Economía venezolana: una discusión pública

Tres visiones de la economía venezolana desde la Universidad Central de Venezuela

De izquierda a derecha: María Isabel Díaz, Luis Crespo y Omar Zambrano. Fotografías de David Contreras | RMTF

15/02/2019

Los profesores y economistas María Isabel Díaz, Luis Crespo y Omar Zambrano analizaron desde distintos ángulos el colapso de la economía y las medidas inmediatas que podrían implementarse para detener el deterioro en el foro Economía Venezolana: una discusión pública, llevado a cabo en la Universidad Central de Venezuela, un evento organizado por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales y Prodavinci, con el auspicio de la Embajada Británica en Caracas.

En lo que comienza a ser caracterizado como depresión, la economía venezolana acumula veinte trimestres consecutivos de caída y al declive de la producción en todos los sectores se añadió una hiperinflación que comenzó en noviembre de 2017 y aún no culmina.

Desde 2015 el Banco Central oculta las estadísticas oficiales, pero la medición que realiza el Parlamento indica que en enero los precios aumentaron 3,5% cada día y en los últimos doce meses acumulan un salto de 2.688.670%. Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional para este año contemplan un retroceso de 18% del PIB e inflación de 10.000.000%.

Entre los sectores con mayor deterioro destaca el petrolero, que aporta 96% de los dólares que ingresan al país. De acuerdo con las cifras entregadas por el Gobierno a la OPEP, en enero la producción se ubicó en 1,5 millones de barriles diarios, una magnitud que se traduce en un descenso de 46% respecto a 2013.

María Isabel Díaz, profesora de teoría económica, afirmó que durante las últimas dos décadas se ha implementado en el país “un proyecto ineficiente que generó polarización y control social caracterizado por la creencia de que el mercado es una zona de guerra donde quienes producen son enemigos de los consumidores, hoy tenemos un enorme déficit de producción”.

Maríaz Isabel Díaz retratada por David Contreras | RMTF

“De acuerdo con los datos de Transparencia Venezuela existen mil quinientas empresas expropiadas, nacionalizadas o confiscadas que pertenecían al sector privado, queremos una Venezuela de propiedad y libertad, donde estas empresas se recuperen y pasen a manos de personas que las pueden administrar con eficiencia”, dijo María Isabel Díaz.

“En el tema de la hiperinflación es claro que ha habido una gran emisión de dinero, una especie de desastre monetario que se sembró con reformas legales que abrieron la puerta para que el Banco Central de Venezuela se convirtiera en financista”, dijo María Isabel Díaz.

Desde su punto de vista el Plan Real, que acabó con la hiperinflación que sufrió Brasil en los años noventa, puede ser un modelo para Venezuela: “El Plan Real es ejemplar, básicamente se trató de una nueva moneda que entró en paridad con el dólar y paulatinamente fue sustituyendo la moneda que constantemente se devaluaba”.

“Se ha hablado de dolarización, pero para ir a un proceso de este tipo tendríamos que tener una economía diversificada o pensar en una diversificación radical lo cual es bastante complicado. Cuando dependes de una sola empresa que produce dólares (Pdvsa) y esa empresa está en quiebra entonces no hay suficientes reservas internacionales”, dijo María Isabel Díaz.

Añadió que “es necesaria una gran reforma institucional básica que incluya la parte monetaria, la parte fiscal y la burocracia del Estado”.

El Plan País

Luis Crespo, profesor de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, señaló que el país acumula cinco años de recesión: “Es un proceso de destrucción de la capacidad productiva hemos tenido veinte años de un gran dogma, de una política llena de controles, de persecución y restricciones”.

“En los últimos cinco años ha habido una gran indisciplina fiscal y un crecimiento muy elevado de la liquidez monetaria que nos hundió en la hiperinflación: un fenómeno que no se autorregula, el tiempo de duración depende de la estrategia que se adopta para solucionarla”, dijo Luis Crespo.

“Es necesario un plan para detener la hiperinflación y estabilizar los precios sobre la base del anclaje del tipo de cambio o una reforma monetaria. Además, es necesario desmontar el control de cambio, pero en general creo que las propuestas para atender la situación están plasmadas en el Plan País”, dijo Luis Crespo.

Luis Crespo retratado por David Contreras | RMTF

No obstante, explicó que “las propuestas del Plan País hay que trabajarlas y perfilarlas. Una variable que no se puede olvidar es contar con un conjunto de políticas que permitan proteger a los sectores más vulnerables. Hay que desmontar una serie de programas sociales ineficientes y tener claro que sería un grave error plantear un ajuste recesivo”.

“El Plan Real, más allá de los elementos técnicos, contó con un gran consenso político entre todos los sectores que le dio piso. Todavía tenemos que debatir el futuro del país, hay que crear un gran consenso porque de lo contrario no habrá viabilidad para implementar un cambio”.

Ajuste expansivo

Omar Zambrano, economista jefe de Anova y profesor de la Universidad Central de Veneuela y de la Universidad Católica Andrés Bello, precisó que Venezuela sufre un colapso de grandes dimensiones: “En los últimos cinco años la caída del PIB ronda 50%, esto es un descenso que supera al de Estados Unidos durante la Gran Depresión y al de España durante la guerra civil. La economía venezolana ha perdido toda capacidad de producir, la crisis humanitaria es de unas proporciones nunca antes vista y además hay un impacto muy fuerte por la pérdida de capital humano”.

“Durante estos últimos veinte años se perdió toda posibilidad de tener una economía de mercado funcional por el efecto de las expropiaciones y regulaciones de todo tipo. Esto se combinó con un Estado insaciable desde el punto de vista fiscal, que incurrió en algo impensable: generar una crisis de sobreendeudamiento en un país petrolero que vivió un boom de altos precios de las materias primas”, dijo Omar Zambrano.

“Este sobreendeudamiento derivó en que el mercado financiero internacional se cerró cuando detectó que Venezuela iba a tener problemas para pagar la deuda. Luego vino la caída de los precios del petróleo, generando un colapso total y absoluto de la disponibilidad de divisas”, explicó Omar Zambrano.

Omar Zambrano retratado por David Contreras | RMTF

Agregó que “esa voracidad fiscal generó a través de la destrucción institucional del Banco Central de Venezuela la crisis hiperinflacionaria que estamos viviendo ahora. Desde 2012 y 2013 un grupo de economistas advertimos que Venezuela era un caso de libro de texto de una economía que se dirigía hacia una hiperinflación”, dijo Omar Zambrano.

“El primer pilar para comenzar a corregir el descalabro de la economía es lograr parar la hiperinflación de manera rápida y definitiva y eso solo se puede lograr con el restablecimiento del acceso masivo y oportuno de Venezuela a los mercados de crédito internacional”, afirmó Omar Zambrano.

Explicó que “la hiperinflación es un fenómeno de origen monetario que generalmente surge por un desequilibrio fiscal. El Estado no tiene fuentes legítimas de financiamiento porque el Gobierno metió a la economía en la depresión más profunda de la historia y por tanto no hay forma inmediata de recaudar suficientes impuestos, a lo que se añade la pérdida de capacidad del sector petrolero”, afirmó Omar Zambrano.

“Por eso cualquier programa de rehabilitación pasa por un acuerdo que implique un caudal masivo de financiamiento que permita financiar el gasto de forma no inflacionaria. Venezuela no necesita un ajuste contractivo con recorte de gasto, al contrario, las necesidades son infinitas porque el Estado dejó de cumplir sus funciones básicas. El gasto público colapsó por la hiperinflación. Venezuela tiene condiciones para ir a un ajuste expansivo”, añadió Omar Zambrano.

“El financiamiento internacional contribuye a combatir la hiperinflación, pero también es importante para acabar con la restricción de divisas a fin de que las empresas puedan importar insumos para producir. Es vital generar un proceso inmediato de crecimiento acelerado y sostenido”, dijo Omar Zambrano.

“La segunda prioridad, después de detener la hiperinflación, es recuperar cuanto antes la capacidad de producción del sector petrolero y restaurar la capacidad del Estado para atender las necesidades básicas de la población y afrontar el desastre ambiental: lo que está sucediendo en las cabeceras del Orinoco y de nuestras principales fuentes de agua por el modo depredador como el Gobierno se aproxima a la explotación de los recursos naturales es inaceptable”, dijo Omar Zambrano.


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