrededor 100 millones. A comienzos de este año Lindsey Buckingham, líder guitarrista de Fleewtwood Mac, negoció la venta del 100% de los derechos de publicación de su catálogo y el 50% de todo futuro material. El último en sumarse a esta nueva especie de fiebre del oro es Neil Young. El acuerdo, por una cifra no revelada, por el 50% de los derechos de autor de toda su música, unas 1180 canciones, fue firmado con Hipgnosis. Un fondo de inversión fundado en 2018 por Merck Mercuriadis, con sede en el Reino Unido, enfocado únicamente a invertir en canciones.

Para enero de este año, Hipgnosis ya era dueña de 57.000 canciones. Unas 2000 de ellas han llegado al número 1 en algún lugar del mundo, 4000 han llegado al top 10 y 5 aparecen entre las mejores diez canciones de la década según Billboard.

Archives Vol. II fue lanzado en edición limitada de 3000 unidades en noviembre del 2020. Un boxset de 10 CD, que incluye un libro tapa dura, con 131 canciones, incluyendo 12 que nunca fueron editadas y 49 versiones inéditas de clásicos de Neil Young. Grabaciones de estudio y en vivo, tanto en solitario como con Crazy Horse (Odeon Budokan), The Stray Gators (Tuscaloosa), los Santa Monica Flyers (Roxy: Tonight’s the Night Live), Crosby, Stills, Nash and Young, y The Stills Young Band.

Fui de los que perdió en la debacle financiera del 2008. Mensualmente aportaba algo de dinero a un fondo de retiro y, de la noche a la mañana, el único que retiró, y para su bolsillo, algo de lo invertido fue mi supuesto asesor financiero. Me salió caro el aprendizaje, pero entendí lo que es una inversión de alto riesgo. Estos últimos días, desde que fue lanzado en todas las plataformas de streaming de música Archives Vol. II, he estado tentado a volver a invertir. Esta vez en «After The Gold Rush», «Harvest«, «Old Man», «Heart of Gold», «Revolution Blues», «Cortez the Killer» y «Powderfinger». He estado consultando a amigos economistas, que saben sobre fondos de inversiones, a ver si es confiable hacerse con acciones de Hignosis. Todos coinciden en lo mismo: las canciones son un activo que se ha revalorizado desde que comenzó la pandemia y actualmente dedicamos más tiempo a escuchar música. Aunque todos los consultados consideran a Hipgnosis como un fondo de inversión de alto riesgo, ninguno me dijo que no se me ocurriera invertir en canciones. Me recomendaron hacer un portafolio diversificado y, si me parecía atractivo, incluirle algunas acciones de Hipgnosis.

Lo que no saben mis amigos economistas es que yo no tengo con qué invertir en la música de Neil Young más allá de pagar el servicio mensual de Apple Music. Así que me conformo con poder seguir disfrutando «Old Man», la canción que también mi hijo Eduardo disfruta a diario, mientras alguien hace algo de dinero gracias a este dato financiero: compren acciones de Hipgnosis. Las buenas canciones nunca dejarán de sonar.