Periodismo

¿Qué está pasando con los medios digitales en Venezuela?: Foro Periodismo en transición

Fotografías de Diego Vallenilla

30/11/2017

Catorce periodistas y especialistas en comunicación debatieron sobre los desafíos de los medios digitales en Venezuela y la influencia de las nuevas tecnologías en el foro “Periodismo en transición”, organizado por el programa de formación Pase de Prensa del B.O.D y la asociación civil Medianálisis.

Más de un centenar de personas asistieron al encuentro en la Torre B.O.D de La Castellana, en Caracas, el 29 de noviembre. El foro se dividió en cuatro sesiones con diferentes panelistas, entre docentes universitarios, reporteros de investigación y periodistas de larga trayectoria.

La historia siempre está primero

El debate sobre la innovación de las prácticas periodísticas y el uso de las redes sociales en el tratamiento de la información estuvo a cargo de Luz Mely Reyes, cofundadora de Efecto Cocuyo; Ángel Alayón, fundador y director de Prodavinci; y Omar Lugo, director de contenidos de El Estímulo, moderados por la periodista Yelitza Linares.

Reyes comentó que los medios digitales utilizan Twitter para complementar las coberturas periodísticas y satisfacer la demanda de información inmediata. Invitó a los reporteros a evaluar si el material recabado que se pretende compartir, sea una imagen o un dato, no perjudica la dignidad de una o más personas. También indicó que las redes sociales pueden ser útiles para interactuar con las audiencias y tener pistas de los problemas que le afectan.

Tras vivir la experiencia de fundar un medio digital sin publicidad y con un equipo de reporteros jóvenes, Reyes opinó que la innovación se concentra en tres prácticas: la mezcla de conocimientos entre profesionales veteranos y novatos en la redacción, las alianzas entre medios nacionales e internacionales, y los llamados de atención a la ciudadanía para que apoyen el crecimiento de la plataforma. “El buen periodismo cuesta dinero. No basta con tener muchas ganas de ser periodista, mucho menos en un ambiente tan hostil como el que tenemos en Venezuela. Hace mucha falta el respaldo de los usuarios”.

Alayón dijo que “el periodismo sigue siendo el mismo en términos del objetivo que busca. El objeto del deseo sigue siendo el mismo: la elusiva verdad y su responsabilidad frente al poder. La tecnología ofrece nuevas oportunidades para ejercer y buscar esos objetivos”. Advirtió a los comunicadores sociales en formación que el periodismo tiene consecuencias, y que se debe evitar “la pornografía de la miseria”. “Lo que está pasando es dramático y escandaloso, pero los medios deben darle un tratamiento adecuado a esos temas”. El periodismo de soluciones es una alternativa. Los reporteros se acercan a un tema con la intención de mostrar lo que se está haciendo para lidiar con él.

Para Lugo uno de los principales retos para los periodistas venezolanos es comprender y educar a las audiencias de los medios digitales.

“Tenemos que luchar contras las historias como la de la perra Cotufa, a la que le fueron a cortar el pelo y terminó muerta. Esa nota jaló un tráfico infernal. Pero resulta que la historia de unos morochos muertos en el Hospital JM de los Ríos por falta de medicinas no va a tener el mismo tráfico (…) Me parece que es muy grave en una sociedad tener ese extremo tan bipolar de indolencia. El otro desafío es luchar contra la propensión que tiene la gente de creer lo que le conviene y no lo que es verdad. Por eso las falsas noticias, los rumores y las manipulaciones suelen tener mucho más lectoría y son más compartidas en redes sociales”.

Alayón respondió al planteamiento de Lugo con un ejemplo. Citó un estudio del diario estadounidense The New York Times, que comprobó que las noticias tratadas con profundidad sumaban suscriptores, aunque las notas triviales tenían más visitas. “Si lo que quieres es tráfico la fórmula ya es muy conocida. Pero si quieres influenciar la conversación o crear impacto el contenido debe ser muy diferente”.

El periodista de investigación: entre el dato y la historia

“No es gratuito que en estos años, cuando se cierran los accesos a la información, haya más periodismo de investigación en Venezuela”, dijo Lisseth Boon en la discusión “¿Qué investiga el periodismo en Venezuela?”, moderada por el director de El Pitazo, César Batiz. Alfredo Meza, socio-editor de Armando.info, y Jeanfreddy Gutiérrez, de Cotejo.info, también participaron en el debate.

Boon pertenece a la unidad de investigación del portal de noticias Runrunes y fue reportera de la Cadena Capriles por casi diez años. Recordó que la compra y el cierre de medios significó la disolución de los departamentos de investigación periodística. Los medios digitales llenaron ese espacio. Sin embargo, deben combinar trabajos de largo aliento con la producción de noticias diarias. “¿Cómo hacemos para contrarrestar eso? Haciendo alianzas con otros medios. Esa es también una manera de protegerse”.

Los periodistas de investigación Alfredo Meza, Lisseth Boon, Jeanfreddy Gutiérrez y César Batiz

El trabajo en equipo permite procesar información y precisar hallazgos en menos tiempo. Pero Jeanfreddy Gutiérrez advirtió que los periodistas desconocen nociones básicas de estadística y matemática, útiles para la interpretación de la data, y el uso aplicaciones elementales como Excel para la elaboración de bases de datos.

Alfredo Meza fue receloso sobre la forma en la que el dato cuenta las historias. “A veces nos olvidamos de que el periodismo de investigación es más que una hoja de Excel. Sólo la narrativa le da volumen a los hechos”.

“Pero también hay que tener cuidado con no perder el rigor”, interrumpió Batiz, para quien aunque se pueda tener una historia bien escrita la falta de información dura y verificada no puede ser solapada con una buena pluma.

La academia debe reformarse

Moraima Guanipa, jefa del Departamento de Periodismo de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, Carlos Delgado Flores, profesor y director del Centro de Investigación de la Comunicación de la Universidad Católica Andrés Bello, y Felipe González Roa, director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Monteávila, participaron en el debate “¿Se puede enseñar a hacer periodismo?”. Andrés Cañizález moderó la discusión.  

“Yo me hago una pregunta previa. ¿Qué es el periodista hoy?”, cuestionó Delgado en su primera intervención. Consideró que las universidades tienen el desafío de responder a la interrogante para mejorar la enseñanza.

“Tenemos cambios radicales en la tecnología (…) Nos pone en la perspectiva de tener que replantearnos qué es el periodista. ¿Es una analista del entorno?, ¿está al servicio de la inteligencia colectiva?, ¿está construyendo un espacio público intersubjetivo?”.

Los docentes universitarios Carlos Delgado, Felipe González Roa y Moraima Guanipa debaten el papel de las instituciones de educación superior. Andrés Cañizález modera la discusión

Añadió que las instituciones también deben repensar las bases de los planes de estudio:

“¿Estamos formando empleados o emprendedores? El emprendimiento es un agregado, falta en las universidades esta visión. No tenemos los planes de estudio preparados para crear portafolios para el emprendimiento, porque se concibió al periodista como parte de una industria”.

Los panelistas coincidieron en que las universidades deben concentrarse en promover el pensamiento crítico. Guanipa apuntó que las técnicas y las herramientas cambian constantemente y las escuelas de comunicación no pueden alcanzar estas brechas. Sin embargo, el objetivo no es que los egresados se sientan rezagados en el área. “El reto de los profesores es comprender que debemos darle a los estudiantes perspectiva sobre la verdadera dimensión de las herramientas digitales”, dijo Roa.

Reflexiones desde la experiencia 

Milagros Socorro, escritora y periodista

1. “Desde el viejo Homero hasta hoy los cimientos del periodismo son los mismos: buscar la verdad y presentarla ante las audiencias con ciertos códigos”.

2. “Hay que someter las propias visiones de la realidad a la comprobación. No hay que dejarse llevar por nuestro sistema de creencias”:

3. “Lo que más me preocupa es la depauperación de las audiencias. Sin audiencias educadas no puede haber un periodismo fuerte. Debemos ser contrastados y exigidos por la sociedad”.

Manuel Felipe Sierra, periodista

1. “El periodismo es un oficio intelectual, no técnico. Es un oficio de la vida. Es un testigo de la vida y de la sociedad”.

2. “En las redes sociales hay que cuidar lo que se toma de una fuente periodística y de un persona cualquiera. Debemos reafirmar nuestro compromiso con la verdad”.

3. “El periodismo ha bajado la guardia. Hoy todo se reduce a una rueda de prensa o boletines. La información está conformada por los intereses de la fuente, no del colectivo”

Posdata: Una anécdota para las nuevas generaciones

José Suárez

Alfredo Meza señaló: “Creo que el maestro Suárez quiere hablar. Deberíamos oír qué tiene que decir”. José Suárez Núñez se levantó entre el público. Dijo que tenía algunas anotaciones que quería compartir. Siempre lleva consigo su libreta. Núñez fue reportero y conductor en las fuentes de economía, petróleo y finanzas. Trabajó en el Diario de Caracas, la revista Resumen y El Nacional. Fue director de El Mundo y la revista Élite, y periodista de investigación en diarios latinos de Estados Unidos. Aunque no era parte de los panelistas, aprovechó la oportunidad para compartir un poco de su experiencia:

“El jefe de información de El Mundo me mandó a escribir obituarios entre los años 66 y 67. Empezaban las guerrillas y estaba muriendo gente continuamente. Un día me dijo: ‘Haz una investigación de esto’. Yo salía a reportear, pero nadie hablaba. El único que me daba información era José Vicente Rangel, pero desde su punto de vista. Estando un día en la redacción recibo la llamada de una señora anciana. “Yo quisiera que usted me ayudara”, me dijo. Fue como a las 10 de la noche. “Mi hijo… no sé de él. Mi marido… no sé de él. Ellos no son enemigos del gobierno, pero bueno… ¿La verdad? Mi marido y mi hijo son comunistas. Pero yo no quiero nada. Lo que quiero es que me diga dónde está la tumba para llevarle una florecita”. Imagínese a esa hora de la noche que le digan eso a uno. En el periodismo no importan tanto las estadísticas, sino las personas. Entonces empecé a ir a la Fiscalía, donde la gente denunciaba familiares desaparecidos. Yo me tomaba la molestia de tomar las direcciones y buscaba a las mujeres, los hermanos, los padres. Cada uno me contó su historia, con nombre y apellido. Así conseguí como 80 nombres. Ya tenía mi historia. Al periódico le gustó. Yo no tenía las pruebas, pero sí las declaraciones. Todos los días salía un reportaje. Los titularon Los desaparecidos. El quinto día el reportaje no salió, porque el desaparecido fui yo. Vino la Digepol, me llevó y estuve 15 días preso. Algunos escriben un articulito y se creen periodistas. Uno es periodista a tiempo completo”.


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